Última entrega de esta saga de artículos. Juro que es la última, que seguro que ya os estáis cansando de tener que leer artículos asombrosamente parecidos, y digo eso esencialmente porque yo también me estoy cansando de escribirlos. Pero un análisis no es bueno si no es completo, con lo cual aquí traigo este último capítulo; y ojo, que no por ser el último va a ser el peor porque por aquí dentro hay picks como para echarse las manos a la cabeza. Nada, que no me enrollo más, pasemos a ver todo lo que nos falta del NFL Draft del 2009.
NFC South
Atlanta Falcons
Ronda 1, Pick 24 (24): Peria Jerry (DT, Mississippi)
Ronda 2, Pick 23 (55): William Moore (S, Missouri)
Ronda 3, Pick 26 (90): Christopher Owens (CB, San Jose State)
Ronda 4, Pick 25 (125): Lawrence Sidbury Jr. (DE, Richmond)
Ronda 5, Pick 2 (138): William Middleton (CB, Furman)
Ronda 5, Pick 20 (158): Garrett Reynolds (OT, North Carolina)
Ronda 6, Pick 3 (176): Spencer Adkins (LB, Miami)
Ronda 7, Pick 1 (210): Vance Walker (DT, Georgia Tech)
En los drafts hay dos clases de jugadores, los que aparentemente no conllevan riesgo y los que aparentemente sí que lo conllevan (y digo aparentemente porque esto no se puede asegurar). Y dentro de este último grupo, hay los jugadores que salen bien y los jugadores que salen mal. Con este draft, en el que apostaron por el riesgo en los primeros picks, los Falcons han experimentado un poco de éxito pero también un poco de fracaso. Arriesgaron en elegir a Peria Jerry en primera ronda, alguien que se podía encargar de los problemas contra la carrera que tenían en esos momentos pero alguien al que acompañaba una etiqueta de propenso a las lesiones; se lesionó gravemente la rodilla a poco de empezar su temporada de rookie y después nunca ha vuelto a ser el jugador que era, nunca ha vuelto a ser titular e incluso Vance Walker, pick de séptima ronda, ha hecho mejores números que él en esta última temporada. Pero por otra parte, el equipo también arriesgó con William Moore, un safety muy bueno pero al que todo el mundo le adjudicaba problemas de carácter; les ha costado más de lo esperado, tanto a él como a los propios Falcons, pero actualmente Moore es el free safety titular del equipo y con un rendimiento bastante aceptable. Las dos caras de una misma moneda pero arriesgar ya tiene estas cosas. De todas formas, picks como los de Chris Owens, Lawrence Sidbury o Spencer Adkins (además del ya mencionado Vance Walker) hace que los Falcons no puedan tener un mal recuerdo de este draft. Porque aunque tienen roles bastante secundarios todos estos jugadores permanecen en el equipo haciendo un buen trabajo, con lo que aunque quede un regusto amargo por la elección en primera ronda, en Atlanta no deberían estar nada descontentos con el draft que hicieron.
