Esta vez no voy a intentar enjabonar la introducción con historias de mi vida que me recuerdan a la NFL. Sí que es verdad que casi todo me recuerda a la NFL, pero ahora mismo me recuerda más a la jodienda que representa estarnos siete meses sin partidos que no a lo bien que me lo paso viéndolos, así que paso de darle al tarro. Pero en fin, dicen que a falta de pan buenas son tortas (por cierto alguien le tendría que decir al del refrán que las tortas saben mejor que el pan), así que como mal menor uno se puede poner a seguir todas las actividades de la offseason para matar el tiempo. O sea, para que se nos pase el mono hay que seguir el draft y todo lo que se deriva de él, ya se llame combine, pro day, mock drafts o pajas mentales de analistas que creen que absolutamente todos los equipos van a encontrar la panacea universal en este próximo mes de abril.
Algunos equipos quizá la encuentren, uno o dos tirando largo, otros lo harán de forma decente y habrán añadido un par de piezas interesantes, otros estarán puteados porque todo lo que habían planeado les ha fallado y han tenido que improvisar sobre la marcha y quizá un último grupo de equipos elegirán según su mejor criterio pero los jugadores les saldrán un churro. Es por eso que hay que saber diferenciar las etapas de los drafts. Primero viene esta etapa, la de los mock drafts, el momento en el que todos queremos jugar a ser GM y predecir quien necesita qué y en qué orden saldrán los jugadores, algo que no deja de ser un divertimento para pasar el rato, entretenido pero bastante inútil. Luego está el propio draft, en el que el 90% de todos nosotros nos cagaremos y/o nos partiremos el culo con las elecciones de nuestro equipo o de nuestro equipo más odiado. Luego están los análisis post-draft hechos casi al instante, en los que el 90% de todos nosotros seguiremos cagándonos y/o partiéndonos la caja ya no sólo en la de los equipos que nos incumben directamente sino con las elecciones raras de todos los equipos. Y luego, por último, están los análisis en frío pasado ya un tiempo, en la que los jugadores son valorados en su justa medida y se puede decidir si el draft fue bueno para un equipo o fue malo. Dicen muchos expertos que la justa medida para valorar esto es el rendimiento que los picks le han dado a sus equipos al cabo de tres temporadas completas, así que vamos a ver qué eligieron los equipos de la NFL en el Draft de 2009. Y como va a ser muy largo, lo dividiremos en cuatro fascículos. Empezamos con la AFC.
AFC Este
Buffalo Bills
Ronda 1, Pick 11 (11): Aaron Maybin (DE, Penn State)
Ronda 1, Pick 28 (28): Eric Wood (C, Louisville)
Ronda 2, Pick 10 (42): Jairus Byrd (CB, Oregon)
Ronda 2, Pick 19 (51): Andy Levitre (OG, Oregon State)
Ronda 4, Pick 21 (121): Shawn Nelson (TE, Southern Miss)
Ronda 5, Pick 11 (147): Nic Harris (S, Oklahoma)
Ronda 6, Pick 10 (183): Cary Harris (CB, USC)
Ronda 7, Pick 11 (220): Ellis Lankster (CB, West Virginia)
Hay dos formas de enfocar este draft de los Bills. Para los optimistas este fue un muy buen draft para Buffalo, las elecciones de Eric Wood (con el pick que recibieron de los Eagles por Jason Peters) y Andy Levitre han conseguido solidificar el centro de la línea de ataque, algo que sin duda ayudó a que Fred Jackson empezara la temporada con tan buen rendimiento. Además, los Bills también acertaron en elegir a Jairus Byrd en segunda ronda, un jugador que venía listado como cornerback pero que supo hacer muy bien la transición a safety en la NFL y que en poco tiempo se ha convertido en el líder de su secundaria, estando también siempre entre los primeros de la liga en intercepciones conseguidas. Para los negativos, bastan dos palabras para definir el draft: Aaron Maybin. En esos momentos el pick no se podía criticar porque los Bills necesitaban un pass-rusher como el comer pero este es el problema de draftear a gente con muchas capacidades atléticas y mucho potencial, que si no crecen en el ambiente adecuado no evolucionan como jugadores y se quedan estancados. A Maybin se le exigió muchísimo desde el primer momento que llegó a Buffalo y, ya sea porque no supo manejarlo, porque no tuvo mucha ayuda por parte del resto de front seven o porque su posición nunca estuvo demasiado bien definida (no sirvió ni como end de 4-3 ni como linebacker exterior de 3-4), sus números siempre estuvieron muy lejos de las expectativas, hasta el punto de ser cortado en 2011. De todas formas, soy de la opinión de que este fracaso no debe empañar un resto de draft bastante bueno, porque no todo el mundo es capaz de sacar tres titulares importantes en el draft.
