Muchas cosas que hablar en este fin de semana de Wild Card. Podría hablar de que los Packers no dieron pena como todo el mundo esperaba (y sí, cuando digo todo el mundo, me estoy refiriendo esencialmente a mí) pero realmente no quiero hablar de los míos. También podría hablar del Cincinnati-Pittsburgh pero como que da pereza porque es algo de lo que está hablando todo el mundo. Incluso podría recrearme en los Vikings y su desgracia pero eso iría un poco en contra de mis propios pensamientos, porque eso de que un partido luchado con el esfuerzo incesante de 11 jugadores se tenga que decidir en si alguien casi externo que durante el partido no se ha esforzado un pimiento pueda meter un chutecito entre dos palos es bastante lamentable, por lo tanto los Vikings no merecen para nada ser destripados precisamente después de este partido. Así pues, ¿qué me queda entonces? Pues me queda un equipo que ha protagonizado la participación en Playoffs más pírrica que recuerdo, un equipo que no sólo consiguió la friolera de quedarse con el marcador a cero en un partido de Playoffs sino que también estuvo muy cerca del cero absoluto en juego durante este encuentro. Hablo, como no, de los Houston Texans.

Pero es que no me extraña. De hecho a nadie debería de extrañarle, porque es que cuando uno se pone a analizar el roster de los Texans se encuentra con exactamente lo mismo: están muy cerca del cero absoluto. Y lo es esencialmente porque tienen un ataque que es que no hay por donde cogerlo. La semana pasada hablé de los Jets como un equipo con muy poco talento pero muchos jugadores sólidos, de hecho en ataque los Jets tienen a Brandon Marshall como jugador talentoso y luego tienen una serie de jugadores que, si bien no son explícitamente espectaculares, son lo suficientemente sólidos como para hacer su trabajo y hacer que el ataque funcione. Bien, pues con Arian Foster lesionado durante gran parte de la temporada, este año el ataque de los Texans ha parecido tener la misma idea básica: cuentan con DeAndre Hopkins como único jugador talentoso y pretenden rodearle de jugadores que cumplan y hagan que la máquina almenos funcione. El tema es que hay un pequeño problemilla con eso, y es que los jugadores ofensivos que no se apellidan Hopkins que los Texans pusieron sobre el campo en el pasado partido de Wild Card no es solo que no sean espectaculares, es que tampoco son sólidos y hasta me atrevería a decir que probablemente ni tan siquiera son dignos de ser titulares en la NFL. De hecho, ignorando al ya mencionado Hopkins, dadle un par de vueltas a la siguiente idea: ¿sería algún jugador del ataque de los Texans titular en cualquier otro equipo? ¿Alfred Blue? ¿Nate Washington? ¿Ryan Griffin? En cualquier equipo de la NFL digo eh, no pongo restricción ni de jugador ni de equipo. Cuesta muchísimo encontrar algo que merezca la pena, ¿verdad? Pues con eso pretendían los Texans en un partido de Playoffs. Y lo peor es que aún no he mencionado al quarterback, que eso casi que es lo peor.
«¿Sería algún jugador del ataque de los Texans titular en cualquier otro equipo?»
Vuelvo a repetir por enésima vez que el quarterback es la pieza clave de un equipo en la NFL, que el éxito de un equipo en esta liga se fundamenta en que el quarterback, por lo menos, sea un jugador decente. No tiene ni por qué ser algo recíproco, es posible que un buen quarterback esté a los mandos de un equipo sin mucho éxito pero lo que no va a poder ser de ninguna de las maneras es que un buen equipo esté liderado por un quarterback pésimo. Es simple y llanamente imposible. Por muy bueno que sea el resto de tu equipo, si tu quarterback es malo el equipo no va a ganar. Punto. Y lo siento un montón por los que no opinan de la misma manera, sé que debería ser más comprensivo con las opiniones distintas a las mías, pero es que esto es bastante más un hecho que una opinión y en este caso concreto pienso que lo único que se merece quien diga lo contrario es que le pasen en bucle el partido que perpetró Brian Hoyer el pasado sábado. Y que luego si se atreven digan otra vez que se puede construir un buen equipo con quarterbacks reguleros. Ningún equipo, ni tan siquiera con un ataque de carrera extraordinario o una defensa estratosférica, puede ser un conjunto realmente bueno si tiene en el puesto de quarterback alguien que pueda tener partidos como el que tuvo Hoyer contra los Chiefs. Y no soy ultrafan de mirar las estadísticas clásicas para analizar el rendimiento de los jugadores en un partido, pero es que las de Hoyer contra Kansas City hablan por sí solas: 15/34 para 136 yardas, 0 touchdowns, 4 intercepciones. No se veía algo así en la NFL desde que Peyton Manning hiciera el ridículo durante esta misma temporada regular precisamente contra estos mismos Chiefs. Que por cierto, esto ya es otro tema pero igual estaría chulo reconocerles el mérito en haber forzado los dos peores partidos de un quarterback en lo que llevamos temporada.