Carolina Panthers
Ronda 2, Pick 11 (43): Everette Brown (DE, Florida State)
Ronda 2, Pick 27 (59): Sherrod Martin (S, Troy)
Ronda 3, Pick 29 (93): Corvey Irvin (DL, Georgia)
Ronda 4, Pick 11 (111): Mike Goodson (RB, Texas A&M)
Ronda 4, Pick 28 (128): Tony Fiammetta (FB, Syracuse)
Ronda 5, Pick 27 (163): Duke Robinson (OG, Oklahoma)
Ronda 7, Pick 7 (216): Captain Munnerlyn (CB, South Carolina)
Otro draft de sensaciones mezcladas es el de los Carolina Panthers. Las sensaciones buenas vienen de parte de Sherrod Martin y de Captain Munnerlyn, dos jugadores que han ido escalando posiciones en el depth chart y se han convertido no sólo en jugadores titulares sino también en piezas básicas de la secundaria de los Panthers; especialmente interesante es el caso de Munnerlyn, un jugador al que pocos veían en la NFL por su falta de tamaño y su rendimiento irregular (por eso cayó hasta séptima ronda), pero que a base de trabajo ha conseguido hacerse un hueco como titular y rindiendo a un muy buen nivel. Las sensaciones intermedias vienen de parte de Mike Goodson, un pick que nadie entendió en su momento puesto que Carolina ya contaba con DeAngelo Williams y Jonathan Stewart, pero que ha aportado su granito de arena en los pocos momentos en los que ha jugado y que ha acabado saliendo del equipo vía trade (a los Raiders por el OT Bruce Campbell), una salida mucho más honrosa que ser cortado. Pero por el otro lado, las otras elecciones dejan sensaciones bastante malas. Everette Brown, que debía ser uno de los mejores pass-rushers de ese draft, no pudo ni aprender lo suficiente ni posteriormente reemplazar a Julius Peppers y fue cortado después de tan sólo dos temporadas en el equipo. Y Corvey Irvin, jugador elegido en tercera ronda, fue cortado después de tan sólo jugar dos partidos en sus dos primeras (y únicas) temporadas en el equipo. También deja una sensación mala el pick de Duke Robinson, que pese a estar muy bien valorado en los mock drafts y rankings previos cayó sorprendentemente hasta la quinta ronda y que, pese a que muchos le consideraban un claro candidato a steal, tan sólo llegó a jugar un partido con Carolina y como suplente. Pero bueno, que dos aciertos de siete jugadores no es tan mal porcentaje así que, si bien no se puede estar contento del todo, tampoco es un draft como para estar cabreado.
New Orleans Saints
Ronda 1, Pick 14 (14): Malcolm Jenkins (CB, Ohio State)
Ronda 4, Pick 16 (116): Chip Vaughn (S, Wake Forest)
Ronda 4, Pick 18 (118): Stanley Arnoux (LB, Wake Forest)
Ronda 5, Pick 28 (164): Thomas Morstead (P, SMU)
Hay dos formas de utilizar las rondas de draft. La primera es seleccionando a jugadores que salen de college, la otra es comprando a jugadores veteranos de otros equipos. La forma habitual de usarlos es la primera pero en esta ocasión los Saints eligieron el segundo camino. Segunda y quinta ronda por un lado y tercera por otro fueron dadas respectivamente a Giants y a Jets para adquirir, también respectivamente, a Jeremy Shockey y a Jonathan Vilma, dos jugadores que sin duda han contribuido al reciente éxito del equipo culminado con la Superbowl en 2010. Optar por esta vía es algo perfectamente lícito y más teniendo en cuenta que se ha conseguido un título, pero a la vez debilita mucho los jugadores jóvenes que tienen que ser el futuro del equipo si no se tiene mucho atino con las elecciones. Y en este caso no se tuvo. Sí, es cierto que Malcolm Jenkins es actualmente el free safety titular del equipo, pero se le drafteó como estrella defensiva y en el tiempo que estuvo jugando de cornerback fue más bien un estrellado; aunque finalmente se le ha podido reciclar como safety con un rendimiento decente sus actuaciones nunca han llegado a estar a la altura de las expectativas. Y del resto de picks el mejor es el del punter, que es indudablemente el titular pero en una posición menor, los otros dos es que directamente no están en la actualidad en el roster de los Saints.
