Que levante la mano el que pensaba que los Nets ahora mismo estarían con récord positivo y dominando en sus encuentros. No puedo verles pero doy por supuesto que una amplia mayoría se da por aludida. ¿Por qué Brooklyn está como está? Esa pregunta la resolveré a medias, porque en este artículo voy a analizar la parte de culpa que el entrenador novato Jason Kidd tiene en lo que a la mala marcha del equipo se refiere.
Todo empieza cuando el dueño de los Nets, el magnate ruso Mikhail Pokhorov, decide contratar como entrenador a Jason Kidd, recién retirado y sin experiencia previa, de uno de los plantillones candidatos al anillo. En plantilla tenemos nombres como Paul Pierce, Kevin Garnett, Deron Williams, Jason Terry, Brook López o Kirilenko entre otros, ¿quién no apostaría por ellos como candidatos al anillo? Es un caso similar al Partizan que puso a Zeljko Obradovic de entrenador, justo el día antes de que Zeljko se fuese a jugar un Eurobasket con Yugoslavia. Ese año un Partizan jugando fuera de casa toda la Copa de Europa y con uno de los grandes bases de la historia de Yugoslavia, sin experiencia previa, entrenándoles ganó el cetro europeo. Al Partizan le sonó la flauta y Obradovic comenzó su leyenda, pero como todos los días no son fiesta, los Nets se han dado un batacazo, de momento, grande. Tal vez Pokhorov pensó que si con Obradovic salió bien el experimento, con Kidd también debería salir bien. Pues no señor Mikhail, ni la Euroliga es la NBA, ni Kidd es yugoslavo, tienen algo especial para el basket los yugoslavos. Lo único que tienen en común es que ambos, Kidd y Zeljko , fueron grandes bases, nada más.
Desde la dirección tal vez se pensó que con el equipazo que tenían, aunque pusieran a un hombre de a pie a entrenar iban a ganar igual, y eso querida directiva de Brooklyn no es así. Es muy similar a lo que pasó el año pasado con los Lakers mientras estuvo Mike Brown, que no supo llevar un vestuario con tanta estrella junta. Todo esto se debe a la poca autoridad que el entrenador tiene, sobretodo con jugadores de la talla de Garnett o Pierce que se encuentran en el ocaso de sus respectivas carreras, o con Jason Terry que hasta no hace mucho era compañero de vestuario de Kidd.
A todo lo comentado anteriormente cabe añadirle que realmente los que entrenaban al equipo eran sus asistentes Joe Prunty y Lawrence Frank. Kidd tenía tensiones con Frank y le despidió y decidió reubicarlo como encargado de hacer los informes diarios del equipo. Es decir vemos a Kidd intentando demostrar su poder como head coach, pero a la hora de la verdad acaban sacándole sus asistentes las castañas del fuego, algo totalmente normal en alguien que es novato. Lo que más choca es el “espectáculo” que dio tirando el refresco al parquet para parar el partido, solo le faltó intentar zancadillear a un jugador rival al mas puro estilo Mike Tomlin.
En resumen, Kidd da el perfil de entrenador, puesto que ha sido un gran base, pero es novato, no se ha formado como entrenador, además tiene un vestuario lleno de estrellas difícil de llevar por alguien que hasta hace unos meses era un ego más y encima se pelea con sus asistentes, aunque debería besar por donde pisan. Veremos que nos depara el futuro: ¿acabará despedido como Mike Brown o conseguirá el título en plan Obradovic?