A estas alturas probablemente ya no os viene de nuevo pero tengo una noticia que comunicaros: este fin de semana los Denver Broncos perdieron por 39-33 en casa de los Indianapolis Colts. ¿Qué? ¿Cómo dice? ¡¡Menudo sorpresón!! Ya os estoy viendo a todos, sentados frente al ordenador cuando os enterasteis por primera vez (quizá ahora), con las manos en la cabeza y la mirada perdida. No puede ser, seguro que lo estabais viendo mal. ¿En serio el equipo que desde la jornada 1 ya tenía ganada la Superbowl había perdido un partido? Sí sí, en serio. Tengo que reconocer que yo, ante una noticia que rompía por completo todos los esquemas y escenarios posibles de la temporada, fui el primero en quedarme atónito, estupefacto, patidifuso y… no, es broma, de hecho esta derrota era relativamente previsible. Primero porque los Colts son un buen equipo al que mucha gente infravalora y segundo, y mucho más importante, porque los Broncos nunca han sido el equipo estratosférico que muchos nos han querido vender. Y sí, antes de empezar con las explicaciones, soy muy consciente de que muchos pensarán que este artículo es ventajista y oportunista. Probablemente tengan razón, estaba esperando esta derrota para sacar un artículo sobre los Broncos, pero como resulta que por estos lares no se puede intentar hacer una crítica objetiva sobre un equipo cuando el equipo en cuestión está ganando porque el personal se ríe en tu cara, hay que aprovechar las pocas oportunidades de las que se dispone para hacer dicha crítica. Y a eso voy.
Los Broncos no son un equipazo precisamente. Como mucho, podríamos decir que los Broncos tienen un ataque del copón, pero (equipos especiales aparte) hasta donde yo sé un equipo de NFL lo forman dos unidades relativamente independientes entre sí: el ataque y la defensa. Y la defensa de los Broncos es un auténtico coladero. Y nada mejor que las estadísticas para verificar este extremo, y es que los Broncos son antepenúltimos en toda la NFL en yardas encajadas por partido con 397, últimos en la liga en yardas de pase encajadas por partido con 319.9 y los #27 en puntos encajados por partido con 28.1. Obviamente que se puede argumentar que muchas de estas estadísticas son fruto del juego rápido de Manning y compañía, que como anota mucho y muy rápido provoca que, además de que su defensa apenas pueda descansar, los equipos rivales tengan que lanzar como posesos para tener alguna opción de volver a meterse en el partido. Pero ojo, las estadísticas están ahí, toda esa multitud de yardas y puntos las han encajado realmente, y el hecho de que el ataque anote con frecuencia y abundancia no implica que la defensa, y muy especialmente la secundaria, tenga que relajarse porque haya un colchón de puntos en el marcador. La única tabla de flotación a la que se pueden sujetar los Broncos sería decir que esos malos números son por culpa de la sanción a Von Miller y que, cuando éste vuelva, la defensa será totalmente distinta. No voy a decir que Von Miller volvió precisamente este fin de semana y justo fue el partido que perdieron porque es un argumento muy cutre, simplemente puedo decir que habrá que ver durante más tiempo a esa defensa con Miller en el campo. De momento lo que sí es cierto es que el equipo no ha echado excesivamente de menos a Elvis Dumervil (protagonista involuntario del episodio del fax, lo que le convirtió en víctima de la patosidad extrema de John Elway y compañía) con lo que la vuelta de un pass-rusher obviamente puede influir positivamente pero quizá no sea tan decisiva como algunos creen. Porque viendo que los problemas de Denver están mayoritariamente en la secundaria, un plus de presión seguramente se agradecerá pero yo personalmente no pondría muchas esperanzas en que el rendimiento de la unidad diera un giro radical precisamente. Pero vamos, que nada de esto importa si el ataque mete más puntos de los que la defensa encaja, así que vamos a hablar de lo que realmente hay que hablar: el ataque.
