El otro día me pasó una cosa curiosa. Estaba en la puerta del ascensor para salir del metro junto con un par de señoras que volvían de la compra con sus respectivos carros. A ambas se las veía ansiosas por llegar a casa así que, muy amablemente, las dejé pasar y entré yo el último al ascensor. Pero mi gesto no fue totalmente inocente, de hecho sabía que si entraba el último luego sería el primero en salir. Y así fue. Y no sólo pude salir primero con cierta ventaja respecto a las dos señoras sino que, ya desde un par de metros de distancia, vi como ambos carros chocaban justo en la puerta porque las dos señoras quisieron salir del ascensor a la vez. ¿Que porqué cuento esta anécdota tan tonta y aparentemente irrelevante? Pues porque este episodio se podría resumir en que, si existiera como concepto, se podría decir que hice tanking de ascensor: perdí a propósito mi posición inicial en la cola del ascensor para luego poder salir primero y así sacar un beneficio a corto plazo. Y es que, pese al sabor amargo que deja una derrota por muy momentánea que sea, dejarse ganar para salir beneficiado en un futuro cercano puede resultar una estrategia global muy buena. Eso que dicen de dar un paso hacia atrás para poder dar dos hacia adelante. Es por eso que, a estas alturas de temporada, siempre empiezan a aflorar las sospechas de que algunos equipos de la NFL que ya no tienen opciones a entrar en playoffs están usando esta estrategia, es decir, se dejan ganar para mejorar su posición en el draft del año siguiente. Sobre el papel es una estrategia cojonuda: un equipo pierde, vuelve a perder, termina con un récord penoso que le hace elegir por encima de otros equipos que quizá ya son más malos que ellos y, gracias a ello, logra elegir jugadores que representa que serán mejores que los que elija el vecino. Viéndolo así, ¿quién no iba a hacerlo? Pues la verdad, creo que no lo hace nadie. Y es que a la práctica, el tanking es una táctica con un fallo muy grande, un fallo lo suficientemente importante como para hacer imposible su realización en la NFL: el tanking no cuenta con el factor humano.
No os voy a engañar, hasta hace muy poco yo pensaba que había tanking en la NFL. Creía que había equipos que, quizá no de forma muy flagrante, pero sí que se esforzaban tirando a poco para ganar el partido que estaban jugando precisamente con el propósito de conseguir una mejor posición para el siguiente draft. Pero gracias a los partidos de esta semana me he acabado de convencer de lo contrario. Ahora mismo pienso que el tanking podría ser una táctica muy buena pero sólo a nivel ejecutivo. Cuatro tíos en una reunión con la corbata puesta y un café en la mano, pueden decidir que lo mejor para el equipo es dejarse ganar para así tener más posibilidades de elegir a fulanito o a menganito, que seguro que les hará ser mejores dentro de no demasiado. Me parece perfecto, habrá sido una reunión cojonuda y habrán tomado una decisión acojonantemente sabia, pero ahora que alguien baje al vestuario y le diga a los jugadores que lo que tienen que hacer es dejarse ganar por el bien del equipo. Efectivamente, los jugadores le dirán que se suba a lo alto de un árbol y baile una jota. Los jugadores de football son extremadamente pasionales y su mueven mucho por los sentimientos y la motivación, sencillamente no les puedes contar que dejen de hacer su trabajo porque, en frío y de forma reflexiva, cuatro pavos trajeados y sentados alrededor de una mesa han decidido que lo mejor para el equipo es perder. Porque les mandarán a freír espárragos. Los directivos pueden querer lo que sea, incluso algún fan indignado puede querer lo que sea, pero un jugador de la NFL difícilmente se tragará el orgullo para dejarse ganar, aunque el pick #1 dependa de su actuación. Y sólo hace falta ver algunos de los partidos de este fin de semana para darse cuenta de ello.
Tenemos dos ejemplos claros en los Minnesota Vikings y los Jacksonville Jaguars, equipos con un récord muy malo que lucharon hasta el final y y acabaron ganando sus respectivos partidos, pero creo que el ejemplo más evidente de que los jugadores nunca quieren perder lo tenemos en el partido de los Falcons. Atlanta era un equipo que en pocas jornadas pasó de ser uno de los favoritos para llegar a la Superbowl a ser una de las grandes decepciones de la temporada. Fuera por las lesiones de jugadores importantes (Roddy White, Julio Jones, Sean Weatherspoon y Steven Jackson entre otros), fuera por mala suerte en partidos que perdieron de forma ajustada, fuera por la exigencia de un calendario bastante fuerte o fuera por la razón que queráis, el caso es que los Falcons cosecharon varias derrotas seguidas y sus aspiraciones se fueron al traste muy prematuramente. Podrían haberse aprovechado de ello, tirar definitivamente la temporada y empezar a pensar en la siguiente. Y siendo más concretos, viéndose 14-0 abajo en el primer cuarto de este último partido ante Buffalo, les habría sido muy fácil bajar los brazos y dejar pasar el tiempo hasta que el partido finalizara y otra derrota se aposentara en su casillero. Pero no lo hicieron. Buscaron remontar el partido, lo mantuvieron igualado hasta llegar a la prórroga y consiguieron ganarlo en el tiempo extra. Sólo había que ver la cara de felicidad y la alegría de los jugadores de los Falcons, especialmente de los defensas que estuvieron involucrados en los dos fumbles recuperados en el tramo final de partido. Estaban pensando en lo bien que sienta haber hecho una gran jugada que da al equipo grandes opciones de ganar un partido (aún no lo habían ganado en esos momentos), no creo que estuvieran pensando precisamente en lo grave que era esa victoria para sus aspiraciones de draft. Que lo era.
