Thanksgiving, el día de Acción de Gracias, representa que es un día para estar con los seres queridos y dar las gracias por todas las cosas buenas que pasan en la vida de uno. El pasado jueves, día de Thanksgiving de 2015, paradójicamente, para mucha gente no fue un día de dar las gracias sino que acabó siendo un día de estar hasta los huevos. Por supuesto hablo por mí, porque todo el circo montado alrededor de ese quarterback que quiso cambiar los Packers por los Vikings ya sabéis que me tiene un poquito harto, pero especialmente hablo de un equipo en el que la relación de estar hasta los huevos funciona en multitud de direcciones distintas. Efectivamente, si hay algún equipo en el que la expresión de estar hasta los huevos está a la orden del día ese es el de los Philadlephia Eagles, un equipo en el que parece que Chip Kelly está hasta los huevos de que el equipo juegue mal, en el que los jugadores están hasta los huevos de su entrenador y en el que los fans están directamente hasta los huevos de que su equipo sea ahora mismo el hazmerreír de la liga. Vayamos por partes.
Chip Kelly tiene que estar frustradísimo con el rendimiento del equipo, porque su esquema ha demostrado ser muy válido pero sin embargo esta temporada está siendo lamentable. No me da pena. En gran parte es su culpa. Al querer asumir el rol de general manager (aunque él diga que no es el general manager, que tiene pelotas la cosa) quiso ser él el único responsable de los éxitos del equipo pero, como dice Dani Alves, «cuando eres el protagonista de un equipo y las cosas van mal, te lo tienes que fumar». Y entiendo perfectamente que Chip Kelly esté frustrado con el rendimiento de su equipo, porque sinceramente creo que los problemas de los Eagles radican esencialmente en la ejecución más que en el planteamiento, pero si él es también quien ha confeccionado la plantilla luego sólo se puede echar la culpa a él mismo.
Hay que decir que en algunos casos es mala suerte. Por ejemplo, creo sinceramente que el trade por Sam Bradford era un muy buen trade para Philadelphia y me da que esta opinión está refrendada por la pretemporada absolutamente acojonante que hizo, pero luego empieza la temporada y Bradford se vuelve un horror de quarterback: con mucho miedo al contacto, con una precisión lamentable y con una sensación de que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo que asustaba. Y cuando empieza a mejorar va y se lesiona y tiene que salir Mark Sanchez. Perfecto. ¿Culpa de Chip Kelly? Ahí sinceramente creo que no, el trade sobre el papel es bueno (sólo hay que ver como está Foles en los Rams), Sanchez no fue tan rematadamente espantoso la temporada pasada como quarterback suplente y Chip debería sentir mucho más rabia que culpa en el aspecto de los quarterbacks. Tampoco ayuda a la causa el hecho de que los receptores se hayan vuelto un horror todos, especialmente un Jordan Matthews irreconocible que está rindiendo muchísimo por debajo de lo que debería, con un Agholor que representa que debía sustituir a Maclin (al que creo que los Eagles hicieron bien de dejar marchar a ese precio desorbitado que ponían los Chiefs) y que de momento está super ausente y con un Zach Ertz que es muy poco protagonista en un ataque en el que debería ser el rey. O sea, que Chip Kelly debería estar hasta los huevos del juego de pase porque, aunque hay cosas que son su culpa (como el infrauso de Josh Huff, por ejemplo), sólo causas místicas explican el bajo rendimiento del ataque aéreo este año.
Pero el ataque de Chip Kelly, como vengo diciendo desde hace muchísimo tiempo, es un ataque de carrera que aprovecha las formaciones abiertas para correr contra cajas más vacías. Y del rendimiento penoso del juego de carrera sí que tiene la culpa Kelly. Primero por pensar que DeMarco Murray era el adecuado para ser el corredor principal de su ataque. Los corredores de Kelly en Oregon fueron LaMichael James, Kenjon Barner y De’Anthony Thomas, el corredor de Kelly en los Eagles ha sido LeSean McCoy. Véis el perfil de corredor, ¿verdad? ¿Qué cojones le hizo pensar que DeMarco Murray debía ser el siguiente? Murray es muy bueno, de eso no hay duda, pero un tío de sus características no está hecho para correr sistemáticamente sweeps hacia las líneas de banda como podía hacer cualquiera de los «predecesores» en su puesto en ese ataque.
