Tras recordar la semana pasada al gran Pedja Stojaković, esta semana traemos la historia de uno de los grandes jugadores serbios: Žarko Paspalj.
Natural de Pljevlja, cuando tenía 10 años, se mudó a Titogrado, actual Podgorica (Montenegro), y entró en la cantera del Budućnost. A los 16 años lo subieron al primer equipo, que por aquel entonces estaba lleno de joven talento, pero claro, el Budućnost era un equipo modesto que servía de jugadores jóvenes a los grandes: Cibona, Partizan, Jugoplastika, Estrella Roja y Bosna. Tras dos años en Titogrado, era un jugador muy cotizado en Yugoslavia, fue traspasado al Partizan de Belgrado en 1986, ese mismo año Vlade Divac había llegado a Belgrado también. Ese año, ganaron la liga ante el Estrella Roja. Durante su período en el Partizan, se convirtió en un fijo en la selección yugoslava junto con Divac, Radja, Kukoč y Petrović, que consiguió la plata en los JJOO de Seúl ante la URSS de Sabonis.
En 1989, se convirtió en uno de los primeros europeos en jugar en la NBA, concretamente en San Antonio Spurs. Formó parte del desembarco de cinco jugadores extranjeros, tres yugoslavos y dos soviéticos: Paspalj, Divac, Petrović, Volkov y Marčiulionis. Ellos cinco eran los únicos esa temporada que no habían llegado a la liga por medio del sistema universitario. Levantaban el interés a ambos lados del Atlántico, había mucha curiosidad por ver qué tal lo harían esos extranjeros. Paspalj llegó a unos Spurs en los cuales Greg Popovich era entrenador asistente, como curiosidad, Paspalj vivió durante su periodo de adaptación en casa de Popovich, que le conoció en el torneo preparatorio para el Eurobasket de 1989 en Alemania.
Žarko, a pesar de ser un fijo en la Yugoslavia de Ivković, únicamente jugó 28 partidos, anotando un total de 72 puntos en 181 minutos jugados, debido a que era el suplente del rookie Sean Elliott, y le hacían jugar los minutos de la basura, provocó la ira de su entrenador diciendo que “él no jugaba en defensa, solo en ataque” . Además confesó una adicción a las pizzas y al tabaco, por lo que a mitad del temporada el club le pagó sesiones de hipnotismo, pero no dieron mucho resultado. Lo mejor de su corta carrera en la NBA fue claramente los 13 puntos que anotó en 14 minutos a los Nuggets en un partido que perdió San Antonio 126-99. Aunque Paspalj no caló en la pista, sí lo hizo en la afición, gracias a una canción cómica llamada “The Mark of Zarko”, cantada con la música de “The Mark of Zorro”. A falta de tres días para los playoffs fue cortado.
Tras su aventura americana, Paspalj volvió al Partizan, que se reforzaba para intentar desbancar a la hegemónica Jugoplastika de Split, que había perdido a una de sus estrellas, Dino Radja, que se había ido a Italia, y a su entrenador Boža Maljković. Fue el máximo anotador de la liga yugoslava liderando al equipo junto con Danilović y Djordjević hacia la final, donde cayero derrotados ante los de Split. Aunque en cuanto a títulos la temporada fue un fracaso, en lo personal no lo fue para él, puesto que consiguió un buen contrato con el Olympiakos. Se convirtió en la primera superestrella extranjera que jugó en la liga griega. En su primer año, llevó al equipo a la final, donde perdieron ante el PAOK, pero era un gran avance, puesto que el año anterior habían quedado octavos. Durante la temporada, Paspalj anotó una media de 33’7 puntos por partido. Ese año no pudo jugar en los JJ.OO de Barcelona debido a las sanciones impuestas a Yugoslavia. Su siguiente año fue mucho mejor, se benefició de un equipo más fuerte, debido a los fichajes de Tarlać, Nakić, Tomić y Berry, y derrotaron al Panathinaikos en la final de la liga. El siguiente año, se coronaron como campeones de liga y copa, pero en la copa de Europa sufrieron un shock en la final, donde perdieron ante el Joventut de Badalona 59-57. Fue elegido MVP de la Final Four, pero la votación fue hecha durante el descanso, cuando parecía casi imposible que la Penya ganase a Olympiakos. Todos los puntos los anotó en la primera parte, sufriendo un bloque mental en la segunda, que le lastraría el resto de su carrera, pasando de ser uno de los mejores tiradores del continente a ser un jugador interior talentoso, perdiendo gran parte de su efectividad. El siguiente año firmó por el rival, Panathinaikos, pero perdió la liga ante su ex equipo. Y ahí comenzó su declive: en los siguientes años jugó para PSG Racing, Aris y Virtus de Bolonia. Su último éxito fue la plata conseguida en Atlanta 96.
Hablamos pues de uno de los más grandes jugadores de Yugoslavia, un buen tirador que no fue capaz de adaptarse al capitalismo estadounidense, de ahí sus adicciones, o debilidades, como él las llamaba. Aún así, no tuvo las oportunidades que merecía, si hubiese caído en otro equipo en vez de en San Antonio, cualquiera sabe lo que habría llegado a conseguir en Estados Unidos.
A continuación tienen un recopilatorio de sus mejores jugadas: