A estas alturas de temporada a todos nos gusta hacer predicciones de lo que va a pasar en los partidos. Ya sabéis, eso de quién va a ganar, como va a transcurrir el partido, quienes serán los jugadores más destacados, cuales pueden sufrir, etc. Y para intentar pronosticar partidos futuros lo que normalmente hacemos es juzgar en base a nuestras experiencias anteriores: cosas que hemos observado antes en ambos equipos, jugadores que han brillado o lo han hecho mal durante la temporada y, como mucho, alguna sospecha o incluso alguna preferencia personal que podamos tener. Lógico, ¿verdad? Por supuesto, hasta ahí todo normal. Pero en este deporte hay partidos que no se rigen por la lógica. Ni por la lógica, ni por las estadísticas previas, ni por las cosas que hayamos visto anteriormente ni, en resumen, por nada que tenga un mínimo de sentido común. En este deporte hay partidos que se deciden por cosas completamente imposibles de predecir, que se deciden por detalles y situaciones que no cabían en la cabeza de ni tan siquiera el más imaginativo de los aficionados. Pues ese tipo de detalles fueron los que acabaron decidiendo el último partido entre los Patriots y los Broncos: un partido con un resultado inexplicable que se decidió por pequeñas cosas aún más inexplicables.
Porque no, por mucho que los Broncos tuvieran el primer seed en la AFC, por mucho que tuvieran una de las mejores defensas que se ha visto nunca en la historia de este deporte y por mucho que jugaran en casa, que es un entorno mucho más favorable para ellos (especialmente para Peyton Manning) que Foxboro, esto de que se llevaran este partido no se lo esperaba nadie. No nos engañemos, alguno le podía dar alguna opción, pero el favorito claro era New England. Los Patriots deberían haber ganado sobradamente y si no lo hicieron fue por errores propios, pero no por sus inferioridades en ciertos aspectos del juego que todos podíamos prever a la hora de hacer pronósticos para el partido. New England no perdió porque la línea de ataque estuvo realmente mal puesto que, aunque está claro que era un apartado en el que Denver iba a aplastar a los Patriots, eso ya lo veía venir todo el mundo. No. Lo que provocó la derrota de New England fueron varios errores que absolutamente nadie podía sospechar que fueran a pasar. Porque fueron errores cometidos por los que damos por sentados, los que nunca fallan, los que hacen que nos echemos las manos a la cabeza cuando vemos que cometen un error porque es lo último que esperaríamos. Algo a priori inexplicable. Pero fue así, y varias veces.
Lo que provocó la derrota de New England fueron varios errores que absolutamente nadie podía sospechar que fueran a pasar
Muestra nº1

Corría el minuto 13:11 de partido, o dicho de otra manera faltaba 1:49 para el final del primer cuarto y un tal Stephen Gostkowski, que pasa por ser el mejor kicker de toda la liga a años luz del siguiente, se disponía a chutar un extra point que iba a permitir a los Patriots empatar el partido a 7 tras un inicio más flojo de lo esperado. Un chut que iba a dar tranquilidad a una afición y a un equipo que estaban ya un pelín nerviosos porque las cosas no estaban saliendo tan bien como se preveía. Nadie mejor que él para chutar ese extra point puesto que no sólo no había fallado ninguno esta temporada sino que había metido los últimos 523 que había chutado. Sí, no hay error de teclear ni es un número al azar para exagerar, Gostkowski llevaba 523 extra points convertidos de manera consecutiva hasta ese momento. Pues lo falló. Inexplicable. Y es cierto que luego metió dos field goals más lejanos, y por el centro que entraron, pero el daño ya estaba hecho. Bueno, el daño, tampoco debía haber para tanto, que era sólo un punto, tampoco vendría de aquí, ¿no? Pues sí y no. Sí que vino de aquí, porque fallar ese extra point obligó a los Patriots a jugarse la conversión de dos en la última jugada del partido, y si Gostkowski hubiera metido ese primer extra point a los Patriots les habría valido con otro extra point al final del partido para forzar la prórroga. Aunque supongo que en ese caso hipotético la gente tampoco habría estado conforme con chutar el extra point para empatar, porque las estadísticas dirían que se la tendrían que jugar de dos para llevarse el partido y no someterse a las crueles reglas de la prórroga. Ah no, que no es Mike McCarthy, aquí a nadie se le ocurriría querer cargarse al entrenador por buscar empatar el partido (recordemos, un partido de Playoffs fuera de casa) en vez de arriesgarlo todo a una sola jugada. Uy, perdón, que me voy del tema. El caso es que, igual que sí que vino de aquí, a la vez no debería haber venido de aquí porque los Patriots deberían haber sido mucho más superiores que un simple extra point anotado o fallado. Por lo tanto, me niego a que la culpa de los problemas de New England recaiga en alguien que intervino en un porcentaje bajísimo de las jugadas del partido. Por lo tanto, pasemos a otros culpables más determinantes.