Miami Dolphins
Ronda 1, Pick 25 (25): Vontae Davis (CB, Illinois)
Ronda 2, Pick 12 (44): Pat White (QB, West Virginia)
Ronda 2, Pick 29 (61): Sean Smith (CB, Utah)
Ronda 3, Pick 23 (87): Patrick Turner (WR, USC)
Ronda 4, Pick 8 (108): Brian Hartline (WR, Ohio State)
Ronda 5, Pick 25 (161): John Nalbone (TE, Monmouth)
Ronda 5, Pick 29 (165): Chris Clemons (S, Clemson)
Ronda 6, Pick 8 (181): Andrew Gardner (OT, Georgia Tech)
Ronda 7, Pick 5 (214): JD Folsom (LB, Weber State)
Es cierto que la secundaria de los Dolphins no es la mejor de toda la NFL, pero en este draft sacaron a sus dos cornerbacks titulares, yendo a lo seguro con Vontae Davis y arriesgando con Sean Smith. En principio eso debería ser suficiente para decir que el draft fue bueno para ellos, y aún un poco más si a los dos CBs le añadimos a Brian Hartline, jugador elegido en cuarta ronda y que se ha convertido en un receptor que, si bien no es el más importante del equipo, es usado de forma habitual. Pero no se puede pasar por alto el que probablemente fue el pick más desastroso de todo el draft entero: la elección en segunda ronda del quarterback de West Virginia Patrick White. Y digo quarterback por decir algo, porque de hecho venía listado como tal después de la negativa del jugador a hacer la transición a receptor, pero de hecho era un corredor zurdo al que le hacían lanzar de vez en cuando con una efectividad bastante deficiente. Los Dolphins consideraron que por sus características era un jugador interesante para dirigir la wildcat que en esos momentos llevaban a cabo y por eso, en un gran alarde de sentido común, pusieron a Chad Pennington como titular, jugador de unas características excepcionalmente similares a las de White y extremadamente adecuado para llevar una wildcat. Y cuando éste se lesionó pusieron a Chad Henne, más de lo mismo. El caso es que White nunca tuvo oportunidades más allá de jugadas esporádicas, pero las que tuvo tampoco las aprovechó (también en parte porque cuando salía todo el mundo sabía que la jugada iba a ser para él). En fin, sea culpa suya o no, su legado en Miami fue de 0/5 y 1 sack recibido como pasador, 21 carreras para 81 yardas y 1 fumble como corredor. Da hasta un poco de grima.
New England Patriots
Ronda 2, Pick 2 (34): Patrick Chung (S, Oregon)
Ronda 2, Pick 8 (40): Ron Brace (DT, Boston College)
Ronda 2, Pick 9 (41): Darius Butler (CB, Connecticut)
Ronda 2, Pick 26 (58): Sebastian Vollmer (OT, Houston)
Ronda 3, Pick 19 (83): Brandon Tate (WR, North Carolina)
Ronda 3, Pick 23 (97): Tyrone McKenzie (LB, South Florida)
Ronda 4, Pick 33 (123): Rich Ohrnberger (OG, Penn State)
Ronda 5, Pick 34 (170): George Bussey (OT, Louisville)
Ronda 6: Pick 25 (198): Jake Ingram (LS, Hawaii)
Ronda 6, Pick 34 (207): Myron Pryor (DT, Kentucky)
Ronda 7, Pick 23 (232): Julian Edelman (QB, Kent State)
Ronda 7, Pick 25 (234): Darryl Richard (DT, Georgia Tech)
No es que quiera ser pesado, que quizá también, pero viendo este draft no puedo hacer nada más que reafirmarme en lo que he dicho en infinidad de ocasiones: pese a que él piensa que es un gurú en la materia y que no hay nadie que le llegue ni a la suela del zapato, Belichick hace tiempo que no sabe manejar los drafts. En su perenne afán por llenar su despensa de millones de elecciones como si de llenar un refugio nuclear de alimentos se tratara, los Patriots se volvieron a olvidar de que el draft sirve básicamente para escoger a jugadores. 