¡Feliz año a todos! Bueno, ya sé que hoy no es exactamente el día más indicado para felicitar el año teniendo en cuenta que ya lo hemos empezado, pero tenía que intentarlo aunque fuera un poco tarde. Espero que, a pesar del retraso, aún tengáis en cuenta mis buenas intenciones y aceptéis mis felicitaciones. Pero es que el llegar tarde tiene eso, que por muchas buenas intenciones que uno tenga, conseguir un determinado objetivo no depende tanto de los méritos que uno haga sino de la compasión que otros puedan tener. En este caso cutre y un tanto forzado de la felicitación de año nuevo, vosotros podríais pensar que donde voy felicitando algo fuera de tiempo y tomaros la felicitación a risa. Pero obviamente hay ejemplos mucho más claros que este. Y no hace falta ir muy lejos para encontrarlos, los tenemos en la NFL y en lo que les ha pasado a los Pittsburgh Steelers esta última semana.
Es indudable que los Steelers son ahora mismo uno de los equipos más en forma de la liga. Vienen de ganar sus últimos tres partidos (ante rivales de entidad como Cincinnati o Green Bay) y han ganado en seis de los últimos ocho, siendo sus dos derrotas un partido ante Baltimore que se decidió por una conversión de dos puntos fallada y el partido ante Miami en el que no ganaron porque Antonio Brown pisó medio milímetro de línea de banda en la última jugada del partido. Una racha tanto de resultados como de juego que pocos han tenido durante esta temporada. Pero tienen un pequeño problema porque, a pesar de estar jugando a un nivel altísimo en estas últimas semanas, ya no van a jugar más en lo que queda de temporada. Algunos considerarán que es una lástima pero lo cierto es que, después de un inicio de temporada en el que Pittsburgh fue uno de los peores equipos de la competición, los Steelers llegaron a la última jornada necesitando ganar su partido y un milagro en forma de derrotas de Baltimore, Miami y San Diego para poderse meter en playoffs. No sucedió tal milagro, San Diego ganó su partido con lo que ese inicio desastroso ha sido determinante y, a la postre, ha sido lo que condenado a los Steelers a quedarse sin playoffs.
Aquí hay dos frentes a analizar. El primero probablemente es el menos importante, y es lo que pasó en esta última jornada de NFL. Como hemos dicho, Pittsburgh necesitaba una serie de resultados coincidentes para poderse clasificar que al final no pudo darse. Pero hay que ver las condiciones en las que no pudo darse. Lo primero que hay que destacar es el tema del horario. La lógica dicta que, cuando varios equipos tienen el mismo objetivo en la última jornada de competición, los partidos deben jugarse a la misma hora para no crear agravios comparativos entre los equipos implicados. Normalmente es así pero, mágicamente, en este caso todos los equipos jugaron a las 7 de la tarde excepto San Diego, que lo hizo a las 10. ¿El porqué? Vaya usted a saber. Me dan igual las franjas horarias, los intereses televisivos o si al encargado de abrir el campo le iba mal hacerlo porque tenía hora con el dentista, no puede ser que San Diego jugara sabiendo el resultado de todos sus otros rivales. Y no porque se dieran a su favor, que es casi lo de menos, simplemente porque es algo que claramente puede distorsionar el curso normal de la competición. Pero da igual, seguimos que aún hay más.
