Era el 5 de septiembre y lo vi por primera vez de forma oficial. Ahí estaba, en el medio del campo, visiblemente nervioso como si fuera la primera vez que estaba ahí. La verdad es que tenía ganas de verle, para mí era una completa novedad y, pese a que me habían dicho que no era ni por asomo lo que estaba acostumbrado a ver, yo pensaba que serían exageraciones y que en realidad verle sería todo un placer. Era un árbitro sustituto, un hombre prácticamente salido de la nada que se enfundaba el traje de cebra de la NFL por primera vez en su vida. ¿Y por qué? Pues por nosotros. Para que los fans de la NFL vibráramos con el tan anhelado inicio de la competición sin ningún tipo de contratiempo. Contratiempo que podría ser, por poner un ejemplo al azar, que los árbitros titulares estaban en huelga por cuestiones de dinero y que, por lo tanto, no hubiera nadie disponible para arbitrar los partidos de football. El 5 de septiembre conocimos al primero pero él era sólo el primero de muchos, y es que el domingo posterior muchos compañeros suyos también salieron a escena. Banqueros, profesores de instituto, árbitros rechazados para arbitrar en la Lingerie Football League… en fin, compañeros venidos de todas partes del país con el único propósito de hacer que la NFL transcurriera con total normalidad como si el litigio entre Goodell y los árbitros titulares no estuviera existiendo. Y lo intentaron con toda su voluntad y con todo su empeño, pero no fue suficiente. La competición nunca transcurrió con normalidad mientras los árbitros sustitutos estaban a los mandos de los partidos. El 24 de septiembre, después de poco más de dos semanas y media de errores y despropósitos, sería la última vez que veríamos a un árbitro suplente encima del terreno de juego. Algunos pensarán que es muy poco tiempo para un trabajo, pero fue tiempo más que suficiente para que quedara patente que los árbitros sustitutos no estaban capacitados para llevar a cabo la misión que se les había mandado. Dos semanas y media en las que el invento de los replacement referees quedó totalmente en evidencia gracias a acciones tan graves como las siguientes.
Tiempo muerto extra dado a los Seahawks
Primera jornada, partido entre Arizona y Seattle, ganan los Cardinals pero los Seahawks tienen balón para anotar. Están haciendo un buen drive, gastan dos tiempos muertos, se plantan en la yarda 13 de Arizona y, a falta de 47 segundos, Doug Baldwin se lesiona. Como es una lesión dentro de los dos últimos minutos, la regla dice que habría que cargar un tiempo muerto al equipo del jugador lesionado. Hasta ahí todo correcto. El problema viene cuando a falta de 30 segundos Seattle pide otro tiempo muerto y, pese a que no lo debería tener, los árbitros se lo dan. Después de varios minutos de discutir, la explicación fue que como el tiempo estaba parado al venir de pase incompleto no se carga con tiempo muerto al equipo que tiene que atender a su jugador lesionado. Una regla que se sacan completamente de la manga para justificar su patinazo. ¿O quizá no tan patinazo? Resulta que uno miembros del equipo arbitral de ese partido ha sido árbitro en los entrenos de los Seahawks durante los últimos tres años; trabajo totalmente remunerado, por supuesto. O sea, dicho de otra forma, Seattle había estado pagando a uno de los árbitros de su propio partido contra Arizona y, por lo tanto, a uno de los responsables de que Pete Carroll y compañía tuvieran un tiempo muerto de más. El panorama sería francamente interesante si no fuera porque el fallo garrafal tampoco sirvió de nada puesto que los Cardinals acabaron ganando el partido. Además, el árbitro principal se disculpó luego por su error (uno de los pocos que lo ha hecho) con lo que da la sensación de que, pese a esta coincidencia, todo esto fue un simple fallo y no una decisión para favorecer a propósito a los Seahawks.
