Corría el año 1994, los Houston Rockets de Hakeem Olajuwon y los New York Knicks de Pat Ewing disputaban las conocidas como “The Forgotten Series”, es decir las series olvidadas. Pero ¿cómo podían ser las finales de la NBA olvidadas? Muy fácil, ese año Michael Jordan estuvo jugando a béisbol, es decir, fue su primera retirada.
Las finales se presentaban como un Olajuwon contra Ewing. El pívot de los Rockets tuvo mejores números que Ewing, cosa que fue decisiva a la hora de conseguir el campeonato, aunque muchos seguidores de los Knicks sigan achacando la derrota al 2/18 en tiros de campo de John Starks en el séptimo partido.
El cuarto partido de la final, que tuvo lugar en el Madison Square Garden de Nueva York, lo hizo con los vestuarios oliendo a cerveza y champán, ¿por qué? Porque 24 horas antes los New York Rangers ganaban a los Vancouver Canucks en el séptimo encuentro para conseguir su primera Stanley Cup en 54 años. Es más, el por entonces capitán de los Rangers, Mark Messier, fue al partido portando la Stanley y, para inspirar a los Knicks, se la llevó al vestuario y luego se la ofreció al público allí presente durante el descanso. El quinto partido se jugó horas después de la fiesta de los Rangers por las calles de Manhattan, a la que los jugadores de Knicks y Rockets asistieron junto al millón y medio de neoyorquinos que salieron a festejar el título de su equipo de hockey.
Pero llegó a ser tal el desprecio a unas finales en las cuales no estaba Michael Jordan, que durante la retransmisión del quinto partido de la serie, la NBC, que era la encargada de retransmitir los encuentros, emitió la persecución del Hall of Famer de la NFL O.J. Simpson sospechoso del asesinato de su ex mujer y su amante por la policía de Los Ángeles. Curiosamente, Simpson era analista de la NFL en la NBC. La retransmisión se presentó en pantalla dividida, ocupando la persecución el lado derecho de la pantalla, y el partido en una pantalla pequeña en la esquina inferior izquierda, además el sonido era la retransmisión de la persecución a cargo del presentador de noticias de la NBC Tom Brokaw. Por otra parte, la KNBC, canal que retransmitía el partido en la zona de Los Ángeles se desentendió totalmente del partido y retransmitió la persecución a pantalla completa sin dar ninguna información acerca del partido hasta que acabó, que casi fue a la vez que la persecución ya que O.J. había vuelto a su mansión y se había entregado a la policía.
Como pueden observar, fue la peor forma de vender un producto que no interesaba a la mayoría de estadounidenses.