El talento necesita tener una vía de salida para ser aprovechado. Requiere de un espacio donde poder desarrollarse y evolucionar adecuadamente. Donde las aspiraciones del conjunto sean acordes con el potencial de lo individual.
Estas circunstancias a veces no suceden a la primera, pero la oportunidad acaba llegando. La mentalidad de alguien que llega a la NBA con un enorme talento, que lo demuestra en su primer año y medio en la liga y que tiene ganas de triunfar en ella, debe estar en un lugar en el que, aunque las aspiraciones no sean muy altas, las perspectivas estén fijadas en la victoria y en el triunfo.
Precisamente en esa tesitura se encuentra el joven Michael Carter-Williams. Ágil, rápido, vertiginoso y habilidoso a partes iguales, el ya número ‘5’ de los Milwaukee Bucks va a tener la oportunidad en la mitad de su segunda temporada en la élite del baloncesto mundial de poder adecuar el talento y baloncesto que atesora en un equipo con aspiraciones a entrar en los Playoffs.
Tras una campaña 2013/14 desastrosa, el conjunto de Winsconsin ha remontado el vuelo esta temporada y ahora está en la sexta posición del Este, con un récord de 32-25 y con siete partidos de ventaja por delante del octavo de la conferencia.
Esta situación le favorece al jugador formado en la Universidad de Syracuse, pues al fin va a poder estar en una franquicia con una mentalidad muy distinta a la de los Philadelphia 76ers. Los de Pensilvania están a poco de confirmar su tercera temporada consecutiva sin Playoffs y la segunda prácticamente de reestructuración y cambio de ciclo. Y los Bucks, si nada se tuerce de aquí a mediados de abril, estarán en la fase final de la temporada, la que sería la primera para Michael.
Otra cosa es lo que pase a partir de mayo y hasta qué ronda puedan llegar, pero por el momento lo que está claro es que este cambio de aires ha renovado por dentro a Carter-Williams y, desde el primer día, se ve a un jugador con unas ganas tremendas de debutar y de poder ayudar a su nuevo equipo.
What I can say is I am excited to be a Buck! Time to work!
— Michael Carter-Willi (@MCW1) February 19, 2015
Pero sobre todo, hay una diferencia que destaca sobre el resto y que puede ser uno de los factores que más le haga crecer a Carter-Williams en Milwaukee.
“La situación es diferente en los dos equipos. Aquí hay algunos jugadores realmente establecidos. Los Bucks son un equipo de Playoffs.»
La estabilidad. Un conjunto como ‘Philly’ que ha ido relegando en las últimas temporadas a sus mejores jugadores de cada momento a otros equipos no tiene en estos momentos ningún atisbo de estabilidad a corto plazo. En cambio, en el BMO Harris Bradley Center, con la llegada de Jason Kidd el pasado verano, el equipo ha cogido otra dinámica y las aspiraciones y pretensiones van mucho más allá del 15 de abril, fecha en la que finaliza la fase regular de la temporada.
¿Y cómo puede ayudar ‘MCW’ a los Bucks?
La llegada de Carter-Williams a la franquicia del estado de Winsconsin plantea la clara cuestión de cómo y en qué aspectos va a poder ayudar a mejorar a su nuevo equipo y nuevos compañeros de aquí a que finalice la campaña.
Durante los primeros días del ex de los Sixers como nuevo jugador de los Bucks, y mientras se recuperaba de una lesión en su pie derecho, Jerryd Bayless ha estado ejerciendo como base titular del conjunto que dirige Kidd. Lo importante vendrá después, una vez Carter-Williams se recupere del todo y esté al mismo nivel físico que el resto de sus competidores por un puesto, que será cuando el head coach de la franquicia deberá decidir quién es el titular.
Los números avalan al recién incorporado. En 41 partidos en Philadelphia ha conseguido registrar 15 puntos por encuentro, 7,4 asistencias y 6,2 rebotes en casi 34 minutos de juego. Además, estos datos cobran más importancia su se tiene en cuenta que ha mejorado su rendimiento en el plano de las asistencias y lo ha mantenido en el de los rebotes respecto a su año de ‘rookie’, aunque ha bajado algo el de anotación.
Aún así, hay una cosa con la que no cuenta Carter-Williams y que no puede controlar, y esa es el reparto de minutos de Jason Kidd en los Bucks. En su segundo año en los banquillos y el primero en el de Milwaukee, Kidd está repartiendo mucho los tiempos de juego de prácticamente todos sus jugadores.
El que más permanece en pista es Brandon Knight, aproximadamente unos 32 minutos por noche, otros ocho jugadores superan los 21 minutos y el resto está más de 11 sobre el parquet.
En ese contexto es en el que se va a tener que enrolar Michael Carter-Williams e intentar buscar minutos en una plantilla que rota mucho a sus componentes. Quizás ahí esté una de las claves de la situación actual de los Bucks. Mantener a todos frescos, activos, que se sientan importantes y sin desgastar en exceso a una buena parte de los jugadores. Y además, un balance positivo en casa y contra equipos del Este es un aspecto fundamental para que Milwaukee se esté ganando una plaza en la postemporada.
Dónde lleguen al final de la campaña 2014/15 lo determinará sus rivales en las rondas de mayo y lo que puedan resistir ante los peces gordos de la conferencia. Pero lo que es seguro es que de ahora en adelante cuentan con un nuevo jugador en sus filas con un deseo inabarcable de demostrar su talento ganador. Y lo va a hacer en un equipo que, aunque no sea de los líderes de la NBA, no tiene la mirada fijada en la reestructuración sino en la ascensión y asentamiento, por difícil que sea, entre los mejores de su conferencia.
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