Si hubieran seguido perdiendo como hasta ahora, los Falcons habrían estado en disposición de draftear a Jadeveon Clowney, probablemente el mejor pass-rusher de los últimos años en la NCAA y un jugador que además cubría una de sus necesidades básicas. Pero con esta victoria probablemente el jugador no les llegará y tendrán que conformarse con algún jugador a priori peor puesto que, debido al calendario exigente que comentaba anteriormente, su strength of schedule (una de las herramientas más habituales para desempatar entre equipos con el mismo balance) es muy elevado, algo que en el orden del draft les hará quedar por debajo de cualquier otro equipo con su mismo récord. Pero eso no se lo cuentes a los jugadores, su responsabilidad era jugar bien y ganar, y eso fue exactamente lo que hicieron. Y bien contentos que estaban de haberlo hecho, porque en el fondo los jugadores tienen que hacer su trabajo y los directivos trabajar en base a los resultados cosechados, nunca una decisión directiva debería entorpecer el rendimiento de un equipo. Y soy consciente de que algunos me pondrán el ejemplo de los Houston Texans como equipo que posiblemente esté haciendo tanking, pero sólo con ver lo que compitieron y lo que se dejaron los huevos en este último partido ante Patriots debería ser suficiente como para descartar esa idea. Obviamente que puede ser que un equipo pierda varios partidos seguidos, incluso contra pronóstico como estos Texans, pero será por falta de calidad en los jugadores y/o entrenadores o por falta de motivación, puesto que cuando en la NFL un equipo entra en una dinámica negativa es muy difícil salir de ella. Nunca será porque el equipo quiera perder a propósito.
Pero pongámonos en el hipotético caso de que los jugadores hacen caso a esos señores con traje y corbata y se avienen a hacer tanking. ¿Sería una decisión tan buena como a simple vista pueda parecer? La impresión que me da es que no. Pero para nada. Así de primeras, creo que es algo que choca de frente con la competitividad y la deportividad de una competición como la NFL, pero ahí no me puedo meter, eso es algo que cada uno tendría que arreglar con sus conciencias. O con sus bolsillos, que no descartaría que cayeran multas elevadas si el caso es muy flagrante. Luego está el problema del profesionalismo de los jugadores, que estarían cobrando auténticas morteradas de dinero por un trabajo que se supone que están haciendo, pero teniendo en cuenta que serían cosas propias de la franquícia, otra vez allá cada uno con su conciencia y su sentido de la responsabilidad. El problema principal del tanking vendría en la relación con los fans. Uno puede decir las barbaridades que quiera desde el sillón de su casa, pero cuando se pone delante del televisor (o del ordenador) a ver un partido siempre quiere que gane su equipo. Siempre. Ya ni comento los aficionados que van al campo. Y no nos engañemos, un equipo se tiene que deber a sus aficionados porque, al fin y al cabo, son los que les dan la vida. ¿Qué aficionado quiere comprar una entrada para ver a un equipo cuando sabe que dicho equipo se paseará por el campo y perderá a propósito? Pues no creo que muchos, o sea que campo vacío al canto. ¿Y qué agentes libres querrán venir a un equipo que se ha dejado ganar y que, además, juega en un campo al que no acude prácticamente nadie? Tampoco creo que muchos. ¿Y qué jugadores de la plantilla actual querrán renovar con su equipo sabiendo que, si las cosas no van tal y como desean, tendrán que dejar de competir a media temporada? Pues otra vez da la sensación de que tampoco muchos. Todo parece ser como una pescadilla que se muerde la cola. En el caso que un equipo hiciera un tanking catedralicio probablemente obtendría un pick de draft del cagarse, pero también correría el riesgo de perder a su fan base, a sus propios jugadores y la posibilidad de fichar jugadores de otros equipos. Y todo por estar arriba en el draft y tener la opción de elegir a uno de los mejores jugadores de college, una ciencia que ya hemos visto en los últimos años que no es nada exacta. Y es que un pick altísimo de draft tanto te puede dar un Calvin Johnson como también te puede dar un JaMarcus Russell si tu trabajo de scouting y de desarrollo de jugadores no es el óptimo. ¿Merece la pena arriesgarlo todo simplamente para tener esa opción de elección? Me da la ligera sensación de que no.
Por lo tanto, dejémonos de pensamientos raros y teorías conspiratorias retorcidas. Si un equipo pierde es simplemente porque no puede dar más de sí, porque dejarse ganar es algo que ni los jugadores quieren ni a los directivos les sale tanto a cuenta. Así que señores, basta de darle vueltas al tarro, en la NFL el tanking no existe ni probablemente vaya a existir nunca.