Parece mentira, ya hace más de una semana y parece que fue ayer. En un movimiento incomprensible a todas luces los Denver Broncos fichaban a Peyton Manning como su nuevo quarterback franquícia y, acto seguido, se cargaban a Tim Tebow. En esos momentos no entendía absolutamente nada, pero por la propia experiencia con otros temas que escapaban al sentido común decidí que lo mejor era darle un tiempo para ver si con un poco de perspectiva veía las cosas algo distintas. Intenté cumplirlo y aunque tuve pequeños escapes de histeria en forma de comentarios en Twitter, porque en el fondo antes de poderse desfogar en un retrete en condiciones siempre hay algún escape gaseoso, logré darle esta semana de margen. ¿Ha cambiado mi punto de vista entonces? Ni de coña. Una semana después todo este macromovimiento sigue pareciendo una tontería de proporciones bíblicas. Pero lo bueno es que paradójicamente, como si de Tommy Lee Jones en Men in Black 2 se tratara, todos aquellos pedacitos de cabreo esparcidos por la semana me han servido ahora para reconstruir mi mapa mental de la situación y, ya puestos, también servirán de hilo conductor de este artículo para la correcta exposición de todos los argumentos.
«Cuidado cuando vas a besar a un cabezón, porque antes de rozar sus labios puedes chocarte con su frente…»
El uso de la metáfora normalmente está sobrevalorado pero hay que reconocer que este verso es tan bonito que podría presentarme a cualquier premio literario e incluso ganarlo. Pero lo bueno es que además de bonito es totalmente cierto. Tiene guasa pero la situación es digna de The Bachelor. Peyton Manning era un reciente soltero de oro que acababa de romper con su pareja de toda la vida por diferencias irreparables, un copón de pretendientes desesperados por unir sus vidas salieron de debajo de las piedras al saber que estaba libre, Manning fue reuniéndose con sus pretendientes, deshojó la margarita todo lo que quiso y más y acabó decantándose por el pretendiente Elway porque le pareció que el grado de compatibilidad entre ambos era muy bueno. Dicen que Elway lloró de felicidad ese día, según cuentan fuentes no fiables, y fue corriendo a besarle como si fuera un adolescente impaciente y torpe que aún no tiene demasiada idea cómo se hacen las cosas. Y así pues, en una secuencia superslow-motion que podría durar hasta febrero del año que viene, Elway y Manning se están acercando progresivamente para fundirse en un espectacular beso de tornillo y alcanzar la gloria juntos. Pero hay que recordar que Elway es algo torpe y Manning tiene unos problemas anatómicos bastante característicos, así que no es nada descartable que en el proceso de unir sus labios lo que choquen sean sus frentes. Y eso, aparte de hacer daño, les puede devolver a la realidad. Manning se puede dar cuenta de que ya no tiene edad para muchas alegrías, y Elway se puede dar cuenta de que quizá su antigua pareja no le daba los mejores besos del mundo pero que tampoco estaban tan mal. Y se deprimirá pensando en lo que pudo ser y, por un antojo pasajero, ya nunca será. Porque, y saliendo ya de la metáfora porque ya cansa, Peyton Manning le da a los Broncos una oportunidad al anillo, pero esto es un deporte de contacto y con el historial médico que tiene el riesgo de lesión e incluso de retiro es elevadísimo. Y con eso los Broncos se quedan en bolas.
«Yo no quiero ser cenizo pero sólo tengo en la cabeza una cosa: Minnesota 2.0»
Porque los Broncos están hipotecando su futuro cercano tal y como lo hicieron los Minnesota Vikings en 2009. Eran un equipo tirando a veterano, con muchos jugadores buenos a los que les quedaban aún dos o tres temporadas al máximo nivel pero no más y que parecía que estaba a sólo un buen quarterback de ganar la Superbowl con lo que, de forma totalmente justificada, hicieron un esfuerzo supremo para traerse a Brett Favre, un quarterback muy veterano pero de garantías. Asímismo, Favre vió ese mismo panorama y sacrificó el mito que era en Green Bay para buscar un último anillo con el que retirarse como uno de los mejores de todos los tiempos. No salió bien. Favre se largó dos años después sin ni tan siquiera llegar a la Superbowl y los Vikings se quedaron totalmente en bolas, hasta el punto de ser el tercer peor equipo de la liga en 2011. Pues lo de los Broncos es incluso peor. Denver no es un equipo que tenga que ganar el anillo ya porque se le retira una generación de jugadores. Quizá Champ Bailey esté en la recta final de su carrera, quizá a Willis McGahee no le quede mucho fuelle tampoco, pero ya está. Demaryius Thomas tiene 24 años, Ryan Clady tiene 25, Von Miller tiene 23, Elvis Dumervil tiene 27 e incluso Matt Prater sólo tiene 27 años, a este equipo le quedaba un montón de tiempo para poder ganar un anillo así que estas prisas son totalmente incomprensibles. Pero es que esto no es lo peor. Lo peor es que los Vikings apostaron por un quarterback que había jugado más de 300 partidos seguidos mientras que Denver ha apostado por un quarterback que se ha operado del cuello cuatro veces, que tiene vértebras fusionadas, que no sabe nadie en qué condiciones físicas va a poder jugar y que, aunque nadie quiere una lesión, es bastante lícito pensar que en cualquier momento de su supercontrato de cinco años puede recibir un golpe que le haga replantearse todo esto. Y no hacía falta, porque los Broncos ya tenían un quarterback que les había metido en playoffs.