Confusión en el Monday Night Football
Estamos en la segunda jornada, partido de Monday Night lo que significa que estuvo televisado para todo Estados Unidos y todo el mundo podía ver al detalle qué sucedía. Así pues, con todos los focos apuntando hacia los árbitros sustitutos después de una primera jornada errática, confirmaron las sospechas e hicieron uno de los peores arbitrajes de estas dos semanas y media. Y de entre la mediocridad del arbitraje, dos situaciones a destacar por encima del resto. La primera fue el fumble de Knowshon Moreno. En la penúltima jugada del primer cuarto Moreno comete un fumble, se forma una montaña de jugadores para recuperarlo, los árbitros dan posesión a Atlanta pero quien sale del montón con el balón es un jugador de los Broncos. Sí, por este orden. Ellos tenían mejor ángulo que yo, está claro, pero a simple vista parece una decisión bastante discutible. En fin, se forma un tumulto de jugadores y entrenadores pidiendo explicaciones, llueven los empujones y al final los árbitros acaban lanzando un pañuelo. ¿La penalización? «Personal foul, number 93, red». Ni ataque, ni defensa, ni tan siquiera equipo. Fantástico. Pero es que ahí no acaba el tema. La posesión de balón en un fumble resulta que no es revisable a no ser que se recupere limpiamente, así que el árbitro principal estuvo dando explicaciones a todo el mundo durante un buen rato. En concreto fueron 5 minutos y 58 segundos entre que los jugadores cayeron encima del balón suelto hasta que Matt Ryan recibió el snap de la siguiente jugada. Sencillamente inaceptable. Pero esto sólo era la primera, hay una segunda. Faltando 2:50 para acabar el segundo cuarto, los Broncos se juegan un 4th & 1 desde la yarda 43 del campo de Atlanta. Manning lanza y Stokley es agarrado por Dominique Franks. Pañuelo. «Holding, 29 of the defense, 5-yard penalty, automatic 1st down». ¿Siguiente jugada? 1st & 10 desde la yarda 32 de Atlanta, 11 yardas más adelante de la línea de scrimmage anterior. Aún nadie entiende cómo llegaron a esa conclusión. Quizá se confundieron en el punto de aplicación de la falta, quizá se confundieron con la regla con la de college (10 yardas de penalización) o quizá simplemente estaban en la parra. ¡¡Es que el tío dijo 5-yard penalty!! El árbitro conocía la regla pero en esa jugada se aplicó de forma lamentable así que sólo debería poder ser un error por falta de atención, pero con esta gente no se puede descartar nada. Sea como sea, un error inadmisible y una gran manera de darse a conocer en la televisión nacional.
Challenges extra a los Niners
Faltando 3:29, perdiendo por 11 puntos y con la bola en poder de Minnesota, San Francisco pide su último tiempo muerto para parar el tiempo y tener más segundos para poder remontar. ¡Pero un momento! En la repetición parece que Gerhart suelta el balón y lo recupera Patrick Willis así que Harbaugh, ni corto ni perezoso, lanza el pañuelo y pide el challenge. No se pueden pedir challenges sin tener tiempos muertos que poder perder si la decisión se confirma. Pero se lo aceptaron, miraron la jugada y le dieron la razón. Y como le salió bien la jugada, cinco jugadas después Harbaugh volvía a lanzar el pañuelo para pedir otro challenge. Si antes era dudoso porque el tiempo muerto y el challenge venían en el mismo parón de juego y es posible que alguno no se supiera qué decía la regla exactamente, ahora simplemente la situación carece de toda lógica. Si un tiempo muerto está pedido no puedes restaurarlo por mucho que San Francisco ganara el challenge anterior, pero eso es exactamente lo que hicieron los árbitros porque, al perder los Niners este segundo challenge, le quitaron su «tercer y último tiempo muerto». Menos mal que Harbaugh no tuvo razón esta vez, sino igual aún está el árbitro mirando por la pantalla. Ah, por cierto, un último detalle. Este árbitro principal era el mismo que el del Atlanta-Denver comentado anteriormente. Un figura, vamos.
