El mercado de traspasos ha quedado clausurado por esta temporada. El pasado jueves las cartas quedaron echadas para la recta final de la liga y cada equipo jugará la mano final según sus necesidades. Algunos se retirarán para probar suerte durante otra timba, otros querrán no perder mucho en el intento, los habrá que confían en sus cartas y también existirán los que harán un «all in» a la desesperada. Y es que este cierre de mercado ha dejado a las claras, de una manera bastante diáfana, las intenciones de muchos equipos en cuanto a las aspiraciones de los mismos en esta recta final de la temporada.
Todavía con la emoción de haber vivido un vibrante All-Star Weekend, que batió récords de audiencia, y con el corazón en un puño con la noticia de la enfermedad de Chris Bosh (coágulo en el pulmón) es momento de plasmar las sensaciones que nos han dejado los últimos movimientos y transacciones que se han llevado a cabo. Y la primera sensación es de desconcierto. Desconcierto porque aunque el último día para formalizar fichajes y ventas se esperaba como una jornada en la que se producirían muchas novedades, el torrente de movimientos sorprendentes nos dejó ciertamente en estado de shock. Esperábamos una ola de grandes dimensiones pero nos arrolló un tsunami, más aún cuando los movimientos en las jornadas precedentes no fueron cuantiosos por lo que sería la calma que precede a toda tempestad. La llegada de Amare Stoudemire a los Mavs tras ser cortado por los Knicks y poco más fueron las noticias más relevantes.
Para resumir el cierre de mercado diremos que estuvo protagonizado por tres puntos: el retorno de viejos conocidos a sus antiguas casas, el vuelco en la configuración tanto de la rotación como del roster de varios equipos y la llegada de jugadores importantes a franquicias que verán cubiertas sus necesidades dentro de una rotación totalmente asentada.
Vuelta a casa
El primer punto fue protagonizado por dos jugadores de la vieja guardia que vuelven a las canchas donde dieron sus mejores tardes gloria. La vuelta de Kevin Garnett a Minnesota fue una noticia nada esperada pero sí deseada por muchos y vista por la mayoría con buenos ojos debido al romanticismo que en los últimos tiempos escasea en el deporte en general. El cambio de cromos Thaddeus Young-KG no afectará la rotación pero si llenará de ilusión el Target Center y veremos si los reconcilia con el sector que no olvida su marcha a Boston en 2007. El otro retorno ilustre es el de Tayshaun Prince a Detroit, un regreso menos glamouroso pero igual de emotivo que se ve como un guiño hacia una despedida del baloncesto activo y preparando un dorsal colgado del pabellón al que más alegrías le dió. Vendrá a suplir las bajas que también se produjeron en el tiro exterior de los conocidos «Bad Boys» y que nos lleva al segundo punto.
Cambios totales y refuerzos necesarios
Porque los protagonistas absolutos de la jornada que estamos analizando fueron Oklahoma y Phoenix. Los Thunder los podemos proclamar como los grandes triunfadores porque han salido muy reforzados aunque la extensión de la plantilla se ha incrementado de una manera notable. Con Detroit y Utah elaboraron un trade muy favorable para todos: Detroit recibía un jugador de notoria calidad como Reggie Jackson; Utah rondas de draft y los derechos de una promesa como es la barcelonesa Tibor Pleiss como un paso importante hacia una exitosa reestructuración que están llevando a cabo con mucho mimo; y Ocklahoma se desprendía por fín de Kendrick Perkins (rumbo a Salt Lake pero que con toda seguridad será cortado), dejaba volar solo a Jackson, recibía a dos tiradores como Kyle Singler y Steve Novak, un recambio de Reggie fiable como es D.J. Augustin y se hacía con los servicios de un gran center como es el turco Enes Kanter. La referencia en el poste que se llevaba reclamando desde hacía tiempo ha sido cubierta por un hombre de tremenda juventud y calidad. Un line up (Westbrook, Robertson, Durant, Ibaka y Kanter) y un banquillo (D.J. Augustin, Waiters, Morrow, Novak, Adams,…) capaz de aspirar a todo. Gran salto de calidad para darle su primer anillo al vigente MVP.
Por su parte, los Suns encaran una era «post-Dragic« que tomó rumbo al sur de Florida para reforzar a unos Heat que verán cubierto su mal endémico y talón de Aquiles de la franquicia, el puesto de base. Norris Cole dejará sitio para un Dragic que será el director de orquesta de un equipo que no entra en las quinielas de ninguno de nosotros pero al que no hay que borrar. Un quinteto con Dragic, Wade, Deng, Bosh (eso esperamos) y el sorprendente Whiteside es muy a tener en cuenta. Volviendo a Arizona, este nuevo tiempo que se avecina tiene sus miras en la próxima temporada porque a la salida del esloveno debemos unir la de Isaiah Thomas y Plumlee. La llegada de Brandon Knight es lo más aprovechable de un paquete formado por Marshall, Hamilton, Thornton y Salmons del cual se salvarán para la próxima campaña apenas uno o dos jugadores siendo optimistas. El gran botín de los de Phoenix son las tres primeras rondas de draft que han adquirido y que se convierten en la piedra filosofal del «proyecto Sun» para los próximos años junto al liderazgo del mencionado Knight, Bledsoe, Len y los hermanos Morris. Un equipo con mucho futuro.
Por último, y no por ello menos importante, cabe destacar los movimientos un tanto ilógicos y que rayan lo «marxiano» de unos Sixers que se están convirtiendo en los reyes del desconcierto. Continuando con su proceso de reconstrucción o más bien de destrucción, han enviado a Milwaukee al hombre sobre el que se presuponía que iban construir el nuevo proyecto, el rookie del año Michael Carter–Williams, y viendo que no llegaban al mínimo de gasto salarial han tenido que agenciarse obligatoriamente a JaVale McGee y su contrato de dos cifras aliviando así a unos Nuggets que han comenzado un rehacer del equipo que contará con el testimonio en primera persona de Victor Claver, que buscará dar sus últimos coletazos en la liga ganándose algún minuto de juego.