Y voy a empezar con otro sorpresón: Peyton Manning no está físicamente a un nivel aceptable para la NFL. ¿Dónde va este chalado diciendo estas tonterías? ¿Manning se está petando todos los récords de yardas y puntos habidos y por haber, los Broncos tan sólo han perdido un partido y ahora resulta que es malo? No. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. De hecho creo sinceramente que Peyton Manning está jugando mejor que nunca en su carrera y, a diferencia del año pasado, este año sí creo que merece el MVP si sigue así. Pero no porque consiga récords y puntos, que en el fondo también es un factor importante, sino por algo mucho más extraordinario: creo que merece el MVP porque ha sabido adaptar su juego a sus limitaciones físicas. O dicho de otra manera, creo que Peyton Manning es ahora mismo el mejor jugador de la liga porque ha sido capaz de engañarnos a todos y hacernos pensar que es el mejor jugador de la liga. Me explicaré.
Desde que se volvió de la operación de cuello, Manning no puede pasar de forma fiable a más de 20 yardas. Es físicamente incapaz de hacerlo. De hecho si os fijáis en cada intento de pase largo que ha hecho desde entonces veréis que tiene que poner un esfuerzo inmenso en hacer el lanzamiento, a diferencia de cualquier otro quarterback de la liga que parece que pueda lanzar el balón a 50 yardas sin despeinarse. Es raro e incluso alguno podría llegar a pensar que da un poco de penita pero en el fondo es algo totalmente normal, la operación no le devolvió toda la movilidad deseada en su hombro y de ahí esas dificultades. Con lo cual, al poner mucho más esfuerzo en este tipo de lanzamientos su precisión en el pase largo baja, y veréis que durante estos partidos ha habido algunos lanzamientos largos horrorosos, especialmente en este último partido. Entonces, ¿cómo es que Peyton Manning es líder estadístico en tantos apartados si es incapaz de pasar a más de 20 yardas de forma fiable? Pues porque no lo hace. Consciente de sus limitaciones físicas, Peyton Manning ha sabido crear un tipo de ataque parecido a una West Coast Offense a lo bestia, en la que sus receptores hacen rutas muy rápidas y ganan las yardas después de la recepción. Y le ha funcionado a la mil maravillas. Primero, porque probablemente es el mejor quarterback de la NFL diseccionando defensas antes del snap, lo que hace que antes de que empiece la jugada ya sepa qué receptores van a estar solos, lo que garantiza un mayor porcentaje de éxito que tener que buscar al receptor desmarcado en cada jugada. Y segundo, pero no por ello menos importante, porque tiene un cuerpo de receptores extraordinario que tiene la capacidad para conseguir esas famosas yardas después de la recepción (YAC). ¿Adivináis qué equipo lidera la estadística de YAC? Efectivamente, los Broncos, con 1.234 yardas (un 48.1% de las yardas totales de pase de Peyton Manning). ¿Adivináis qué jugador lidera la estadística de YAC? Efectivamente, Demaryius Thomas, con 317 yardas. Pero no sólo eso, los Broncos tienen hasta un total de cuatro jugadores entre los 25 que más YAC han conseguido hasta la fecha (el ya mencionado Demaryius Thomas, Welker, Decker y Julius Thomas) y lo más increíble de todo es que ninguno de ellos es el corredor (Knowshon Moreno está el #59), una posición que por tipo de pases recibidos (screen, pases a la flat, checkdowns) es la más propensa a ganar yardas después de coger el balón. Es sencillamente genial, Manning está consiguiendo un juego de pase demoledor a pesar de que sus limitaciones físicas deberían impedirle directamente jugar al nivel de exigencia de la NFL; creo que ningún quarterback que no fuera Manning podría haber ideado algo así y solo por eso ya merece todo el reconocimiento del mundo. Ahora bien, teniendo en cuenta que es un ataque en cierto modo previsible puesto que la parcela del campo a cubrir es menor que en otros ataques aéreos, ¿va a poder aguantar este ataque a este ritmo durante toda la temporada? Sinceramente pienso que no. Y pienso que no porque en este partido contra los Colts empezamos a ver cómo una defensa se puede ajustar al ataque de Manning.