https://www.youtube.com/watch?v=FKrjLI40VNU
El caso es que Hoyer dinamitó las opciones de Houston de aspirar a ganar este partido él solo. Ni tan siquiera se puede echar la culpa a la línea de ataque (sólo una de las cuatro intercepciones viene con presión, en las otras tres tiene un pocket relativamente limpio), es simplemente que su precisión no estuvo al nivel necesario y eso nos permitió ver una variedad de piedras, overthrows y lanzamientos que se quedan atrás indigna de estas alturas de competición. Porque fueron cuatro intercepciones, pero pudieron ser más. Quizá, como mucho, por buscar alguna razón algo secundaria, se puede hablar de un playcall algo confuso que no supo muy bien como alinear a DeAndre Hopkins para que pudiera hacer daño (Hopkins 11 targets y Ryan Griffin 8 no sé si es la proporción más adecuada teniendo en cuenta como iba el partido), algo que sumado al partido de Hoyer anuló a la única estrella ofensiva del equipo. Y ahí ya estás perdido. Sólo faltaba que además se lesionara JJ Watt (que tampoco es que estuviera haciendo mucho hasta el momento) para que encima de no tener capacidad para hacer absolutamente nada tampoco tuvieran ni ganas. ¿Resultado? Pues el que ya hemos comentado: cero puntos, cerazo absoluto y ridículo espantoso delante de todo el país.
Con lo cual la pregunta que nos queda es: ¿qué cojones hacía un equipo tan malo como los Texans en Playoffs? Pues la respuesta es muy sencilla, los Texans ganaron su división y por ello tienen el pase a postemporada automático. Pues digo yo que casi que vendría siendo hora de empezar a moverse para que estas cosas no vuelvan a pasar en postemporada nunca más, porque si después de este bochorno no se hace ya nunca nadie lo hará. No estoy hablando de reducir los equipos que entren a Playoffs, de hecho yo soy partidario de aumentar los equipos que acceden a la postemporada (Jets y Bills, que habrían sido los dos siguientes por clasificación, ¿lo habrían hecho peor que los Texans?) para así aumentar la competitividad y, para qué esconderlo, para tener yo más partidos para ver. Estoy hablando de contextualizar los seeds de Playoffs. No nos engañemos, la gran clave que explica que Houston haya conseguido 9 triunfos y haya ganado su división es que 5 de esas victorias (que son más de la mitad) han venido de esa propia división: 1 partido contra los Colts (en el que llegó a jugar hasta Charlie Whitehurst), 2 contra los Jaguars (que elegirán el número #5 en el próximo draft) y 2 más contra los Titans (que han sido directamente el peor equipo de la liga). Me parece muy bien premiar al campeón de cada división con el pase automático a Playoffs, sino lo de tener divisiones es una chorrada, ¿pero eso de además tener como mínimo el seed #4 y jugar la primera ronda en tu propio estadio? Es decir, un equipo tirando a malo consigue entrar en postemporada beneficiándose de un calendario divisional sencillísimo. ¿Qué mérito tiene eso? ¿Tener la suerte de que tus rivales de división sean aún más horribles que tú? ¿Creéis que es normal premiar eso como si fuera un mérito? Yo puedo entender que metan al campeón en Playoffs pero para evitar fiascos como el de los Texans lo que hay que hacer de forma urgente es pasar a reordenar los seeds en función del récord total de cada equipo, es decir, que si un campeón de división tiene peor récord que un equipo wildcard sea este último el que tenga mejor seed. De esta manera estar en una división floja sigue suponiendo una ventaja competitiva enorme, pero al menos se elimina la ventaja adicional del seed y el factor campo que la NFL decide darles por la cara. Y sumado a lo de aumentar a 8 partidos habría dejado a Houston emparejado con los Patriots, que habría sido bastante mejor partido dicho sea de paso.
