Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, y es que apenas nos hemos dado cuenta y ya estamos a principios de junio. Y un huevo que no nos hemos dado cuenta. La espera que está tocando aguantar hasta el inicio de la próxima temporada se está haciendo excruciantemente larga, personalmente creo que más que otros años, y lo peor es que aún quedan dos meses para que empiece la pretemporada. Y quizá se me esté haciendo tan larga porque la actividad en la NFL ahora mismo está bajo mínimos, esta semana no ha habido ni fichajes sorprendentes, ni declaraciones incendiarias, ni lesiones de alta relevancia, y desde luego hace ya un tiempo que no hay ningún tema relativamente importante del que hablar. Aunque de hecho esto es bastante falso: existe ese tema tan fantástico de los Saints y el bounty program. Que si es verdad, que si es mentira, que si uno empieza a repartir sanciones como quien reparte flyers para la discoteca del barrio, que si ahora el otro denuncia por difamación al primero cuando todo parece indicar que tiene las de perder, que si otros se meten por el medio y parece que se tengan que agarrar a todos los clavos ardientes que puedan para poder rascar algún beneficio para los presuntamente «malos»,… Basta. El tema me tiene harto y no quiero hablar más de él, porque hablar de él lo único que mantener vivo un asunto que a estas alturas ya debería estar en el pasado. Es por eso que en vez de comentar todo esto otra vez, y aunque me expongo a que más de uno cierre la pestaña cuando lea las próximas palabras, lo que me veo obligado a hacer esta semana es repasar las chorraditas de la actualidad en una nueva edición de «Rumor se escribe con hache».
Drew Brees y su situación laboral
Parece mentira que con la que les ha caído a los Saints por «el tema» (a partir de ya mismo me autoimpongo política de silencio) estén teniendo tan poca cabeza con la que debería ser su mayor preocupación a estas alturas. Porque no sé si lo sabíais pero Drew Brees tiene que renovar. Realmente esto no debería ser ningún tipo de quebradero de cabeza, Brees es el tío que ha sacado a New Orleans de la miseria deportiva más absoluta y sólo por eso merece que le paguen todo lo que pida. Pero es que no sólo esto. Dicen que el football consiste, entre muchas otras cosas, en poner tu integridad física al servicio del equipo, pues Brees está dispuesto a hacer esto pero a lo bestia. Quiere cobrar como un quarterback de su nivel merece, sólo faltaría, pero lo realmente importante aquí es que Brees está dispuesto a ponerse una diana en la espalda y jugar de quarterback para un equipo del que se dice que iba a lesionar a los quarterbacks rivales, está dispuesto a convertirse en el objetivo más fácil para unas defensas rivales que tal vez consideren oportuno buscar su venganza particular cuando se enfrenten a New Orleans. Pues aunque a simple vista parezca un esfuerzo enorme por parte de Brees, en el staff de los Saints no sólo no lo valoran sino que encima se chotean de él. Y es que, lejos de preocuparse por si su quarterback vuelve al equipo (porque pese a tener el tag puesto aún no lo ha firmado), el entrenador interino Joe Vitt aseguró recientemente estar seguro de que Brees volvería al equipo para el training camp porque según dijo: «¿Qué otra cosa va a hacer? No puede ni cantar ni bailar«. O sea que la filosofía es que cuando se aburra en su casa ya nos echará de menos y ya volverá al precio que nosotros pongamos. Enorme manera de tratar a un jugador estrella que cuando vuelva seguro que tendrá unas ganas locas de arriesgar su salud durante cuatro meses por este entrenador; y eso si es que acaba volviendo, que si fuera yo ya veríamos si no prefería quedarme un año sentado y ser agente libre. En fin, los Saints tienen una imagen pésima ahora mismo pero pagando a Brees lo que pide y merece habrían matado dos pájaros de un tiro, habrían puesto la primera piedra para volver a hacer las cosas bien y habrían premiado a un jugador que a parte de ser uno de los mejores de la liga está dispuesto a aceptar el que probablemente es el trabajo deportivo más peligroso de la temporada. Pero ni eso han sido capaces de hacer, y la verdad es que no costaba tanto. Y por cierto, simplemente como curiosidad, Brees sí sabe cantar y bailar, o almenos esto se sospecha tras ver el siguiente vídeo:
Sanchez, Tebow y la locura
¡Señores, paren las rotativas! Parece que en estos precisos momentos a Tim Tebow se le ha caído el barbuquejo al suelo. Entre que lo recoge, lo limpia un poquito y se lo vuelve a colocar, Mark Sanchez igual ha lanzado un par de pases que le pueden dar una ventaja decisiva en la carrera para ser el quarterback titular de los Jets el próximo año. No os lo toméis a risa, cada detalle cuenta y un pequeño desliz en cualquier momento puede decantar la balanza de un lado o del otro. Inspirar… expirar… vale, ya está. En fin, que no sé si es el aburrimiento, el hype que genera Tebow o alguna hechizo a gran escala que nos tiene hipnotizados a todos pero la atención que está generando todo lo que sucede alrededor de esta quarterback controversy es completamente desproporcionada, hasta el punto de sacar de quicio al personal. A ver, que está muy bien que empiecen a luchar desde el principio por el puesto, en el fondo se trata de esto, pero la cobertura mediática que se le está dando al tema roza los límites del surrealismo. Se ve que Tebow lanzó dos intercepciones un día, pues es malísimo y no sirve en absoluto, pero ahora Sanchez lo ha invitado a su campus personal y eso es un movimiento malísimo porque si se ablanda y se hace amigo del rival luego éste le pasará por encima y le quitará el puesto… ¡Y a mí que más me da! Cualquiera de las acciones que pasen a estas alturas no tendrá ninguna repercusión sobre la decisión final, así que vamos a ahorrar lo de forzar noticias donde no las hay para julio y agosto porque no será hasta el training camp o incluso la pretemporada que Sparano y Rex Ryan decidirán a quien quieren hacer jugar. Hasta entonces, por favor, que no nos inunden con no-noticias por el simple hecho de que Tebow anda por allí.
