Tras unos meses desde la anterior entrega de este serial, les traigo al mejor base serbio de la historia, Aleksandar “Saša” Djordjević.
Nacido en el año 1967 en Belgrado, gracias a la pasión de su padre, que era entrenador, comenzó a jugar en el Radnički Kragujevac; no tardó en llamar la atención de los principales equipos de la capital yugoslava, así, llegó a formar parte de la cantera del Estrella Roja de Belgrado, cuyos técnicos no le valoraron lo suficiente, y de esta forma fue como acabó en el Partizan de Belgrado. Debutó con el primer equipo en la temporada 1983/1984, tenían un gran equipo, pero la competencia en la liga yugoslava era feroz, estaba la Cibona de los hermanos Petrović, el Zadar de Vranković, y en unos pocos años iba a comenzar la gran época de la Jugoplastika. En el Partizan tampoco se quedaban atrás, al talento de Sasha había que sumarle a Paspalj, Divac o Danilović. Con todo ese talento, en la temporada 1986/1987 consiguieron ganar la liga, que tuvo el doble de eco ya que se la ganaron a su eterno rival, el Estrella Roja. Pero en lo que al campeonato nacional se refiere, les pasó por encima un vendaval amarillo en tres finales en cuatro años. En 1989 dieron el primer aviso al resto del continente conquistando la copa Korać, tras este triunfo Paspalj y Divac dejaron el club para iniciar su andadura en la NBA, por lo tanto el equipo sería liderado a partir de entonces por los dos Sashas, Danilović y Djordjević.
Se venía la época más oscura en la historia de los Balcanes, comenzaron las guerras en Croacia, Eslovenia y Bosnia, por lo que la FIBA decidió unilateralmente que todos los equipos de la región deberían jugar sus partidos como locales en el extranjero. El Partizan, dirigido por un joven Zeljko Obradović, recién retirado, se vió obligado por las circunstancias a jugar todos sus partidos como local en la copa de Europa en la ciudad madrileña de Fuenlabrada. Fue una época difícil para todos, eran muy jóvenes y mientras su país se sumía en una guerra autodestructiva, los Djordjević, Danilović, Rebrača, Lončar, Nakić etc debían jugar partidos en un país de acogida como si nada pasase. La tensión era tal que durante ese año 1991, las dos grandes estrellas, los dos Sashas, no se dirigían la palabra, cosas de chavales de veintipocos años. Durante la estancia en España, consiguieron hacer suya a la afición de Fuenlabrada, que llegó a apoyarles en un partido ante el Joventut de Badalona. Tras la fase previa, la FIBA les permitió disputar la eliminatoria de cuartos de final en Belgrado, en la Sala Pionir, donde pasaron sin problemas y se clasificaron para la Final Four de Estambul en la cual llegaron a la final ante el Joventut. Cuando hablamos de Djordjevic o pensamos en él, se nos vienen a la cabeza dos imágenes principalmente, la primera es la que da su única copa de Europa al Partizan, ese tiro a falta de cuatro segundos en el cual cada pierna está por su lado, pero de cintura para arriba la pose es perfecta. Tras esa jugada, el propio Danilović comenta que abrazó a Djordjević y volvieron a hablarse.
Tras otro año en Belgrado, y como la mayoría de estrellas, abandonó el país para ir a la LEGA italiana, recalando en el Milan de Mike D’Antoni. En su primer año en Italia ganó su segunda copa Korać, siendo el mejor de la final anotando 29 puntos en la ida y 38 en la vuelta a la Virtus de Bolonia. Tras otro año en Milan, firmó por el Fortitudo de Bolonia, en el que estuvo dos años, en el último, 1996, llevó a su equipo a la final por el Scudetto, pero los de Scariolo cayeron ante el Milan de Bodiroga. En Italia experimentó una clara mejora en su forma de juego, en Partizan era un director de orquesta, en Italia se convirtió en un ejecutor superando los 20 puntos de media en tres de sus cuatro temporadas; en su primer año fue el líder en porcentaje de triples, con más del 50%. Una muestra del cambio es que se rapó la cabeza y comenzó a usar coderas desde entonces. Tras haberse confirmado como el mejor base del continente, decidió probarse en la mejor liga del Mundo, la NBA. Sasha, que ya había coqueteado con anterioridad con los Celtics, se incorporó a los Blazers con unas expectativas muy grandes, era el mejor de Europa en aquel momento y consideraba que debía tener protagonismo inmediato, algo poco probable para alguien que no era americano. Calentó banquillo a la sombra de Kenny Anderson los ocho encuentros que jugó, estuvo un tiempo lesionado y decidió escuchar ofertas del viejo continente. Sus números fueron 61 minutos en pista y 3,1 puntos por choque. En enero firmó por el Barcelona, que perdía todas las finales continentales que jugaba por aquel entonces y necesitaba una estrella que les guiara a la victoria.