«Para evitar fiascos como el de los Texans lo que hay que hacer de forma urgente es pasar a reordenar los seeds en función del récord total de cada equipo»
Y hablo de reordenar por récord por dejarlo en algo sencillito pero si fuera por mí habría más cambios, porque otra cosa de la que no se habla demasiado y casi que deberíamos empezar a hacerlo es del criterio con el que están hechas las divisiones, que a estas alturas creo que ya huele un poquito bastante. Me explico. ¿Qué une a Houston con por ejemplo Indianapolis para que estén en la misma división? A simple vista parece las divisiones están hechas desde un punto de vista geográfico hasta que uno se da cuenta de que, en este caso por ejemplo, Indianapolis está geográficamente más al norte que Baltimore, ciudad en la que encontramos a unos Ravens encuadrados en la AFC Norte. Menudo chiste. Ah sí, lo de las relocalizaciones y las rivalidades y esas cosas, que desarbolan todo el sistema de divisiones. Lástima que ese argumento se vaya al garete cuando uno ve que una franquícia histórica como los Dallas Cowboys, que llevan en Dallas desde que el hombre inventó la rueda, que están en la NFC Este (recordad, Este, eso que representa que está en la derecha). Pues bien, Dallas está geográficamente ubicada más al sur que Charlotte, hogar de los Carolina Panthers (NFC Sur), y más al oeste que St. Louis (NFC Oeste) y que absolutamente toda la NFC Norte y toda la NFC Sur. Es decir, en toda la NFC sólo San Francisco, Arizona y Seattle están más al oeste que Dallas, 3 equipos de los 16 que componen la conferencia, pero ahí que están los Cowboys en la división Este, justo la del punto cardinal opuesto. Perfectísimo. Igual es que son los Cowboys y están por encima del bien y del mal porque son el equipo de América, pero manda cojones. O sea, que el resumen es que en principio las divisiones se distribuye geográficamente pero que si no va bien se distribuye como sopla el viento y aquí tampoco pasa nada. Pues aprovechando que algún equipo se irá a Los Angeles, si es que al final se acaba yendo alguno, igual vendría siendo hora de que el viento sople en otra dirección y lo de las divisiones actuales cambie un poquito. Que teniendo en cuenta que los calendarios en esta competición son exageradamente dependientes de esta distribución divisional, hacerlo bien es más importante de lo que parece, y en la actualidad hay cosas que tienen cero sentido. Pero cero absoluto.

En fin, que me voy del tema. Estoy convencido de que este año no será el último en el que veamos a un equipo dar pena en un partido de Playoffs después de clasificarse bajo criterios digamos que poco adecuados. Pero también estoy bastante convencido de que este equipo no serán los Houston Texans. ¿Porque se van a clasificar más holgadamente? Pues va a ser que no. No todos los años se va a lesionar Andrew Luck, no todos los años los Jaguars estarán de reconstrucción y algún año los Titans deberían empezar a mejorar. O dicho de otra manera, no todos los años se encontrarán con una división tan hecha añicos. Y lo que quizá es más importante es que todos los otros equipos de la división ya tienen a su quarterback franquícia, tendrán más o menos calidad pero Luck, Bortles y Mariota son jugadores jóvenes a los que ya hemos visto que están capacitados para liderar un ataque NFL. Los Texans tienen a Brian Hoyer. Sí, estoy bastante seguro de que cogerán un nuevo quarterback en el próximo draft (ojalá sea Hackenberg, que Bill O’Brien ya le conoce), e incluso Tom Savage quizá podría emerger como quarterback sorpresa el año que viene, pero es que viendo el estropicio que los Texans hicieron a principio de temporada con Ryan Mallett la confianza que tengo en ellos para que saquen adelante un proyecto de quarterback a corto plazo es casi inexistente. Y si no hay quarterback, este juego tan triste que les hemos visto es el techo del equipo. Por lo tanto, a poco que mejore el resto de división, el cero absoluto en juego se puede convertir de forma bastante sencilla en un cero asboluto también en resultados. Y lo primero quizá sea relativamente tolerable pero lo segundo no lo va a querer dejar pasar nadie.