«¿Recordáis cuando Del Bosque ganó la liga y le echaron porque era poco glamuroso, daba poco espectáculo y ganaba feo? Pues eso…»
Es evidente que Tebow tenía una técnica de pase bastante mala, al menos lo suficientemente mala como para que pareciera que era diestro pero que estuviera lanzando con el brazo malo para darle emoción a los partidos. Pero ganaba. En su gran mayoría no fueron logros cosechados de forma brillante, pero el objetivo se cumplía. Por otra parte, en un tema no relacionado en absoluto con el anterior, en un momento determinado de la semana me acordé de cuando el Madrid ganó la Liga en el año 2003 con Vicente del Bosque como entrenador. Un equipo que quizá jugaba no todo lo bien que debería y donde quizá la figura del entrenador era de las menos importantes, pero un equipo que ganaba (y no sólo esa Liga). Pues bien, a final de esa temporada se decidió pegarle una patada en el culo y traer a Carlos Queiroz, en teoría la belleza y la elegancia personificadas en un entrenador y un tío que hacía jugar a su equipo como los ángeles porque venía de aprender de uno de los mejores. Y a la hora de la verdad un truño como una catedral. Porque en el mundo del deporte no es siempre oro todo lo que reluce y si algo funciona, por muchas leyes de la lógica que parece que quebranta, no hay que tocarlo ni aunque sea para traer algo «mejor». Porque en el fondo no sabemos si, como Queiroz, lo que traen los Broncos es mejor que lo que ya había. Eso a corto plazo, porque si hablamos de largo plazo el margen de mejora era evidente que existía, y con un poco de paciencia y trabajo este equipo podría haber llegado muy lejos. Pero no, los Broncos optaron por intentar coger un atajo improvisado en vez de tirar por el camino señalizado.
«Es lamentable como el fichaje de Manning por los Broncos se ha convertido en una competición a ver quien se mea más fuerte en Tebow…»
El desenlace deportivo de todo este asunto aún está por conocer, pero lo que sí que conocemos es la reacción del mundo al conocer que existía la posibilidad de un atajo. Y no podía haber sido peor. La gente, y con gente me refiero a fans y a la mayor parte de «expertos», convirtió el fichaje de Manning en la única tabla de flotación a la que podían agarrarse los Broncos a la vez que despreciaba a Tebow y lo dejaba a la altura del betún. Que si es malísimo, que si es un fullback, que si es una vergüenza para el deporte que este tío juegue y otros miles de lindezas que dan más vergüenza ajena que otra cosa. Con lo que ha hecho este año, Tebow ya merece mucho más respeto que todo esto. Y aquí nadie está hablando de si jugó mejor o peor, simplemente es una cuestión de que Tebow era uno de los jugadores importantes de un equipo que hizo una buena temporada cuando casi nadie lo esperaba. Porque igual que ganaban el resto de jugadores de los Broncos, Tebow también ganaba los partidos. E igual que el resto de jugadores de los Broncos, se metió en playoffs. E igual que el resto de jugadores de los Broncos, ganó el partido de playoffs ante los Steelers. Y esto fue capaz de hacerlo en su primer año como titular, habría que ver cuantos quarterbacks han llegado a la final divisional en su primer año (Peyton Manning ya os digo yo que no). ¿Qué porcentaje de mérito tenía Tebow en las victorias de los Broncos? Algunos dirán que mucho, otros dirán que poco, la verdad es que me da igual. Lo que resulta inconcebible es que por el simple hecho de que los Broncos compraran un juguete nuevo, al anterior no sólo haya que guardarlo en el cajón sino que encima haya que pegarle todo lo que se pueda a ver si con un poco de suerte a nadie más se le ocurre usarlo. Un juguete nuevo que, por cierto, nunca debería haber estado a la venta.