Muestra nº2
No es novedad que la defensa de los Patriots sea un cúmulo de jugadores más bien reguleros a los que un entrenador extraordinario pone sobre el campo para que rindan a un nivel acojonante. De hecho, este año ha sido así más que nunca porque el general manager del equipo se ha encargado de que la plantilla en defensa fuera así de floja. No sé como el entrenador no se ha hartado del general manager ya, porque madre mía que faenas le deja. Igual es porque son la misma persona. A ver si será eso. Vale, que me dejo de divagaciones. El caso es que en esta defensa de New England, que por lo general es normalita en cuanto a talento, hay algunos jugadores que sobresalen. Es el caso, por ejemplo, de Devin McCourty (aunque este no es el mejor año para destacarle), de Donta Hightower o de Jamie Collins. Y si bien me puedo esperar fallos de otros jugadores, de Duron Harmon por ejemplo hasta me podría esperar que echara al suelo a su propio compañero en un retorno de punt, jamás me esperaría que fuera uno de esos tres cracks quien llevara al equipo a perder. Pues efectivamente, Jamie Collins fue uno de los principales responsables de la derrota de los Patriots en Denver. No voy a negar que Collins tuvo varias jugadas en las que estuvo acertado, pero sus dos cagadas fueron claves para entender la victoria de los Broncos. La primera, en el primer touchdown de recepción de Owen Daniels puesto que, no sabemos si por falta de entendimiento con sus commpañeros o porque no se enteró de la jugada, le dejó marchar solo cuando parecía que le estaba cubriendo. La segunda, mucho peor en mi opinión, en el segundo touchdown de Owen Daniels. Nótese la tendencia. Y esta es peor porque aquí no hay ni faltas de entendimiento ni nada, es un uno contra uno de Collins, que es un linebacker super atlético y capaz de cubrir a quien sea, y Owen Daniels, que es un tight end muy fiable pero bastante tronquete. Pues le rompe totalmente. Collins intenta anticipar una ruta imaginaria que sólo ve él en su cabeza y Daniels le gana en largo. Inexplicable. Dos cagadas que propician directamente los dos únicos touchdowns anotados por Denver.
La mitad de jugadas destacadas del ataque de Denver son responsabilidad de Jamie Collins
No, es que sólo fueron dos errores puntuales, es que los sacks no los cuentas y tienen su mérito, es que es injusto y esas cosas. Pues mira, igual más injusto es para Gostkowski, que metió los dos field goals que tuvo, cometió la mitad de cagadas que Collins y se le está crucificando. Siendo sinceros, la defensa de New England tuvo un planteamiento defensivo perfecto, centrándose en parar la carrera y teniendo emparejamientos a priori favorables en el juego de pase. Y como prueba de ello está el hecho de que Denver creo que sólo tuvo cuatro jugadas de ataque destacadas en todo el partido: un jump ball a Emmanuel Sanders (que tampoco acabo de entender mucho ni cómo se manda esa situación a un receptor por debajo de 6 pies ni como éste la acaba cogiendo), una carrera larga de CJ Anderson en 3rd & 1 (en la que arriesgas metiendo a todos en la línea y no llegas, puede pasar) y las dos cagadas de Collins contra Owen Daniels, que a priori es un emparejamiento muy favorable para New England. O sea, que por mucho que lo haya hecho bien en otras jugadas, casi se podría decir que la mitad de jugadas destacadas del ataque de Denver son responsabilidad de Jamie Collins. O poniendo un ejemplo más bestia, se podría decir que 14 de los 20 puntos anotado por los Broncos, un 70%, son consecuencia directa de sus errores. De los errores del que recordemos que es uno de los mejores jugadores de esa defensa, si no el mejor. Inexplicable total. Pero aún así, son dos errores puntuales que llevaron el total de puntos encajados a 20, en condiciones normales New England debería haber podido anotar más que esos 20 puntos y llevarse el partido igual. Pero no fue así. ¿Por qué?