En su primer año en el Barça pareció como si jamás se hubiese ido a Portland, anotaba tiros decisivos, realizaba grandes exhibiciones, como lo 30 puntos con los que vencieron al Real Madrid en la Copa del Rey, los de Aíto estaban bien, y llegaron a la Final Four, todas las esperanzas de los culés estaban puestas en él. En semifinales se deshicieron del ASVEL Lyon, Sasha les hizo 17 puntos, pero en la final Davis Rivers secó a Djordjević, dejándole en 6 puntos y consiguiendo así Olympiakos el cetro continental. Por lo menos ese año lograron ganarle la ACB al Madrid de Obradović y Bodiroga. La temporada siguiente fue un desastre, con Manel Comas al frente y posteriormente Joan Montes, el CSKA les eliminó en octavos y el TAU Cerámica de Scariolo les barrió en semifinales de la ACB. La temporada siguiente, con la vuelta de Aíto al banquillo, fue mejor. Tras no poder jugar Euroliga por la mala campaña anterior, consiguieron levantar 16 puntos de ventaja en la vuelta de la final de la copa Korać; en el Palau Djordjević anotó 18 puntos y fue decisivo una vez más en una final. Al final de dicho encuentro mostró con los ojos llorosos una pancarta con el lema “STOP THE WAR” como respuesta al bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia. En los playoffs ACB no tuvieron rival y se llevaron la segunda liga en tres años. Sasha y Aíto no se llevaban muy bien y el técnico culé prescindió de él por “motivos físicos”; el Real Madrid aprovechó el regalo y contrató al serbio a finales de septiembre. Sergio Scariolo, entrenador del Madrid, apadrinó el fichaje del base que ya tuvo en el Fortitudo. La temporada no fue la deseada, los blancos cayeron en cuartos de Euroliga ante el Lyon y el Barça les ganó la Copa del Rey. En la fase regular quedaron segundos tras los catalanes con los que se encontraron en la final. La serie llegó igualada al quinto encuentro que sería en el Palau. El Madrid no pudo contar con Herreros los tres primeros encuentros por lesión. El partido final fue frenético, con una primera parte favorable al conjunto barcelonés, en el segundo tiempo los merengues se recuperaron, y entonces en los instantes decisivos apareció el genio, Djordjević pareció haberse estado guardando para ese momento, anotó dos triples consecutivos, uno con falta del Barça, para hundir al conjunto culé. Antes he comentado que hay dos imágenes que se nos vienen a la mente cuando hablamos de Sasha, el triple a la Penya, y la celebración de esta liga en el Palau, Sasha se vengó de un equipo que le dio la patada de la forma que todo jugador desea, en una final en campo contrario y siendo decisivo. La temporada siguiente fue desastrosa, fue el estallido de Pau Gasol que hizo que su Barça lo ganase todo en España. Y al año siguiente perdieron ante Estudiantes en cuartos de final en Playoffs. Renunció con 35 años al año que le quedaba y tras unos meses de descanso esperando a recibir la nacionalidad española pasó dos años en el Scavolini Pesaro y unos meses en el Milan, donde definitivamente se retiró. Con Yugoslavia conquistó 3 Eurobaskets, un Mundial y una plata olímpica en Atlanta 98.
A continuación les dejo algunas de las mejores jugadas de su carrera, disfrútenlas:
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