Tampa Bay Buccaneers
Ronda 1, Pick 17 (17): Josh Freeman (QB, Kansas State)
Ronda 3, Pick 17 (81): Roy Miller (DT, Texas)
Ronda 4, Pick 17 (117): Kyle Moore (DE, USC)
Ronda 5, Pick 19 (155): Xavier Fulton (OT, Illinois)
Ronda 7, Pick 8 (217): EJ Biggers (CB, Western Michigan)
Ronda 7, Pick 24 (233): Sammie Stroughter (WR, Oregon State)
Muchas veces el puntuar un draft entero depende de la evolución de un jugador, y éste es uno de los casos más claros de este hecho; el draft de Tampa Bay será bueno o malo dependiendo únicamente de cómo acabe saliendo Josh Freeman. Y digo acabe saliendo porque en tres años aún no se sabe del cierto si puede ser el quarterback franquícia de los Bucs o no. Pese a la presión de ser el foco de atención y las comparaciones (en el mal sentido) con JaMarcus Russell, en sus dos primeras temporadas parecía que lo iba a ser pero este último año, cuando aparentemente ya se había asentado en el puesto, se ha marcado una temporada tan decepcionante que ha hecho que muchos se replanteen lo que antes parecía casi un axioma. Por lo tanto, Freeman (y por consiguiente también el draft de los Buccaneers) deberá volver a ser examinado al final de esta próxima temporada. Porque la verdad es que el resto del draft, si bien no está exageradamente mal, tampoco impresiona. Lo más destacado sea quizá la elección de EJ Biggers, un cornerback que ha llegado a ocupar posición de titular si algún partido así lo ha exigido, algo realmente notable si tenemos en cuenta que fue elegido en séptima ronda. También siguen en plantilla Roy Miller y Sammie Stroughter, el primero con bastante más protagonismo que el segundo, pero ambos con roles de suplente. Con lo cual a los Bucs sólo les queda confiar en que Freeman les salga bien, porque el resto de elecciones cumplen pero no reconstruyen franquícias.
NFC West
Arizona Cardinals
Ronda 1, Pick 31 (31): Beanie Wells (RB, Ohio State)
Ronda 2, Pick 31 (63): Cody Brown (DE, Connecticut)
Ronda 3, Pick 31 (95): Rashad Johnson (S, Alabama)
Ronda 4, Pick 31 (131): Greg Toler (CB, St. Paul’s)
Ronda 5, Pick 31 (167): Herman Johnson (OT, LSU)
Ronda 6, Pick 31 (204): Will Davis (DE, Illinois)
Ronda 7, Pick 31 (240): LaRod Stephens-Howling (RB, Pittsburgh)
Ronda 7, Pick 45 (254): Trevor Canfield (OG, Cincinnati)
Creo que en la vida he visto un draft tan pasivo como este de los Cardinals, extraordinariamente conformista en el panorama de trades porque ni subieron ni bajaron ni nada de nada. Simplemente fueron eligiendo en su turno y ya está. Y viendo los resultados finales da la sensación de que podrían haberse movido algo más para buscar a jugadores más de su agrado, o almenos jugadores que les dieran más rendimiento a medio plazo. El pick de Beanie Wells es comprensible, sigue siendo inexplicable cómo el corredor cayó hasta tan abajo, Arizona necesitaba reemplazar a Edgerrin James y el jugador, aunque no se ha mostrado al nivel esperado, ha sido titular durante estos tres años. Pero a partir de entonces nos encontramos una serie de elecciones que lo único que hacen es dejar frío al personal. Cody Brown nunca pudo llegar a jugar con los Cardinals puesto que se lesionó en su primera pretemporada y le cortaron durante la primera offseason, Rashad Johnson parecía que iba a ser un buen jugador por ser uno de los líderes de la defensa de Alabama pero se quedó a medio camino y Will Davis, pese a ser un titular ocasional en 2010, fue cortado al final de esa misma temporada sin que nadie hablara demasiado de ello. Mención aparte merece el pick de Herman Johnson, un jugador extremadamente corpulento (por decirlo de alguna manera suave) que podría haber resultado un buen guardia si he hubiera podido adaptar a la posición. Pero no todo son malas elecciones, y es que entre todos estos picks existen dos que sí han sido realmente útiles para Arizona; el cornerback Greg Toler ha ido oscilando en el depth chart pero siempre ha tenido importancia en la secundaria de los Cardinals mientras que LaRod Stephens-Howling no ha brillado como corredor de forma regular pero sí ha sido un retornador espectacular durante los años que lleva en Arizona. Un par de jugadores muy interesantes en medio de un draft que, aunque no es malo ni mucho menos, da la sensación de que podría haber sido mucho mejor.