Personal foul para 27 yardas
Estamos en la tercera jornada, en la prórroga entre Titans y Lions. Faltando 12:18 y en su propia yarda 44, Jake Locker aparentemente completa un pase a Craig Stevens y, en el proceso de la recepción, recibe un golpe casco contra casco de Stephen Tulloch. Falta personal, 15 yardas de penalización, hasta ahí ningún problema. Ahora bien, la jugada fue sujeta a revisión y la cosa se complicó de manera espeluznante. En la repetición es verdad que el balón parece andar algo suelto por momentos pero no parece que llegue a tocar el suelo, pero el árbitro decidió que era pase incompleto y por lo tanto cambió la decisión. Increíble. Primero porque parece que no toca, aunque es cierto que eso puede quedar a criterio de cada uno, pero lo que es realmente inconcebible es que se permita el lujo de cambiar la decisión. Había sido arbitrado como pase completo en el momento, así que tenía que haber evidencia visual de que era pase incompleto para cambiarlo, pero a mí aún no me han enseñado ningún fotograma en el que el balón esté en contacto con el suelo. Pero como un simple completo/incompleto sería demasiado poco para esta gente, la cosa no acaba aquí. El pase fue declarado incompleto pero la falta personal por golpe casco contra casco seguía aplicando, así que había que sumar 15 yardas desde la línea de scrimmage anterior y reanudar el juego. Pues bien, la siguiente jugada arrancó desde la yarda 29 de Detroit. Penalización para 27 yardas, que además así queda recogida en el play-by-play del partido para que quede constancia por escrito de la cagada monumental del árbitro. Pero igual que en otros casos no había explicación lógica aquí sí que la hay, y es que resulta que el árbitro sumó 15 yardas desde la yarda 44 pero del otro campo. Se había olvidado de donde estaba ubicado el balón en la jugada anterior. Pensándolo bien, tampoco parece muy lógico que el hombre que está al cargo del partido no sepa ni donde se está jugando, pero es la magia de los árbitros de reemplazo.
Fail Mary
Es que ni me voy a dignar a comentarla porque de esta jugada ya se ha dicho todo lo que podía decir. Ya sabéis, MD Jennings, Golden Tate, posesión «compartida», árbitros que ni se dignan a reunirse antes de cantar una decisión final (en la end zone había uno que decía touchdown y otro decía intercepción) y un árbitro principal que se niega a cambiar la decisión porque piensa que sino igual le linchan a la salida. Sí, lo que acabo de decir quizá es una chorrada pero es eso o que simplemente no quiso ver lo que el resto de humanidad vió por la televisión, con lo que prefiero pensar lo primero y pensar que el árbitro tristemente confundió un público como el de los Seahawks (que está muy encima pero es totalmente correcto) con el que pueda haber en un partido de fútbol regional del barrio más chungo de la ciudad. O quizá no, porque a juzgar por sus recientes declaraciones parece que el árbitro sigue pensando que su decisión fue la correcta. A estas alturas ni sé qué pensar y, francamente, ya casi ni me importa. En cualquier caso, fue una jugada que pasará a la historia de la NFL por haber dado irrevocablemente el partido a un equipo que no lo merecía y fue una jugada que marcó el futuro de los árbitros de reemplazo, porque este Monday Night entre Seahawks y Packers fue el último partido que arbitrarían, así que almenos se sacó algo positivo de todo esto. Y por cierto, teniendo en cuenta la victoria pertenecía a los Packers el partido se debería haber rearbitrado posteriormente en los despachos, algo que muchos alegan que no se podía hacer porque se creaba un precedente muy peligroso. No me sirve. El precedente no era cambiar el resultado del partido a posteriori, el precedente ya estaba creado y era darle la victoria a un equipo por haber lanzado una intercepción en la última jugada.