«Hay gente que dice que sólo podría jugar con un equipo y lo cumple, y si le cortan se retira. Otros dicen lo mismo y fichan por los Broncos.»
Porque en el fondo, de entre toda esta nebulosa de disparates que forma esta situación, lo más incomprensible es que Peyton Manning no se haya retirado. Por dos razones. La primera es obvia y no hace falta profundizar mucho en ella, estamos hablando de problemas de salud muy graves y de un deporte donde los golpes no sólo existen sino que son bastante habituales. E incluso los golpes feos son parte de la NFL, aunque más de uno se niegue a aceptarlo diciendo que si no les pagan ilegalmente los defensas no tienen ninguna motivación para pegar ese tipo de leches. Por lo tanto, hay una probabilidad como del 100% más o menos de que Manning reciba algún golpe duro cuando vuelva a ponerse detrás del center, y me resulta alucinante que un tío con dos hijos, con un anillo, con tanto dinero y con tanta cabeza (en todos los sentidos) arriesgue su salud para tener 15 minutos más de gloria. Pero no me cabe la menor duda de que eso lo ha reflexionado profundamente, así que puede ser una decisión controvertida pero no es demasiado criticable. Por el contrario, lo que sí es muy criticable es que Manning, cuando este tema de las lesiones salió a la luz, proclamara a los cuatro vientos que él no iba a ser ninguna otra cosa que un Colt. Pero cuando se enteró de que Irsay le iba a pegar la patada, Manning corrió a buscarse la vida para poder jugar en otro equipo. Otro jugador mítico, el receptor Hines Ward, al enterarse de que el equipo le iba a cortar decidió retirarse como Steeler y no jugar nunca más con ningún otro equipo, lo cual le honra como jugador y como persona. Esto nos dice bastante de uno y del otro. Eso sí, en el momento de la despedida Manning creó de la nada un discurso de lagrimita fácil de aquellos que gusta a los americanos, que si este equipo lo es todo para mí, que si estos fans son los mejores del mundo, el utillero que buena persona que es y cuanto lo aprecio, etc. Lo que le faltó por decir es que igualmente se iba a marchar y que el pastizal que los Colts no le quisieron pagar lo iba a cobrar en otro equipo. Porque esta es otra, el famoso bonus de 28 millones de dólares que a la postre fue definitivo para que Irsay decidiera prescindir de Manning era una cláusula del contrato de renovación que él mismo firmó en julio de 2011, momento en el que ya había sido operado del cuello dos o tres veces (no está claro cuando fue la tercera). Eso sí es querer a un equipo, intentar ganar la pasta mientras se pueda y luego largarse a otro lado a ganarla.
El refranero castellano tiene una frase muy conocida y ampliamente usada que dice: «Más vale malo conocido que bueno por conocer»
Y si ese es el nivel de estima que le tenía a los Colts, que en Denver no esperen algo muy distinto. De momento el contrato que le han hecho es una auténtica barbaridad y un riesgo totalmente innecesario, pero como era Manning había que pagarle lo que él quería. Pero esto no es todo, si Manning ha fichado por los Broncos es porque le van a dar el control total del ataque. Tengo la creencia de que si Manning fichó por los Broncos fue porque Harbaugh y Baalke no estaban dispuestos a pasar por eso mientras que Elway se lo prometió a las primeras de cambio sin pensar en las consecuencias; y las consecuencias son que este movimiento no sólo va a inutilizar a Mike McCoy, quien es triste que tenga que pasar por esto cuando probablemente fue el mejor coordinador del año pasado, sino que además va a provocar una dependencia excesiva en él mismo. Nos divertiremos mucho viendo gestitos grotescos otra vez, quizá disfrutaremos de buenas jugadas cambiadas en la línea, pero cuando él falte todo se va a desmontar como un castillo de naipes. Y no lo digo yo, lo dice la historia porque en los Colts eso ya ha pasado. Sin contar a Manning, los Colts eran exactamente el mismo equipo en 2010 y en 2011; en una temporada se metieron en playoffs mientras que en la otra consiguieron el número uno del draft. Y en los Broncos tiene pinta de que va a pasar lo mismo, porque además de la experiencia en los Colts tenemos que probablemente otra de las cláusulas de este control total que le dieron a Manning fuera que los Broncos se deshicieran de Tebow lo antes posible para que no tuviera ningún tipo de competencia. Y así fue.