San Francisco 49ers
Ronda 1, Pick 10 (10): Michael Crabtree (WR, Texas Tech)
Ronda 3, Pick 10 (74): Glen Coffee (RB, Alabama)
Ronda 5, Pick 10 (146): Scott McKillop (LB, Pittsburgh)
Ronda 5, Pick 35 (171): Nate Davis (QB, Ball State)
Ronda 6, Pick 11 (184): Bear Pascoe (TE, Fresno State)
Ronda 7, Pick 10 (219): Curtis Taylor (FS, LSU)
Ronda 7, Pick 35 (244): Ricky Jean-François (DT, LSU)
El draft de los Niners empezó incluso antes de que eligieran, y es que la elección de Heyward-Bey por parte de los Raiders les sirvió a Michael Crabtree en bandeja para su primer pick. Visto el precedente, parecía que el draft iba a ser muy plácido para San Francisco porque tenían la suerte de cara. Nada más lejos de la realidad. Para empezar, el propio Crabtree quería ser el receptor rookie mejor pagado porque consideraba que era el mejor receptor y, como los Niners no le daban lo que quería, empezó un holdout incluso antes de haber jugado un snap en la NFL. Esto le lastró un montón en su primera temporada y nunca se terminó de adaptar y, si no fuera porque es imposible, se podría pensar que lo sigue arrastrando a día de hoy porque el jugador que juega en los Niners y el que jugaba en Texas Tech se parecen como un huevo a una castaña. Por talento Crabtree tendría que haber sido una elección muy segura pero parece que lleve tres años jugando en otra dimensión que el resto de Niners, así que el pick casi no se podría considerar ni bueno. Achacar el pobre resultado de este pick a la mala suerte es discutible, ambas partes seguro que podrían haber hecho más para que todo funcionara, pero lo del siguiente pick es de traca. Glen Coffee se retiró después de su temporada de rookie porque no era lo que Dios quería para él. No lo comento, mejor leedlo vosotros mismos, pero si esto no es mala suerte que baje Dios y lo vea. Pero es que de aquí al final de draft tampoco tuvieron suerte con sus elecciones, por ejemplo Nate Davis no fue el quarterback que esperaban y Bear Pascoe, que fue cortado excesivamente pronto, ahora podría empezar la temporada 2012 como el tight end titular de los Giants; de los jugadores elegidos sólo Ricky Jean-François sigue en el equipo y con un papel bastante secundario. La ironía de todo esto es que con o sin mala suerte el draft es bastante malo, pero los drafts de otros compañeros de división lo convierte en relativamente decente.
Seattle Seahawks
Ronda 1, Pick 4 (4): Aaron Curry (LB, Wake Forest)
Ronda 2, Pick 17 (49): Max Unger (OG, Oregon)
Ronda 3, Pick 27 (91): Deon Butler (WR, Penn State)
Ronda 6, Pick 5 (178): Mike Teel (QB, Rutgers)
Ronda 7, Pick 36 (245): Courtney Greene (SS, Rutgers)
Ronda 7, Pick 38 (247): Nick Reed (DE, Oregon)
Ronda 7, Pick 39 (248): Cameron Morrah (TE, California)
Si algún draft es malo de todos los de esta división este es, sin lugar a dudas, el de los Seattle Seahawks. De los siete jugadores elegidos sólo tres permanecen en plantilla, y sólo uno es relevante. Se trata de Max Unger, un jugador que aparentemente iba a jugar de guardia pero que ha acabado jugando de center, lugar en el que se ha asentado definitivamente y en el que está teniendo un rendimiento bastante bueno cuando está sano (que no ha sido siempre). Los otros dos que siguen en el equipo son Deon Butler, un receptor que entre mal rendimiento y una inoportuna rotura de tibia y peroné se ha quedado bastante hundido en el depth chart, y Cameron Morrah, un tight end que ha totalizado 191 yardas entre las tres temporadas que lleva en Seattle. El resto ni sigue en el roster ni hizo nada destacable mientras estuvo en el equipo. Y eso incluye a Aaron Curry, elección de primera ronda, cuarto pick total, que después de hacer una Combine acojonante y de parecer uno de los mejores prospectos de linebacker de los últimos años deambuló por el entonces llamado QWest Field como si este deporte ni tan siquiera se le diera bien. Y fue finalmente mandado a los Raiders a cambio de una séptima ronda y otra aún por determinar, un precio irrisorio teniendo en cuenta el pick y el dinero que Seattle había invertido en él. Una elección que, sumado a un resto del draft bastante mediocre, hace que éste sea uno de los peores drafts de toda la liga.