12 picks en total, de los cuales son aprovechables un total de dos jugadores (uno entero y dos medios). El entero es obviamente Patrick Chung, un jugador totalmente indispensable en el esquema defensivo de los Patriots desde que se asentó en la titularidad y cuando las lesiones se lo permiten, porque aunque la defensa de New England (y especialmente la defensa contra el pase) ha sido muy mala este año, se ha notado muchísimo la presencia o ausencia de Chung en el campo. Los dos medios serían Sebastian Vollmer, tackle titular durante un tiempo hasta que Nate Solder lo ha sentado en el banquillo, y Julian Edelman, quarterback de college y receptor degradado a cornerback en la NFL que dió sus frutos durante el tiempo que se le usó como se le debía usar. Quizá también se podría salvar un poco a Myron Pryor, tackle defensivo suplente que sigue en el equipo y entra en rotación muy de vez en cuando, pero el resto nada de nada. Ron Brace sigue en roster y esta temporada ha contribuido al equipo con unas espeluznantes estadísticas de 1 tackle y 3 tackles asistidos. Darius Butler fue cortado antes de empezar la temporada 2011 por bajo rendimiento (para acabar poniendo a Edelman de cornerback), Brandon Tate nunca encontró su sitio, Tyrone McKenzie tuvo muy mala suerte con las lesiones y no pudo aportar en el año y poco que estuvo en el equipo y los otros jugadores han sido totalmente irrelevantes. Y después de lo que fue también hay que ver lo que podría haber sido, para lo cual simplemente lanzaré una pregunta al aire. ¿Vosotros cambiaríais a Darius Butler, Brandon Tate y una tercera ronda de draft por Michael Oher? O incluso mejor, ¿cambiaríais ese mismo paquete de jugadores por Clay Matthews? El gran maestro de los drafts prefirió el paquete de jugadores, una muestra más de su gran sabiduría y de lo bien que se desenvuelve en el tema.
New York Jets
Ronda 1, Pick 5 (5): Mark Sanchez (QB, USC)
Ronda 3, Pick 1 (65): Shonn Greene (RB, Iowa)
Ronda 6, Pick 20 (193): Matt Slauson (OG, Nebraska)
Es complicado decidir si este draft fue bueno o fue malo. No por Shonn Greene obviamente, que está dando un rendimiento excepcional como corredor principal de la franquícia y más si tenemos en cuenta que fue un pick de tercera ronda. Y tampoco por Matt Slauson, que siendo un sexta ronda es el left guard titular del equipo y no es precisamente el eslabón más débil de la línea ofensiva, aunque jugar entre D’Brickashaw Ferguson y Nick Mangold tampoco tiene que ser muy complicado. El jugador que debe marcar si este draft fue positivo o no para los Jets es Mark Sanchez. Se dice que para tener un quarterback franquícia hay que aflojar la mosca y vender hasta las joyas de la abuela si hace falta, los Redskins demostraron precisamente eso hace muy poco, y eso es precisamente lo que hicieron los Jets, que renunciaron a tres jugadores (dos titulares) y a una segunda ronda adicional para subir doce puestos en la primera ronda y elegir al que muchos pensaban que era el prospecto de quarterback con más posibilidades de triunfar en la NFL. Tres años después, aún no está claro si Sanchez es el quarterback que los Jets necesitaban. Algunos dicen que sí, que con Sanchez el equipo ha llegado dos veces a la final de conferencia y que con un poco más de tiempo les llevará a la Superbowl, mientras que otros no sólo dicen que no sino que señalan a Sanchez como el culpable de que un equipo con tanto talento en tantas posiciones aún no haya podido llegar a la Superbowl. Creo sinceramente que es más bien lo segundo, que en especial esta temporada la dupla entre Sanchez y el coordinador de ataque Brian Schottenheimer es lo que ha lastrado al equipo, y muchos de los fans también así lo veían cuando reclamaban la incorporación de Peyton Manning durante esta offseason. Pero esto no es lo que cuenta, lo que cuenta es que Mark Sanchez ha renovado recientemente, con lo que la gerencia piensa que sí es el quarterback que el equipo necesita. Y por lo tanto, aunque el resto del mundo tengamos dudas, el draft de los Jets para ellos fue inmejorable.