Por ser el último partido de la temporada regular, los Chiefs (el rival de San Diego) jugaron con muchos jugadores reserva. No se jugaban nada, iban a tener el primer puesto de wildcard tanto si ganaban como si perdían, así que los Chiefs miraron por sus intereses y reservaron a sus jugadores más importantes para evitar posibles lesiones de cara a su próximo compromiso de playoffs. ¿Es esto adulterar la competición? Pues no. A diferencia de la situación anterior en la que la liga debería mediar para que todos los equipos jueguen en igualdad de condiciones, esta es una situación en la que un equipo mira por sus propios intereses. Como debe ser. Obviamente que hay daños colaterales, en este caso los Steelers se vieron perjudicados porque los Chargers se enfrentaron a unos Chiefs sin Alex Smith, Jamaal Charles, Derrick Johnson y otras estrellas que Kansas City dejó sin jugar, pero son factores que hay que achacar más a la mala suerte que no a un intento voluntario de adulterar la competición. ¿Se ha quejado la gente de que los Steelers se enfrentaron a unos Packers sin Aaron Rodgers? ¿Verdad que no? Lógico, Rodgers estaba lesionado y no podía jugar, pero eso también creaba un agravio comparativo con Ravens, que sí se había enfrentado a unos Packers con su quarterback estrella a los mandos. Pues esto en el fondo es lo mismo, los Steelers tuvieron muy mala suerte de que necesitaban una victoria de los Chiefs para pasar a playoffs, una victoria que los Chiefs no necesitaban en absoluto. Aún así es encomiable que, con un equipo plagado de suplentes, los Chiefs jugaran el partido para ganarlo y estuvieran a punto de hacerlo en varias ocasiones, hasta el punto de que los Chargers tuvieron que ganarlo en la prórroga. De hecho, tuvieron un field goal al final del tiempo reglamentario para ganar el partido pero Ryan Succop lo falló. Y eso, a parte de colocar a Succop como uno de los jugadores más odiados en Pittsburgh, lleva al último punto a comentar de este partido.
Resulta que los Chargers alinearon 7 jugadores a un mismo lado del center a la hora de intentar bloquear el field goal, algo ilegal porque sólo se pueden alinear un máximo de 6, pero los árbitros no pitaron nada. Puedo entender muchas cosas en el arbitraje, básicamente porque suelen ser errores de apreciación, pero lo que no puedo entender bajo ningún concepto es que haya una falta que es tan fácil de detectar como contar hasta 7 y que no se sancione. Contar hasta 7, creo que cualquier árbitro está capacitado para hacerlo ¿no? Pues no. Succop falló el field y el partido se fue a la prórroga, donde acabó ganando San Diego. Por tanto, ahí sí que los fans de los Steelers (y los de los Chiefs si lo desean) pueden quejarse y cagarse en todo lo que se mueve, porque si los Chiefs llegan a meter ese field goal habrían ganado el partido y la penalización les daba otra oportunidad de transformarlo. Ah, y sí, me da igual la corriente de opinión que se ha generado últimamente de que los fans del football no nos podemos quejar del arbitraje porque nos pareceríamos demasiado a los fans del fútbol europeo, si hay una cagada arbitral y yo como fan me siento perjudicado tengo todo el derecho del mundo a protestar, a quejarme y a gritarle al aire todo lo que quiera. Sólo faltaría. ¿Que es que el football es un deporte superior que tiene a aficionados que sólo analizan fríamente y asumen todas las consecuencias con naturalidad? ¿O podemos ser un poco pasionales y mostrar un poco de cabreo si se perjudica a nuestro equipo? En una liga en la que no sólo existe la repetición de vídeo para confirmar decisiones aribtrales que pueden ser controvertidas sino que además mucha gente se enorgullece de ello, cagadas aribtrales de este calibre son inadmisibles. Y si fuera de los Steelers estaría extremadamente cabreado con el dichoso field goal, porque algo muy sencillo de sancionar les ha privado de estar en la postseason.