Pero señores, es que todo esto sólo son muestras concretas de lo que llegaron a influenciar los partidos los árbitros de reemplazo. En estas dos semanas y media ha habido muchas otras cosas, algunas muy determinadas como las que hemos visto, pero también muchas de carácter general. Una de las cosas más destacables de los árbitros de reemplazo ha sido el timing del partido, los encuentros siempre llevaban un ritmo muy lento con el que la mayoría de ataques propensos al pase y a la no-huddle offense (New Orleans, New England, Green Bay, Detroit) no se sentían nada cómodos, y eso fue debido básicamente a la parsimonia con la que los árbitros sustitutos manejaban el tiempo entre jugada y jugada. Además, en estas semanas también hemos visto que pasar a menos de un metro de un receptor se consideraba como pass interference defensivo, con mención especial para el que le pitaron a Ike Taylor contra Santonio Holmes, mientras que agarrar a los pass-rushers de forma ilegal era totalmente ignorado por los árbitros (sino que le pregunten a Tamba Hali, a Clay Matthews o a Jason Pierre-Paul, por poner algún ejemplo). Y no sólo cuestiones puramente de reglamento, estas dos semanas y media también han servido para ver que los árbitros de reemplazo muchas veces ni sabían qué es lo que sucedía en el partido: en ocasiones no sabían quien atacaba ni quien defendía (como por ejemplo la vez que le pitaron una falta a DeSean Jackson marcando la defensa), señalaban penalizaciones a jugadores cuyo número o no estaba dentro del campo o, hasta en alguna ocasión, ni tan siquiera existía en el roster (como la vez que indicaron una penalización al #25 de los Packers, un número que fue llevado por última vez por Ryan Grant) o incluso una vez directamente se equivocaron de equipo al decir que Arizona no sería cargada con un tiempo muerto después de un challenge… en un partido de pre-temporada entre Atlanta y Baltimore.
Y cómo no, los árbitros de reemplazo también nos han dejado escenas simplemente kafkianas e incomprensibles en condiciones normales. ¿Cómo os quedaríais vosotros si estuvérais jugando un partido y de repente se os acercara el árbitro a deciros que jugárais un poco mejor porque os tiene en su equipo de fantasy? ¿Acojonante verdad? Pues eso fue exactamente lo que le pasó a LeSean McCoy en el partido contra los Ravens, aunque luego el propio jugador se encargó de asegurar que fueron en tono más de broma. O más situaciones, ¿qué os parecería estuviérais navegando por Internet y viérais en una foto al árbitro que acaba de pitaros un partido llevando puesta la gorra y la chaqueta del equipo al que os habéis enfrentado? Pues algo así estuvo muy a punto de pasar, y es que uno de los árbitros designados para el Saints-Panthers tenía varias fotografías en Facebook con la gorra de los Saints puesta. Por suerte, la NFL se dió cuenta a tiempo (gracias al chivatazo de Chris Mortensen) y retiró al árbitro del partido en el calentamiento previo al mismo. Y ya por último, quizá la situación más rocambolesca de todas. ¿Qué pensaríais si estuviérais jugando un partido y el árbitro os pusiera una zancadilla? Una mezcla de frustración y perplejidad bestial, ¿verdad? Pues no fue exactamente así pero el caso se le parece bastante. Resulta que Kevin Ogletree era un receptor feliz y contento que estaba tan tranquilo haciendo su ruta hasta que un árbitro le tiró la gorra a sus pies, Ogletree la pisó y se fue al suelo. Como el tío que tira pieles de plátano en los dibujos animados para que otro resbale. Igualito. Ogletree no pudo recibir el balón y probablemente se cabreó bastante, pero ¿y las risas que nos echamos los fans viendo la escena? Tiene guasa la cosa pero ese percance es de los pocos buenos momentos que estos árbitros de reemplazo nos han dejado en este inicio de temporada.
En fin, muchas vivencias, muchas experiencias y muchos momentos compartidos con los árbitros sustitutos… ¿Y ahora qué? Ahora sólo nos queda el recuerdo de esas dos semanas y media que pasamos juntos. Pero no sufráis, aunque el vacío emocional dejado por estos árbitros sustituto es enorme, siempre nos quedará el consuelo de ver como han vuelto los árbitros titulares, unos árbitros que en tan sólo una semana ya han sido capaces, entre muchas otras cosas, de dar un fumble de un corredor que apenas estaba cayendo como down by contact. Porque pese a que el cambio es indudablemente algo positivo, hay que recordar que estos árbitros titulares no son mejores que los otros, simplemente son menos malos.