AFC Norte
Baltimore Ravens
Ronda 1, Pick 23 (23): Michael Oher (OT, Mississippi)
Ronda 2, Pick 25 (57): Paul Kruger (DE, Utah)
Ronda 3, Pick 24 (88): Lardarius Webb (CB, Nicholls State)
Ronda 5, Pick 1 (137): Jason Phillips (LB, TCU)
Ronda 5, Pick 13 (149): Davon Drew (TE, East Carolina)
Ronda 6, Pick 12 (185): Cedric Peerman (RB, Virginia)
Draft bastante convencional por parte de los Ravens, con aciertos importantes en las primeras rondas y sin mucho que rascar en las rondas finales. Probablemente el pick con más mérito fue el de Lardarius Webb en tercera ronda, una elección muy arriesgada (y criticada en su momento) por ser un jugador provinente de una universidad muy poco conocida, pero el resultado no podría haber sido mejor. Webb se ha convertido en el cornerback primario de los Ravens, algo de lo que carecían desde que Chris McAlister empezara a bajar su rendimiento debido a las lesiones, y en un jugador imprescindible en los esquemas defensivos de Baltimore. También en este draft sacaron a Michael Oher, que pese a ser más conocido por ser la inspiración de The Blind Side que por otra cosa es también es el tackle derecho titular de los Ravens, quizá no está al nivel que se esperaba de él pero cumple bastante bien con su función. Y también Paul Kruger ha resultado un jugador con algo de interés, no es titular a tiempo completo pero es bastante efectivo como pass-rusher ocasional (5.5 sacks en 2011). El resto de jugadores, si bien parecía en su momento que eran elecciones interesantes, finalmente no han aportado casi nada al equipo.
Cincinnati Bengals
Ronda 1, Pick 6 (6): Andre Smith (OT, Alabama)
Ronda 2, Pick 6 (38): Rey Maualuga (LB, USC)
Ronda 3, Pick 6 (70): Michael Johnson (DE, Georgia Tech)
Ronda 3, Pick 34 (98): Chase Coffman (TE, Missouri)
Ronda 4, Pick 6 (106): Jonathan Luigs (C, Arkansas)
Ronda 5, Pick 6 (142): Kevin Huber (P, Cincinnati)
Ronda 6, Pick 6 (179): Morgan Trent (CB, Michigan)
Ronda 6, Pick 36 (209): Bernard Scott (RB, Abilene Christian)
Ronda 7, Pick 6 (215): Fui Vakapuna (FB, BYU)
Ronda 7, Pick 40 (249): Clinton McDonald (DE, Memphis)
Ronda 7, Pick 43 (252): Freddie Brown (WR, Utah)
El día después del draft parecía que los Bengals eran unos de los grandes ganadores porque su bloque de jugadores seleccionados era espectacular. Un año más tarde, lo que parecía era que los Bengals habían hecho un récord al elegir al mayor número de busts en un mismo draft. Con tres años de perspectiva, poco a poco los picks de Cincinnati se vuelven a solidificar, haciendo que la valoración global del draft sea de nuevo muy buena. Andre Smith, que pasó de ser un prospecto excepcional al tío gordo que corrió las 40 sin camiseta, se ha asentado en el puesto de tackle derecho después de algún problemilla de adaptación. Rey Maualuga también pasó por alguna que otra época de abucheos por bajo rendimiento pero finalmente parece que se ha erigido como el líder de esa defensa, y un proceso parecido pasó Michael Johnson, que pasó de estar al borde del draft bust a ser un pass-rusher más que interesante. Además, por si esto no fuera poco, Bernard Scott ha sido un muy buen segundo corredor hasta la fecha mientras que Kevin Huber ha sido el punter titular del equipo desde que fue drafteado, con lo que Cincinnati también acertó eligiendo a estos jugadores. La única mancha en el draft de los Bengals sería Chase Coffman que, pese a ser un tight end estrella en college, nunca cuajó en sus esquemas de ataque y se ha pasado la mayor parte de su carrera o inactivo o en el practice squad. Pero un pequeño fracaso no esconde que los Bengals sacaron a cuatro titulares importantes y algún jugador de rotación de este draft (incluso Morgan Trent tuvo sus momentos de protagonismo mientras estuvo en el equipo), todo un éxito en estos días que corren.
