Su carrera universitaria la realizó en la Universidad de Michigan State a las órdenes de uno de los mejores entrenadores de la historia, Tom Izzo. Tras jugar los cuatro años permitidos por el reglamento, Draymond Green promedió 10,5 puntos, 7,5 rebotes y 2,9 asistencias. En su tercera temporada, firmó su primer triple doble de 23 pts, 11 rebotes y 10 asistencias ante los Bruins de UCLA, en lo que fue el séptimo de la historia en la división I de la NCAA. Ya como senior, fue elegido jugador del año e incluido en el mejor quinteto de la Big Ten por jugadores y prensa. También fue parte del quinteto All-America (todo el país). Con este balance se presentó al draft del 2012 y cerraba una etapa que siempre recordará con cariño y orgullo.
Temporada rookie sin oportunidades
Pese a ser un prospect con muy buena pinta, había muchas dudas de su adaptación a la NBA por su físico (pasado de peso) y por si podría ser un buen suplente en la mejor liga del mundo. Fue seleccionado en la segunda ronda del draft (puesto 35) por los Golden State Warriors, que en primera ronda (puesto 7) habían elegido a Harrison Barnes. En teoría, no parecía mala idea recaer en un equipo que tenía mucho talento joven por desarrollar, con veteranos con experiencia en la liga. Lo que no estaba claro es si iba a contar con minutos en la rotación del técnico Mark Jackson.
En su primera temporada disputó 79 partidos, tan solo uno como titular y con 13,4 minutos por partido. Sus estadísticas fueron 2,2 puntos, 3,3 rebotes y 32,7% en tiros de campo en temporada regular, en un buen conjunto que se metió en Playoffs como sexto clasificado con David Lee y Stephen Curry como líderes del equipo. En postemporada mejoró ligeramente sus estadísticas ya que jugó más minutos (5,2 más) promediando para finalmente caer 4-2 en semifinales de conferencia ante los futuros finalistas y casi campeones San Antonio Spurs. Su primer año fue el lógico de una segunda ronda, pocos minutos y ver/aprender de los jugadores más importantes del equipo para su entrenador.
Aprovechó la titularidad en Playoffs
Llegaba el inicio de otra temporada y durante el tiempo de offseason la situación no parecía mejorar mucho para él. La franquicia había fichado en verano a Andre Iguodala, con un contrato de $48 millones y 4 años, ya que tenía un gran reconocimiento como ex All Star y por haber sido parte del Team USA 2012 en los Juegos Olímpicos de Londres. Con este movimiento, el también jugador de segundo año y que realizó una buena temporada como rookie (excelentesPlayoffs) Harrison Barnes, fue asignado al puesto de alero suplente en detrimento del recién llegado. En esta temporada, el entrenador Mark Jackson sí que tenía más presión, con un roster mejorado para dar un paso adelante (Final de Conferencia por lo menos) con un Stephen Curry que empezaba a explotar como estrella en la liga y un Klay Thompson que estaba mejorando mucho como escolta en todos los aspectos del juego. Tuvo más minutos otra vez (21,4) promediando 6,2 puntos, 5 rebotes y 40,7% tiros de campo.

Tras ser una temporada regular decepcionante del equipo en líneas generales, con claros destellos de su calidad pero de nuevo repitiendo como sextos clasificados en la Conferencia Oeste, les tocaba en primera ronda enfrentarse a Los Angeles Clippers (una rivalidad en crecimiento). Para los Playoffs, David Lee estaba lesionado tras hacer una grandísima temporada y Draymond Green sería el ala pivot titular del equipo a partir del cuarto partido con 1-2 en la serie. En frente, uno de los mejores jugadores en esa posición de la liga, un Blake Griffin que tenía toda la pinta de ser el mejor en su posición en las próximas temporadas. En una serie tremendamente emocionante, con un nivel físico muy exigente y con muchísima calidad por ambos equipos, caían en el séptimo y último partido en el Staples Center, terminando así su temporada. Fracaso rotundo para muchos, temporada con altibajos y buenos Playoffs para otros. En el aspecto individual, Draymond Green demostró que sí que podía ser el ala pivot titular del equipo si continuaba con su proyección. Jugó 32,6 minutos por partido esta temporada, promediando 11,9 puntos, 8,3 rebotes y 46,7% tiros de campo.
Se consolida como titular indiscutible
Los dueños de los Warriors decidieron que pese a que la plantilla no quería, la etapa Mark Jackson había finalizado. Tras muchos rumores, consiguieron convencer a Steve Kerr (tentado por Phil Jackson y los New York Knicks) fichándolo con un contrato de $25 millones y 5 años. Muchos periodistas y aficionados no criticaron el movimiento, pero sí lo que consideraban un salario alto para un técnico con cero experiencia.
La primera decisión del nuevo entrenador fue de mucha importancia, su nuevo quinteto tendría dos jugadores nuevos respecto a la anterior temporada. Las dos rondas del draft de 2012, Harrison Barnes como alero y Draymond Green como ala pivot, saldrían desde el comienzo. Festus Ezeli (también draft 2012) tendría más importancia desde el banquillo si las lesiones le respetaban. Andre Iguodala asumió bien la suplencia y quiso aportar un nuevo rol al equipo por el bien de todos como jefe de la segunda unidad. También se tuvo que acostumbrar David Lee, que para cuando volvió de su lesión (diciembre) ya encontró un equipo que se conocía de memoria y en el que era muy difícil entrar. Draymond Green demostró que era un nuevo ala pivot, aunque las estadísticas no parecieran tan buenas promediando 11,7 puntos, 8,2 rebotes, con 44,3% en tiros de campo.