Pero en el fondo llegar tarde tiene eso, que si cosas que no dependen directamente de ti no suceden exactamente como quieres acabas siendo el mayor perjudicado, por muy injusta que sea la situación concreta que acaba con tus ilusiones. Y ese es precisamente el segundo punto importante a analizar. Lo que muchos se preguntan es, si los Steelers eran a día de hoy uno de los equipos más difíciles de batir de la NFL, ¿cómo puede ser que empezaran la temporada siendo un completo desastre de equipo? ¿Parece totalmente incomprensible no? Pues en realidad no tanto. Pittsburgh ha sido durante los últimos tiempos uno de los equipos punteros de la NFL, han sido un equipo muy temido por su estilo de juego físico y han conseguido un par de Superbowls que confirman que realmente eran uno de los mejores equipos de la liga. Pero, como cualquier generación de jugadores y cualquier equipo mítico, estos Steelers eran un equipo que no podía durar para siempre. A pesar de los esfuerzos para mantener especialmente ese bloque defensivo que tantas dificultades presentaba a los equipos rivales, durante las dos últimas offseasons el equipo ha tenido que hacer una reconstrucción simplemente porque algunos de los jugadores más importantes eran ya demasiado veteranos y no rendían al nivel que solían hacerlo. Además, teniendo en cuenta que la defensa de Pittsburgh está muy basada en un pass-rush feroz y constante, es lo más normal del mundo que bajara su rendimiento puesto que los jugadores clave reemplazados fueron Aaron Smith y James Farrior en 2011 y James Harrison y Casey Hampton en 2012. Todos jugadores del front seven. Con lo cual, ya sea en forma de entrada de jugadores nuevos (como Cameron Heyward o Jarvis Jones) o de reorganización de roles dentro del campo (Lawrence Timmons tuvo que asumir más galones como playcaller), tanto cambio de personal en el punto fuerte de la defensa ha hecho que el rendimiento defensivo global del equipo se haya resentido, aunque fuera simplemente porque la unidad tenía que pasar por un pequeño proceso de adaptación. Pero a la que los jugadores se han empezado a encontrar cómodos en sus funciones, oh qué sorpresa, la defensa de Pittsburgh ha vuelto a incrementar su nivel. No a los niveles de hace unos años, por supuesto, pero a unos niveles aceptables que permiten al equipo ganar partidos. Si a esto le sumamos que la otra gran fuerza histórica del equipo, el juego de carrera, también ha cambiado de protagonista en esta última offseason (el rookie Le’Veon Bell ha cogido el rol de corredor titular, y su mejoría a lo largo de la temporada ha sido muy notable) resulta muy fácil entender como este equipo pudo pasar de ganar dos partidos de los 8 primeros a ganar 6 de los 8 últimos.
Ahora bien, que nadie espere que los Steelers vuelvan a ser en breve el equipo de hace unos años, de hecho pienso que aún costará porque ni los jugadores están perfectamente aclimatados ni la reconstrucción está totalmente hecha. Jugadores como Brett Keisel, Ike Taylor (aún no consigo entender cómo dejaron marchar a Keenan Lewis a los Saints), Ryan Clark o el mismísimo Troy Polamalu tendrán que ser reemplazados en breve. Algunos de estos reemplazos puede que ya estén en plantilla, es el caso por ejemplo del safety Shamarko Thomas, pero ahí es donde vuelve a entrar lo del proceso de adaptación. El sistema defensivo de Dick LeBeau es bastante complejo y requiere de bastante tiempo para comprenderlo y ejecutarlo a la perfección, con lo que cualquier jugador que entre a jugar bajo ese sistema pasará casi inevitablemente por ese periodo de aclimatación, y es muy posible que la defensa se resienta de ello. Pero si LeBeau sigue ahí, que teniendo en cuenta su edad es algo que no está demasiado claro, es muy posible que en tres o cuatro años la defensa de los Steelers vuelva a reinar en la liga. Porque la fuerza de la defensa de los Steelers no recae tanto en los jugadores que estén sobre el campo sino en la ejecución del sistema de LeBeau, porque si el sistema está bien ejecutado la defensa será un muro juegue quien juegue. Eh, y no lo digo sólo yo, lo dicen auténticos cracks de esto como Rubén Ibeas, y de hecho si estáis interesados en saber más sobre este sistema defensivo os recomiendo encarecidamente que leáis su artículo en el blog de Zona Roja sobre precisamente esto: el sistema defensivo de Dick LeBeau. No os lo podéis perder.
El caso es que es muy posible que el año que viene los Steelers también tengan un inicio de temporada algo flojo, habrá cambios en ambos lados del balón y de buen seguro que habrá un periodo de adaptación. El tema clave aquí es trabajar muchísimo durante la offseason para que ese periodo de adaptación sea lo más corto posible, que dure dos o tres partidos tirando largo para que, cuando el equipo empiece a funcionar bien, se pueda compensar ese bache de resultados inicial y el equipo pueda acabar clasificándose para playoffs de forma holgada. Porque ya hemos visto que si el bache es demasiado grande y se llega tarde a la lucha por los playoffs, sueles depender de otros equipos, y cuando dependes de otros hay un montón de cosas que tienen que salir bien en las que tú no puedes influir para nada. Y eso casi nunca pasa.