Obviamente que de vez en cuando Manning puede hacer un pase largo y completarlo, tiene a unos receptores extraordinarios que pueden llegar a bajarle cafeteras del cielo. Este fin de semana mismo, Eric Decker hizo su touchdown porque Antoine Bethea se resbaló en la cobertura, Julius Thomas hizo su touchdown porque milagrosamente bajó el melón que le habían lanzado y Demaryius Thomas hizo su touchdown porque ajustó muy bien la ruta a un pase que se había quedado cortísimo. Pero cuando el pase vuela largo lo normal no es que acabe completado. Primero por lo anteriormente comentado, la precisión de Manning en los pases largos no es ni de largo la que él desearía (como por ejemplo se vio en la intercepción de Morris Claiborne de hace un par de semanas), pero también hay otro factor incluso más importante que influye aquí. Precisamente porque el juego de pase habitual de los Broncos en esta temporada se basa en rutas muy cortas, normalmente Manning suelta el pase mucho antes de que le pueda llegarle el pass-rush, lo que hace que el trabajo de la línea (a la que hay que recordar que le faltan tres jugadores titulares) sea relativamente fácil. Por lo tanto, si la defensa cierra el pase corto y obliga a Manning a pasar largo, no sólo estará disminuyendo notablemente la fiabilidad del juego de pase sino que además dará más tiempo a los líneas defensivos a poder llegar al sack. Y eso creo que fue precisamente uno de los grandes objetivos de los Colts durante el partido del fin de semana y pienso que debería ser uno de los grandes objetivos de los equipos que se enfrenten a los Broncos a partir de ahora. Los Colts hicieron un enorme trabajo defensivo, estando casi siempre cerca de los receptores en la ruta corta, rompiendo pases y placando a los receptores inmediatamente después de la recepción. Eso obligó a Manning a pasar largo, algo que provocó un porcentaje de completados muy inferior al habitual (menos de un 60% cuando en la temporada lleva más de un 70%) y un aumento muy considerable de la presión que le llegó al quarterback de los Broncos, un aspecto clave en la victoria final de los Colts puesto que dicha presión provocó un safety y una intercepción. A poco que los coordinadores rivales se hayan fijado en este último partido, la efectividad del ataque creado por Peyton Manning creo que irá decreciendo prácticamente de forma inevitable.
Ojo, con eso no estoy descartando para nada a los Broncos para ganar el anillo a final de temporada. Manning es un quarterback excepcional, y exactamente igual que se ha inventado este ataque que nos ha dejado maravillados durante este tramo inicial de temporada puede irle haciendo modificaciones sobre la marcha durante las próximas semanas para que las defensas rivales no le pillen el truco. Para eso es Peyton Manning. Pero con una defensa que de momento (a la espera de Von Miller) es de las peores de la liga y un ataque al que puede que le hayan pillado el truco, los Broncos ya no parecen ni de lejos el equipo invencible que había estado siendo durante toda la temporada.
Así pues, aunque los signos de debilidad de los Broncos puedan parecer mínimos a estas alturas, este puede haber sido simplemente el primer sorpresón de los muchos que pueden llegar. Chiefs y Chargers, especialmente los primeros, de buen seguro que les querrán discutir una división que hasta hace poco parecía totalmente decidida a ojos de muchos. Y no sólo esos dos equipos, seguro que a estas alturas ya hay muchos otros equipos en la AFC que ven como pueden subírsele a la chepa a estos Broncos, y eso es algo altamente peligroso. Porque, después de invertir una gran cantidad de dinero en este proyecto y de posiblemente cargarse su futuro a medio y largo plazo, para estos Broncos todo lo que sea quedarse corto de la Superbowl no sólo sería un sorpresón sino que también sería un fracaso.