El equipo fue el mejor de la temporada regular con un balance de 67-15. Llegaban como favoritos a los Playoffs y cumplieron con los pronósticos. Vencieron 4-0 a New Orleans Pelicans, 4-2 a Memphis Grizzlies, y 4-1 a Houston Rockets para llegar a las finales de la NBA ante los Cleveland Cavaliers de Lebron James. Con 1-2 para los Cavs, el factor cancha perdido y muy malas sensaciones, Steve Kerr decidió hacer un movimiento que cambiaría el transcurso de la final. Quitó a Andrew Bogut del quinteto titular, metiendo a Andre Iguodala como falso cuatro para que defendiera a Lebron James todos los minutos posibles (era un mejor defensor) y dejar a un Draymond Green como pivot abierto para crear espacios a los demás compañeros que también estaban muy por debajo de su habitual nivel. Tras este cambio, consiguieron remontar para vencer 4-2 y ganar el ansiado anillo para la franquicia cuarenta años después. Promedió 13,7 puntos, 10,1 rebotes, con 41,7% tiros de campo jugando 37 minutos. En tres temporadas, Draymond Green había pasado de ser un jugador marginal y olvidado en la primera ronda del draft a ser el pivot titular de los campeones de la NBA, siendo una pieza muy importante para conseguir el título. Pero aún no había llegado lo mejor.
Los Warriors cambian la manera de jugar al baloncesto
Tras haber ganado el título, firmó un contrato de $85 millones y 5 años siendo un claro gesto de confianza de la franquicia, confiando en que se convertiría en una estrella de la liga. Hubo dos salidas de la franquicia. El ala pivot David Lee fue traspasado a Boston Celtics y el asistente Alvin Gentry fue el elegido para ser el entrenador jefe de los New Orleans Pelicans. Justo antes de empezar la temporada, salieron varios datos interesantes a la luz. En la carrera por el MVP, Stephen Curry no era el favorito, y en las casas de apuestas, Golden State tampoco era el primero pese a ser los actuales campeones.
Todo esto lógicamente motivó a los Warriors que se sintieron ninguneados, querían demostrar que estaban equivocados y empezarón como una tormenta perfecta. En los primeros partidos pudieron encajar alguna derrota, pero en los minutos finales de los duelos igualados siempre aumentaban el nivel y conseguían ganar. Llegaron a encadenar 24 victorias consecutivas, siendo el mejor inicio en la historia de la NBA y la cuarta mejor racha de triunfos consecutivos. Tras haber aumentado el nivel considerablemente en la temporada anterior, en ésta la explosión de Draymond Green ha sido un hecho y la del equipo también.
La defensa ha seguido igual, sin forzar en los partidos que eran muy superiores y en los que sabían que, salvo desastre, los tiros entraban y se iban a más de 100 puntos con una pasmosas facilidad. Eso sí, en los partidos ante los mejores rivales son los primeros en meter la sexta marcha en ambos lados de la pista, con la facilidad que les da el poder cambiar de jugador con el famoso quinteto imparable (Curry, Thompson, Barnes, Iguodala y Green). Lo que nadie esperaba, es que inventaran una nueva forma de jugar en ataque.

Mientras Stephen Curry en la temporada pasada dio 619 asistencias (7,7 de promedio) y Draymond Green 291 (3,7 de promedio), algo habitual en cualquier equipo más o menos, en esta campaña Stephen Curry ha dado 527 asistencias (6,7 de promedio) y Draymond Green 598 (7,4 de promedio). Esto quiere decir que el pivot es el máximo asistente del equipo ya que tiene la capacidad no sólo de dirigir el ataque en estático y marcar que jugada van a hacer, sino también de encontrar al base que puede ser el mejor tirador de la historia y al escolta para que lancen tiros exteriores o decidan penetrar. Con toda la atención que reciben los ‘Splash Brothers’, es normal que todos los demás jugadores, que pueden anotar con facilidad cada uno en su nivel, pueda asistir con mucha facilidad o tirar triples (38,7% en tiros de tres) desde la cabecera ya que los pivots rivales lógicamente no le salen a puntear los tiros al ser mucho más pesados y grandes. En cambio, Green en defensa es capaz de defender a cualquier jugador de la liga, cosa que casi nadie puede decir; por su versatilidad y habilidad para intuir lo que van a hacer, puede cambiar continuamente para defender a jugadores mucho más pequeños o bastantes más grandes y aguantarles por rapidez o potencia. Esto nunca se había visto en el baloncesto, y los resultados van a ser históricos. Más allá de la exhibición extraterrestre del que será MVP por segunda vez, Stephen Curry, Draymond Green es el segundo jugador más importante de los Warriors.
Las estadísticas para Draymond Green esta temporada regular recién finalizada reflejan su progresión: 81 de 82 partidos jugados, 14 puntos por partido, 9,5 rebotes, 7,4 asistencias, 53,6% en tiros de campo y 38,7% en tiros de tres. Debería ser nombrado en el primero o segundo quinto de la temporada.
Los focos siempre estarán en Stephen Curry, porque ya no sólo es que sea el mejor jugador de la actualidad, es que si sigue jugando a este nivel durante bastantes años (y gana anillos) entrará en la comparación con los mejores jugadores de la historia. Pero lo de Draymond Green será algo que también ha cambiado este deporte, porque está claro que sin esos excelsos tiradores no podría realizarse esta idea de juego desarrollada por Steve Kerr y su cuerpo técnico.