Casi. Qué palabra tan horrible. El día que hago un sprint desde dos manzanas más allá y el conductor del autobús arranca justo cuando estoy frenando, casi cojo el autobús. El día que hago 8 aciertos seguidos en la quiniela y luego todos los resultados me van en contra, casi me hago rico. Y yo paro aquí porque no hace falta alargarse más, pero seguro que vosotros ya estáis pensando en vuestros ejemplos de «casi». Y seguro que os da rabia, porque nada da más rabia que saber que tienes algo muy cerca pero que en realidad lo que esperas que pase no va a pasar. Y he empezado hablando de la vida en general pero el tema es muy fácilmente aplicable a la NFL. Cuando hay un equipo que encadena varias victorias seguidas mucha gente se empieza a preguntar si van en serio, si están atravesando una buena racha o son así de buenos y si, como pregunta más importante, si son un equipo capaz de llegar a lo más alto. Con lo cual yo me pregunto, ¿son los Carolina Panthers un equipo capacitado para ganar la Superbowl? Efectivamente, casi.
Los Panthers son indudablemente uno de los equipos con mejor evolución en los últimos tres años, evolución que justo empezó cuando contrataron a Ron Rivera como entrenador y eligieron a Cam Newton como #1 del draft. Sí, número uno global, sin trades, algo que nos indica que hace tres años los Panthers fueron el peor equipo de la NFL; este año, llevan un récord de 9-4, han llegado a cosechar una racha de ocho victorias consecutivas y son claros favoritos a obtener una de las posiciones de wildcard en la NFC. La transformación es indiscutible y es altamente probable que durante un futuro próximo sean el equipo de referencia en su división, especialmente si se tiene en cuenta que Drew Brees ya empieza a tener una edad considerable, que los Falcons no sabemos qué cara mostrarán y que los Buccaneers no parece que encuentren el momento en el que todas las piezas encajen a la perfección. Ahora bien, aunque la evolución es digna de admirar, también hay que analizarlos por lo que son ahora mismo. Y sí, son un muy buen equipo, pero por mucha racha de victorias y por mucha plaza de wildcard que tengan prácticamente en la mano, partidos como el de este pasado fin de semana contra los Saints demuestran que a los Panthers aún les falta un poquito para ser un claro aspirante a llegar a la Superbowl. Y les falta un poquito tanto en ataque como en defensa.
El ataque está claro que gira alrededor de la figura de Cam Newton. Lo que ha crecido este tío como quarterback desde que está en la NFL es algo que se sale de cualquier escala de medición, ahora es un quarterback mucho más paciente en el pocket, que selecciona bien sus lanzamientos y que además tiene una habilidad tremenda para salir corriendo con el balón cuando las cosas se ponen feas. De hecho, quizá precisamente porque este año se está insistiendo en su faceta de pocket passer se ha perdido un poco de su juego de carrera diseñado para él, ya sea en forma de scrambles o de jugadas de read-option (algo que creo que les hubiera ido muy bien en este último partido y que por razones desconocidas no usaron demasiado), pero teniendo en cuenta su progresión global no es algo de lo que uno se pueda quejar. Pero es que el problema no es Newton, el problema es que en ese ataque no hay muchos más skill players, es decir, corredores y receptores que quiten presión a Newton y que puedan hacer el juego de ataque de los Panthers un poco menos previsible. Por ejemplo, su juego de carrera no es nada del otro mundo. Cierto es que no es el mejor año para valorarlo puesto que Jonathan Stewart ha estado demasiado castigado por las lesiones (de hecho ante los Saints se lesionó después de dos ganancias de 15 yardas, sus dos únicas jugadas del partido), pero da la sensación de que es un juego terrestre que globalmente debería hacer más teniendo en cuenta la atención que genera Newton. Aun así, el problema principal del ataque no es ese sino que es la falta de receptores fiables del equipo, y es que ahora mismo el equipo cuenta con Steve Smith, Greg Olsen y muy poco más. Lo siento, es que no me fío de nadie más. Brandon LaFell lleva 4 años en los Panthers y ni ha pasado nunca de las 700 yardas, ni su promedio este año le bastaría para alcanzar esa cifra y además sigue cometiendo drops en momentos poco oportunos (de hecho un drop suyo al final del segundo cuarto es clave para que los Saints puedan anotar su tercer touchdown en el drive posterior), no creo que esta sea la mejor carta de presentación para un receptor #2. Por no hablar del hecho de que, para completar su cuerpo de receptores, Carolina haya tenido que recurrir a un Ted Ginn Jr que la mayoría pensábamos que ya estaba por retirarse, algo que aunque les ha salido bastante bien dice bastante de la falta de profundidad de jugadores en la posición. Es increíble como los Panthers han ignorado la necesidad de elegir receptores en el draft incluso en rondas bajas cuando ya hace años que es una necesidad básica, ya no sólo porque necesitan una segunda opción fiable que se alinee al otro lado de Steve Smith sino porque dentro de no mucho necesitarán a alguien que directamente le sustituya. Pero en fin, a fin de cuentas es normal que el ataque tenga fallos, básicamente porque, aunque Cam Newton ha tenido mucho que ver, la mejoría de los Panthers como equipo ha venido principalmente por la defensa.