Cleveland Browns
Ronda 1, Pick 21 (21): Alex Mack (C, California)
Ronda 2, Pick 4 (36): Brian Robiskie (WR, Ohio State)
Ronda 2, Pick 18 (50): Mohamed Massaquoi (WR, Georgia)
Ronda 2, Pick 20 (52): David Veikune (DE, Hawaii)
Ronda 4, Pick 4 (104): Kaluka Maiava (LB, USC)
Ronda 6, Pick 4 (177): Don Carey (CB, Norfolk State)
Ronda 6, Pick 18 (191): Coye Francies (CB, San Jose State)
Ronda 6, Pick 22 (195): James Davis (RB, Clemson)
A priori puede parecer que el draft de los Browns fue algo pobre, en especial si tenemos en cuenta que tradearon su selección de primera ronda un total de tres veces, pero algo se puede rescatar de ese draft. Alex Mack es una garantía en el puesto de center, ha ayudado en buena medida al éxito de corredores en principio no demasiado buenos como Jerome Harrison o incluso Peyton Hillis y hasta ya ha sido seleccionado para la Pro Bowl en una ocasión. Con lo cual, pese a que no estemos acostumbrados a ver centers salir en la primera ronda, si dan el rendimiento que ha dado Mack el pick está totalmente bien empleado pese a las milongas que nos puedan contar del valor posicional. Otro de los que se salva de la quema es Kaluka Maiava, titular en uno de los puestos de linebacker, pero es claramente uno de los jugadores que los Browns debería mejorar en su unidad defensiva. Del resto muy poquito, ni Robiskie ni Massaquoi nunca pudieron ser el receptor de referencia que buscaban en Cleveland (hasta el punto que Robiskie acabó siendo cortado por bajo rendimiento), mientras que David Veikune sólo duró un año en el equipo y ahora está jugando en Canadá. Eso sí, gracias al trade de Sanchez los Browns adquirieron a Kenyon Coleman y a Abram Elam (dos jugadores que jugaron un par de temporadas buenas en Cleveland pero que ya no están en el equipo) así como a Brett Ratliff, probablemente la pieza clave que hacía que el trade mereciera la pena (almenos según Eric Mangini, por aquellos entonces entrenador de los Browns, que siempre le vió como su quarterback de futuro).
Pittsburgh Steelers
Ronda 1, Pick 32 (32): Evander Hood (DT, Missouri)
Ronda 3, Pick 15 (79): Kraig Urbik (OT, Wisconsin)
Ronda 3, Pick 20 (84): Mike Wallace (WR, Mississippi)
Ronda 3, Pick 32 (96): Keenan Lewis (CB, Oregon State)
Ronda 5, Pick 32 (168): Joe Burnett (CB, Central Florida)
Ronda 5, Pick 33 (169): Frank Summers (RB, UNLV)
Ronda 6, Pick 32 (205): Ra’Shon Harris (DT, Oregon)
Ronda 7, Pick 17 (226): AQ Shipley (C, Penn State)
Ronda 7, Pick 32 (241): David Johnson (TE, Arkansas State)
El draft de los Steelers merece una ovación sólo por el hecho de haber elegido a Mike Wallace en tercera ronda. Y no sólo eso, Pittsburgh merece todo el reconocimiento del mundo por haber transformado un simple receptor de velocidad en un jugador mucho más completo que puede hacer daño de muchas formas distintas. Probablemente nunca llegará a ser Calvin Johnson, por mucho que algunos se empeñaran a principios de esta temporada, pero es mucho más de lo que los Steelers esperaban de él, y desde luego mucho más de lo que les dió Limas Sweed como segunda ronda el año anterior. En este draft los Steelers se hciieron con los servicios de Ziggy Hood, quien ha cumplido muy bien durante estos años haciendo de «suplente» de Aaron Smith, que de hecho de suplente no tenía mucho dados los problemas de lesiones de este último; aun así, no se le exige lo mismo a un teórico suplente que a un titular así que este próximo año será cuando Hood tenga su prueba de fuego definitiva (puesto que Smith fue cortado recientemente). Pero estos dos jugadores son lo único destacable de un draft bastante desastroso en todas las otras elecciones. Destacable de forma positiva, porque si se mira lo negativo hay que decir que los Steelers no tuvieron paciencia con Kraig Urbik y le cortaron al finalizar su primer año, se buscó la vida en Buffalo Bills y ahora es su center titular. Y también destacar negativamente a David Johnson, jugador de séptima ronda que sigue en el roster por alguna razón que desconocemos, que dicen que puede jugar de tight end o de fullback (ahora está jugando de ésto último) y que algún que otro aficionado ilustre de Pittsburgh piensa que es el peor jugador en un roster activo de toda la NFL. Que ya es decir.
Felicidades si habéis leído todo hasta aquí, no debe haber sido fácil. En la próxima entrega acabamos con la AFC analizando las dos divisiones que quedan, y para crear un poco de hype sólo diré un nombre: Darrius Heyward-Bey. ¡¡No os lo perdáis!!