Owen Daniels shakes off the defender Peyton Manning lofts a beautiful touch pass This one ends with SIX. #NEvsDEN https://t.co/5mMcyqJzzs
— NFL (@NFL) enero 24, 2016
Muestra nº3
Sí, efectivamente, falló el que menos esperaba nadie. Si antes del partido me preguntan que de quién tengo menos dudas de que va a petarlo en el partido mi respuesta, con el permiso de Gronkowski, habría sido sin duda Tom Brady. Pues ni de coña. Porque quien más falla y quien creo que más responsabilidad tiene de la derrota de los Patriots es el que probablemente es el mejor quarterback de la historia de la NFL. Inexplicable elevado a la enésima potencia. Venga, ¿pero donde vas? Pero si es evidente que Brady hizo todo lo que pudo y que fue la castaña de línea ofensiva la que no le dejó jugar cómodo, bastante hizo ya con lo que hizo. Pues, otra vez, sí y no. Es evidente que con la presión que le pusieron los Broncos es complicadísimo jugar, pero es que se lo buscó él solito. Todo el mundo sabía que con esa línea de ataque llena de lesionados y parcheada a más no poder a Brady le iba a llegar la presión. Si lo sabía hasta yo, ¿cómo no lo iba a saber él? Pues en vez de intentar minimizar esos daños y hacer que la debilidad en la línea se notara lo mínimo posible, ni Brady ni el resto del staff ofensivo hicieron nada para contrarrestarlo, simplemente se limitaron a que el pass-rush llegara una y otra vez. Y me parece una actitud de buscarse una excusa porque asumes que la cosa irá mal, no de querer poner soluciones e intentar ganar el partido. Una actitud que, además de inexplicable, es muy triste. Porque en el fondo, si hubieran querido, hay muchas cosas que se pueden hacer.
De hecho, esto de esconder la debilidad de su línea ofensiva es algo que Peyton Manning ha estado haciendo los últimos cuatro años, de hecho se ha creado un sistema de juego que gira alrededor de ese concepto y en términos generales no parece que le haya ido muy mal. Manning ha ido evitando sistemáticamente la presión hasta el punto de que en las temporadas regulares que ha jugado en Denver (las que ha jugado enteras, o sea, de 2012 a 2014) le habrán hecho alrededor de 50 QB hits por temporada. Estamos hablando de 16 partidos. El domingo, en un solo partido, a Brady le hicieron un número indeterminado entre 20 y 25 hits (la gente no se acaba de poner de acuerdo en eso, pero por ahí va la cosa). Obviamente cada línea es un mundo y las situaciones pueden ser todo lo distintas que queráis pero, teniendo un ejemplo tan reciente, un número tan sumamente elevado de hits recibidos es algo inaceptable e injustificable. Y no creo que fuera algo difícil, no es que Brady tuviera que descifrar blitzes complicadísimos, el pass-rush de Denver solía ser tres o cuatro tíos que estaba clarísimo que entraban y, aún así, llegaban porque nadie se lo impedía. Por ser superiores a la línea de ataque, por supuesto, pero también porque nadie se dignó a poner líneas de siete tíos bloqueando, a cantar jugadas que movieran el pocket o, especialmente, a buscar jugadas de pase mucho más rápido en las que Brady no tuviera que aguantar el balón durante mucho tiempo. En este sentido también es cierto que el playcall no ayudó, por ejemplo nunca se puso a Edelman o a Amendola en disposición de aprovecharse de sus yardas después de la recepción o la jugada del primer cuarto down que fallaron fue una elección deplorable, pero si Brady ve que las cosas no funcionan supongo que debe tener los galones suficientes como para ir a McDaniels y exigirle que cambie radicalmente el rumbo del ataque. O si eso no funciona, para directamente cambiar jugadas enteras en el huddle. Digo yo.