Pero lo de Murray es una nimiedad si lo comparas con la que para mí es la gran aberración de esta offseason, que no fue otra que la de reemplazar a los dos offensive guards de la línea del año pasado. Chip Kelly pensó que su ataque podía funcionar con cualquiera y que los guardias eran puestos en los que el equipo se podía ahorrar dinero. Mal. Muy mal. Dos jugadores consolidados como Evan Mathis y Todd Herremans fueron reemplazados por suplentes de perfil bajo, muy ágiles quizá pero muy poco contundentes. Por no decir muy malos. Eso lo aprovecharon las defensas rivales para ir con poder hacia adelante y pasarles por encima, aprovechándose de que los guards no aguantaban y de que Kelce, que con dos rocas a los lados se apañaba bien, sufría mucho más contra los defensive tackles de poder. Total, que entre una cosa y la otra tuvimos como resultado el juego terrestre más vergonzoso que recuerdo en la NFL, con DeMarco Murray comiéndose carreras para -5 yardas al menos dos o tres veces por partido. Pero es que es lógico. El ataque de Chip Kelly tiene mucha pull y mucho línea yendo a buscar el segundo nivel pero con esos líneas no se podía controlar ni al primer nivel con lo que Murray, que además no es el corredor más explosivo y elusivo de la historia de la NFL, se encontraba defensores en la boca mientras corría lateralmente o incluso justo al recibir el handoff. Vamos, un absolutísimo desastre. Y teniendo en cuenta que la base de Chip Kelly es correr, con este tipo de juego de carrera el desastre estaba prácticamente asegurado. Y el juego de pase no te iba a sacar de ese desastre porque ya tenía suficiente con lo suyo. Por lo tanto, entre pitos y flautas, la que en principio debería haber sido la ofensiva más explosiva de la liga le petó en las manos a su propio creador. Y ahí murieron las aspiraciones de los Eagles de ser un buen equipo este año.
Porque nótese que estoy hablando únicamente de la parcela ofensiva, que es la que Chip Kelly domina y la que debe cargar con el éxito de este equipo, si el ataque no funciona no será la defensa la que le saque del apuro y haga funcionar al equipo. Porque esta defensa lleva siendo mala mucho tiempo y no da síntomas de mejorar, especialmente la defensa contra el pase. Y no será porque no lo hayan intentado. Kelly, con buen o mal criterio (yo creo que bueno pero sólo hasta cierto punto), decidió que era mejor invertir recursos en la unidad defensiva porque confiaba en su esquema ofensivo por encima de los jugadores y porque sabía que había que mejorar en ese aspecto del juego. Pero cuando ha habido muchos jugadores y la defensa contra el pase está sistemáticamente considerada como una de las peores de toda la liga igual es que el problema no es sólo de talento encima del campo. Igual lo que pasa es que el que dirige a todos ellos no es lo suficientemente bueno. O dicho de otra manera, Chip Kelly debería de estar hasta los huevos de Billy Davis. Da igual que el equipo haya renunciado a su corredor estrella para obtener a un LB interior muy capaz de caer en cobertura. Da igual que el equipo haya hecho el esfuerzo económico de fichar al que representa que era el mejor agente libre en la posición de cornerback. Incluso da igual que tengas una sorpresa muy agradable drafteando a un proyecto como Jordan Hicks y que te salga así de bien (lástima de su lesión, por cierto). Esta defensa contra el pase es simple y llanamente igual de mala que la del año pasado. O incluso peor. Por lo tanto, es hora de que los Eagles echen a Billy Davis. Da la sensación de que Philadelphia no sabe qué ha fichado con Maxwell, poniéndolo en coberturas lejos de su receptor y olvidándose de que su fisicalidad es su mayor virtud. Pues nada, vamos a usar los jugadores como peor les vaya y a ponerles en la posición adecuada para que hagan el ridículo. Y si han costado mucho dinero, mejor, así como entrenador existe la excusa de que «es que el fichaje no me rinde». Pues no, que las cosas no funcionan así, que la inflexibilidad en un sistema no puede ir por encima de las características de los jugadores. O, alternativamente, si no hay ningún tipo de intención por parte de los entrenadores de cambiar, hay que elegir mucho mejor lo que se ficha. Y de mientras Sean McDermott, que era el heredero de Jim Johnson como jefe de la defensa de los Eagles hace no demasiado, ahí está como coordinador defensivo en los Carolina Panthers. Creo que ha montado un defensita medio buena ahí. Creo.