«Si es para reemplazar a un QB franquícia al que acabas de renovar es lamentable. Si es para que te cuente lo que hace McD, es mucho peor…»
Pocos días después, Tim Tebow fue «tradeado» a los Jets en un movimiento que cerraba el círculo de despropósitos que es toda esta historia. No por Tebow, que seguro que está encantado de ir a un equipo medianamente bueno y con posibilidades de hacerse con el puesto de quarterback titular, y desde luego no va a tener más presión que la que ya tenía por estar bajo la lupa de la prensa de Nueva York, aunque sólo sea por un tema de saturación. Pero los Jets, ¿en qué demonios estaban pensando? Existen varias teorías pero lamentablemente ninguna de ellas tiene demasiado sentido. Una es que es para ser usado esporádicamente en jugadas de wildcat. Lo siento pero esto no sirve, porque si un jugador de este tipo sale en uno de cada tres snaps canta a la legua que la jugada va a pasar por sus manos, y ser previsible no es algo que se perdone fácilmente a estos niveles. Otra teoría dice que es para reemplazar a Mark Sanchez como quarterback titular a corto-medio plazo. Los Jets han asegurado que no, que Sanchez es el titular y que para eso le han renovado recientemente, pero no es nada descartable que cuando se la lance al safety en un número aleatorio de jornada menor que 5 los fans de los Jets empiecen a reclamar a Tebow. Así que igual al final no les queda otra y, sin entrar a comparar ambos quarterbacks, se tendrán que comer una renovación que se podrían haber ahorrado. Otra teoría, creo que inventada por mí y secundada por nadie porque en el fondo no lo he leído en ningún sitio, es que se ha fichado a Tebow para que les cuente cómo juega Josh McDaniels. No es ningún secreto que entre Jets y Patriots se llevan haciendo este juego desde tiempos inmemoriales, los unos fichan para el practice squad gente recientemente por los otros para así tener su playbook y poder ganarles en su próximo enfrentamiento. Pues lo de Tebow sería lo mismo pero a lo bestia, los Jets le pagarían una millonada para que les contara hasta el último secreto del que fuera el entrenador que le drafteó para así poder neutralizar completamente a su ataque. Es una parida como un templo a todas luces, pero también lo es hacer una rueda de prensa para presentar a Tebow a los medios sin que ni owner, ni general manager ni entrenador estén presentes, así que en este equipo no se puede descartar nada. Y la última, la más extendida, es que es simplemente una cuestión de hacer dinero, que como Tebow es una máquina de vender camisetas seguro que les sale rentable. Puede que sí, quizá Tebow vaya a generar muchos ingresos económicos, pero cuando alguien estructura un equipo a partir de la pasta potencial que se puede generar ignorando criterios deportivos es que el equipo realmente le importa más bien poco. Algo que sería muy triste para los que se toman en serio este deporte y, mucho más importante, algo que una fan base tan leal como la de los Jets no se merece en absoluto. Sea por la razón que sea, lo único realmente cierto de momento es que tuvieron que buscarle equipo a Drew Stanton, un quarterback al que le prometieron el puesto de suplente y al que ahora se le ha quedado la cara de tonto al ver que esa promesa se la han pasado por el arco del triunfo a las primeras de cambio. Y luego la gente se extraña cuando sale Tomlinson diciendo que ese vestuario es el más disfuncional en el que ha estado nunca.
En fin, por todo esto y por algunas otras cosas que seguro que me dejo este tema de Peyton Manning me parece la chorrada del siglo. Por Manning porque se está jugando la salud sin ningún motivo lo suficientemente importante, por Denver porque la desesperación y las prisas les han hecho dar la vuelta al equipo como un calcetín y arriesgar todo un proceso entero de reconstrucción, y por los Jets porque… por todo en general. Con todo esto no estoy deseando el mal a nadie, ni quiero que Manning se lesione ni quiero que a los Broncos les vaya mal, pero el riesgo desproporcionado que conlleva esta operación no compensa en absoluto la opción al anillo que muchos dicen que les puede dar. Y es que cocinar a fuego rápido algo que requiere fuego lento puede estar muy bien pero sin embargo nadie lo hace, porque el riesgo de quemarlo todo es inasumible.