St. Louis Rams
Ronda 1, Pick 2 (2): Jason Smith (OT, Baylor)
Ronda 2, Pick 3 (35): James Laurinaitis (LB, Ohio State)
Ronda 3, Pick 2 (66): Bradley Fletcher (CB, Iowa)
Ronda 4, Pick 3 (103): Darell Scott (DT, Clemson)
Ronda 5, Pick 24 (160): Brooks Foster (WR, North Carolina)
Ronda 6, Pick 23 (196): Keith Null (QB, West Texas A&M)
Ronda 7, Pick 2 (211): Chris Ogbonnaya (RB, Texas)
Visto el precedente de los Seahawks parecía imposible que hubiera un pick peor que el de Aaron Curry. Pues sí, lo hubo, fue el pick de Jason Smith. Pero es que esto es exactamente lo que puede pasar cuando se draftea a un cacho de carne enorme con mucho potencial, que si el jugador no evoluciona se puede convertir en un draft bust de proporciones bíblicas. Fue tan grande el chasco que se llevaron los Rams con Smith que tuvieron que invertir la segunda ronda del siguiente draft en otro tackle. Y tan grande fue la desilusión que la extraordinaria elección de James Laurinaitis en segunda ronda parece quedar totalmente empañada por el fracaso estrepitoso de esta elección. De todas formas, objetivamente hablando, hay que decir que el resto del draft no fue para nada malo. El propio Laurinaitis es actualmente el líder de la defensa de los Rams y uno de los mejores middle linebackers de la liga, Bradley Fletcher es un jugador bastante bueno aunque también es cierto que tiene un problema de lesiones bastante importante, y Darell Scott es actualmente uno de los deffensive tackles titulares del equipo, así que no podemos decir que el equipo se fuera de vacío del draft, lo que pasa es que el pick de Smith les ha salido tan mal que parece que el resto de elecciones estén devaluadas. Pero como las desgracias no vienen nunca solas, los Rams quisieron redondear el draft seleccionando a Keith Null, quarterback de West Texas A&M entrenado por el mismísimo Ryan Leaf, un jugador que en su primer partido como titular lanzó para 5 intercepciones y que acabaría siendo cortado antes de empezar la temporada 2010. Claramente anecdótico, pero siempre digno de mención.
Y por mi parte nada más. Con esta última entrega todos los equipos y la mayoría de jugadores han quedado analizados. Como he dicho en otras ocasiones, quizá sea ventajista hacer esta serie de artículos una vez el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Lo es, obviamente, pero también es una de las mejores maneras de analizar lo que han aportado los jugadores drafteados a sus respectivos equipos así como una manera de valorar la eficiencia de las gerencias de las franquícias a la hora de elegir jugadores. Pero de lo que estoy casi seguro es de que todo esto ahora mismo también resulta un poco cansino, porque en el fondo lo único de lo que queremos hablar ahora mismo es del draft que viene y no de lo que pasó en el pleistoceno. Así que aquí terminamos con esto y pasamos a la actualidad. Actualidad marcada por un draft que de buen seguro nos deparará aciertos increíbles y fallos garrafales, como este draft de 2009 que acabamos de analizar. En cualquier caso, muy pronto sabremos quienes lo han hecho bien y quienes no, porque el día que todos estamos esperando ya está a la vuelta de la esquina. O igual no lo sabremos hasta el 2015, cuando podamos valorar este próximo draft en su justa medida.