Brady no fue Brady sino alguien de nivel muy inferior que no estuvo para nada a la altura ni de las circunstancias ni de las expectativas
En fin, que hay soluciones para hacer que los problemas de la línea se noten lo mínimo posible pero en vez de querer usarlas Brady se resignó a recibir piñazos snap tras snap. Y si hubiera sido capaz de completar los pases con esa presión constante pues no habría nada que decir, nadie mejor que él para decidir si le merece la pena sacrificarse a nivel físico para que el equipo avance. Pero es que eso de completar y avanzar resulta que no fue demasiado así. Resulta más bien que Brady estuvo superado por esa presión durante casi todo parte del partido, se jugó tramos realmente horribles de partido, lanzó intercepciones lamentables (aún me estoy decidiendo sobre cual de las dos fue más lamentable) que condujeron directamente a puntos en el marcador y se mostró incapaz de encontrar matchups favorables hasta bien entrada la segunda parte (cuando empezó a buscarle las cosquillas a Brandon Marshall). Que sí, que obviamente entiendo que es muy difícil porque si vienen a la presión con cuatro significa que hay siete cubriendo, y precisamente los Broncos no son malos en esa faceta del juego, pero es un trabajo que Tom Brady debería haber podido hacer sin problemas. Lo que pasa es que en este partido Brady no fue ni la sombra de lo que todos esperábamos que fuera. De hecho más bien pareció un quarterback que no se preparó el partido, que nunca quiso hacer ajustes a pesar de que las cosas estaban yendo fatal y que, como hecho más sintomático de lo que parece, acabó el partido lanzando castañas al bulto en dirección a Gronkowski para que le salvara la papeleta como si fuera Stafford lanzándole melones a Calvin Johnson. Ver para creer. Que alguien que, repito, probablemente es el mejor quarterback de la historia de la NFL acabe agarrándose a ese recurso tan desesperado es la mayor prueba de que ayer Brady no fue Brady sino alguien de nivel muy inferior que no estuvo para nada a la altura ni de las circunstancias ni de las expectativas. Y eso creo que es lo más inexplicable de todo.
https://www.youtube.com/watch?v=vOaoW7hhD6I
Y que conste que todo esto no pretende ser una crítica a los Broncos. Lo cierto es que los Broncos jugaron un partido en el que dieron como equipo todo lo que podían dar de sí, hicieron lo que tenían que hacer y el devenir del partido les acompañó. Pero la sensación de que Denver jugó un partido casi antológico y los Patriots lo hicieron todo lo mal que pudieron, y que aún así el partido se acabara decidiendo casi en la última jugada, es lo que hace que la victoria de los Broncos sea tan complicada de comprender. De cien partidos que jueguen en estas condiciones igual los Broncos ganan tres, cinco tirando largo, y tuvieron la suerte de que una de esas victorias tocara cuando más importaba. Felicidades, porque supongo que tiene su mérito. Pero eso no esconde que los Patriots eran muy superiores sobre el papel y deberían haber sido muy superiores sobre el campo, y si no lo fueron fue simplemente porque en ese partido la cagaron. La cagaron ellos solitos. Y tratándose de un equipo históricamente tan fiable en partidos a estas alturas de temporada, es lo que más difícil me resulta de entender, y como no lo entiendo, en mi cabeza sólo puedo definirlo de una manera: inexplicable.