La offseason movidita de los Lions
Dejando a los Saints a un lado, los grandes protagonistas de esta offseason son sin duda los Detroit Lions, y no por buenos motivos precisamente. Y es que desde que acabó su temporada que ya han sido varios los jugadores de los Lions que se han metido en problemas legales. Todo empezó cuando el línea de ataque Johnny Culbreath fue detenido a finales de enero por posesión de marihuana; pequeña multa y aquí tampoco pasa nada excesivamente grave. A partir de ahí, Ndamukong Suh fue pillado conduciendo demasiado rápido y sin seguro, Mikel LeShoure ha sido detenido dos veces en menos de un mes por posesión de marihuana (en una de ellas incluso se le pilló comiéndosela para esconderla) y Nick Fairley ha sido detenido también dos veces, una por posesión de marihuana y la otra por conducir bajo los efectos del alcohol, a más de 160 kilómetros por hora y eludir la policía. No sé si ha sido casualidad, un cúmulo de malas decisiones concentradas en poco tiempo o qué es lo que ha pasado, pero Detroit siempre fue una franquícia bastante calmada en cuanto a problemas legales y el hecho de que todo esto pase de golpe supone un varapalo tremendo para los Lions. Y no por las posibles sanciones que pueda repartir Roger Goodell para el principio de la próxima temporada, que eso es quizá lo de menos, es más bien porque todo esto está ensombreciendo la primera buena temporada de este equipo y está poniendo un interrogante en el futuro de la franquícia, futuro que en parte depende de algunos de estos jugadores. Por cierto, sé que alguno echará en falta en esta lista el altercado entre Titus Young y Louis Delmas, pero es un incidente totalmente distinto y en ningún caso comparable a estos otros. De hecho, aunque probablemente es un acto reprobable y censurable, teniendo en cuenta la filosofía de Jim Schwartz y compañía de primar la intensidad por encima de la disciplina, que un jugador suelte un puñetazo en un entreno no debería resultar sorprendente para nada.
Terrell Owens vuelve a la actualidad
Le echábamos de menos, ¿a que sí? Uno de los jugadores más activos en cuanto a espectáculo fuera de los terrenos de juego de los últimos años ha vuelto de golpe a la primera página de la actualidad. ¿La razón? Su equipo de la Indoor Football League, los Allen Wranglers, le ha cortado. Y cuando decimos su equipo es porque en parte era suyo, y es que parte de su sueldo fue pagado en acciones de la franquícia, acciones que con el corte también ha perdido. ¿Y por qué se ha producido este corte? El equipo dice que el punto de inflexión de la decisión fue negarse a jugar un par de partidos fuera de casa que eran decisivos para las aspiraciones de playoff de los Wranglers y saltarse la visita a un hospital de niños, Owens dice que es porque no tienen dinero para pagarle pero que va a llevarles a juicio si no le dan todo el dinero que le deben. Como siempre hay dos versiones muy diferentes y que cada uno piense lo que quiera. En cualquier caso lo que sí es cierto es que Jon Frankel, el owner de los Wranglers, ha dicho algo así como que «[Terrell Owens] ya no podía ser tolerado más por la organización de los Wranglers«. Tenga el dinero algo que ver o no, que un equipo de la IFL decida cortar a un jugador como Terrell Owens, desprendiéndose no sólo de su rendimiento deportivo sino también de la publicidad que genera para el equipo por considerar que su comportamiento es inaceptable resulta francamente increíble, o el owner realmente no tiene dinero y se ha apoyado en la primera excusa que le ha parecido plausible o es que Owens la ha liado muy parda; otra vez, cada uno que piense lo que quiera. Pero lejos de rendirse, y aprovechando que ya no tiene ninguna vinculación con ningún equipo, Terrell Owens dice que quiere volver a la NFL. No le va a ser fácil, básicamente porque a nadie de la NFL parece querer a Owens en su equipo, algo fácilmente demostrable viendo la cantidad de scouts presentes en el último workout que le organizó su ex-agente Drew Rosenhaus. O sea cero. Varios meses después, con agente nuevo y otro polémica a sus espaldas, no creo que su suerte vaya a cambiar mucho. O quizá sí, quien sabe.
Ya lo avisamos en la primera edición de este artículo: el tiempo que va desde el draft a la jornada 1 es muy largo, la cantidad de noticias que pueden sucederse va a ir creciendo de forma exponencial. Así pues, esta parte no ha sido la primera, pero muy probablemente tampoco será la última.