Y por si eso fuera poco la defensa contra la carrera, que hasta ahora sí funcionaba, ha dejado de hacerlo. ¿La razón? Pues me da que es porque están hasta los huevos de todo. Para empezar, probablemente están hasta los huevos de un ataque vergonzosamente ineficiente que les mantiene sobre el campo durante mucho más tiempo del que sería deseable. Lo entiendo. Tiene que ser muy frustrante estar 5, 6, 7 minutos batallando para dejar al ataque rival en un field goal para que el ataque salga, haga un tres y fuera pudiendo gastar unos 15-20 segundos de reloj en total y te obligue a salir otra vez al campo a dejarte el alma. Y es que el ataque de Chip Kelly up tempo, no huddle, relámpago o como queráis llamarle está muy bien cuando funciona, en nada y menos puedes poner puntos en el marcador y esto hace daño en el marcador pero especialmente hace daño en unos rivales que se tienen que sentir tremendamente inferiores, pero si no funciona te mata como equipo. Primero porque el ataque no hace nada, y si no haces puntos es casi imposible ganar, pero también porque la defensa no tiene tiempo para descansar, de manera que su rendimiento tiene que ir decreciendo por el cansancio tanto físico como psicológico. Y además, probablemente también están hasta los cojones de que la parte de atrás de la defensa lleve mucho tiempo sin aportar lo que se puede esperar de una defensa de NFL. ¿Qué importa si dejas al rival en 3rd & 9 tras dos grandes esfuerzos contra la carrera si luego ese tercer down es convertido en un alto porcentaje de ocasiones? Pues no importa un carajo. Y cuando uno está luchando de forma inútil durante muchísimo tiempo partido tras partido considero bastante razonable que estas ganas de luchar se acaben. Dejaros de es que son profesionales y esas cosas, es muy complicado que esas ganas no bajen y en una liga tan competitiva esa pequeña diferencia en querer o querer un poco menos puede ser perfectamente suficiente como para justificar el declive de una unidad.
«Can we get Chip Kelly at Black Friday prices?» – USC
— Faux John Madden (@FauxJohnMadden) noviembre 26, 2015
Pero no nos engañemos, nadie de todos los que han salido mencionados hasta ahora es el principal perjudicado de todo esto. Si echan a Chip Kelly seguro que encuentra trabajo tanto la NFL (especialmente con la situación de entrenadores que tienen en los Tennessee Titans) como en el college (donde seguro que se pelearían muchísimo por él), a Billy Davis alguna oferta de trabajo también le va a caer, jugadores como Byron Maxwell o Mark Sanchez lo harán mejor o peor pero cada semana les llega su cheque, y así con todos. No, aquí los principales perjudicados de todo esto no es ninguno de ellos sino que son los aficionados de los Eagles, que de buen seguro están muy hartos de su equipo. Y no me extraña. Les prometieron un equipazo capaz de aspirar a todo, y realmente había motivos objetivos para que eso fuera así, y les han acabado dando una banda que acumula ridículos a un ritmo vertiginoso. Así pues, por mucho que dentro de la franquícia estén hasta los huevos los unos de los otros, eso en el fondo da igual. Que lo arreglen, que cambien a media franquícia, que hagan lo que quieran pero que lo hagan ya, porque lo que realmente importa es que quienes están hasta los huevos de su equipo son sus propios fans. Y eso es lo peor que le puede pasar a cualquier equipo.