No creo que sorprenda a nadie si digo que la fuerza de los Panthers radica en el lado defensivo del balón. Lo que ha hecho Ron Rivera con esta parcela del equipo ha sido asombroso y gracias a su trabajo y a jugadores como Luke Kuechly, Charles Johnson, Thomas Davis, Greg Hardy y los recientemente drafteados Star Lotulelei y Kawann Short, los Panthers tienen una de las defensas más interesantes de toda la NFL. Entonces, ¿podemos decir que la de Carolina es una de las mejores defensas de toda la NFL? La respuesta corta sería que sí, que la defensa de los Panthers está entre las mejores de la NFL. La respuesta larga sería que en principio sí, pero que depende de lo que se quiera defender. Contra la carrera es sin duda la mejor defensa de la NFL, y no soy solo yo que lo digo sino que sus 79.4 yardas terrestres encajadas por partido (que les colocan como la mejor defensa en este apartado a nivel estadístico) hablan por sí solas. Ahora bien, a pesar de que las estadísticas también son buenas, yo no me atrevería a hablar tan bien de su defensa contra el pase. Volvamos a la lista de jugadores destacados que he puesto un poco más arriba. ¿Qué tienen en común esos jugadores? Tienen en común que todos pertenecen al front seven, todos son o líneas defensivos o linebackers. O dicho de otra manera, la defensa de los Panthers es muy buena delante pero mucho más floja atrás, algo que ante equipos de clara tendencia a pasar como los Saints es muy peligroso. Primero porque un ataque que sale con formaciones abiertas y con muchos receptores obliga a la defensa a sacrificar jugadores del front seven para poner a defensive backs, jugadores más rápidos más capacitados para cubrir a los receptores rivales. Pero segundo, y creo que más importante, porque defender el pase cuando la fuerza defensiva está delante implica tener que generar presión de forma constante, porque cuando no es así la defensa sufre muchísimo. Y eso es exactamente lo que pasó este domingo ante los Saints. A la que el ataque de New Orleans pudo contener el pass-rush de los Panthers, Brees pudo lanzar el balón cómodamente y vimos como los Colston, Graham y compañía ganaban prácticamente todos los emparejamientos con los Munnerlyn, White y compañía. Y ese fue el fin de la resistencia de Carolina. En un visto y no visto los Saints les hicieron un traje, pusieron varias anotaciones de por medio y a los Panthers ya les fue imposible volverse a meter en el partido. Con lo cual, aunque la mejoría es evidente, esta defensa aún tiene mucho margen de mejora en su secundaria. El tema aquí es que la de los Panthers no es sólo una defensa que puede mejorar, sino que es una defensa que deberá mejorar si Carolina quiere convertirse en uno de los mejores equipos de la NFL. Y es que con la tendencia hacia el juego aéreo que está cogiendo la NFL, para cualquier equipo que quiera aspirar a llegar a la Superbowl es imprescindible tener una buena defensa contra el pase. Aunque ganen la división sobrados, que es algo que posiblemente pasará alguna que otra vez en los próximos años, en playoffs siempre se acabarán cruzando con algún equipo que pasará hasta la saciedad (Saints, Lions, Packers o Cowboys son sólo algunos ejemplos), y ya sabemos que una debilidad así en playoffs se suele pagar con la eliminación con bastante frecuencia.
Así pues, debido a este problema este año los Panthers probablemente no lleguen a la Superbowl, pero lo que tienen estos «casi» es que se suele aprender de ellos. E igual que yo he aprendido a salir dos minutos antes de casa para que el autobús no me arranque en las narices, estoy convencido de que en el front office de Carolina tendrán este partido muy presente durante la próxima offseason y priorizarán arreglar este problema en la secundaria. Porque es que lo bueno de todo esto es que este dichoso problema está perfectamente localizado y, si dan con los jugadores correctos, los Panthers solamente están a una buena offseason de arreglarlo por completo. Y lo mismo digo acerca de los playmakers ofensivos, es un problema que está bastante localizado y estoy seguro que ya sea en draft o en agencia libre habrá incorporaciones que ayuden a Cam Newton a comandar un ataque con más variantes y más complicado de parar. Y mucho ojo cuando eso pase porque, una vez se hayan solucionado estas dos deficiencias concretas, estoy convencido de que los Panthers serán un serio aspirante para llegar a la Superbowl. Y esta vez sin el casi.