Las festividades del All-Star de Sprint Cup llegaron a su fin anoche tal y como habían empezado: con Jimmie Johnson y el equipo número 48 celebrando por todo lo alto; el jueves, en la que es una tradición en esta fecha, los mecánicos de Johnson ganarían el Pit Crew Challenge imponiéndose a los de Denny Hamlin, quienes querían repetir título por tercer año consecutivo, y ayer sería Jimmie Johnson el que le pondría la guinda al pastel en un fin de semana perfecto para los muchachos de Hendrick Motorsports, logrando su tercera victoria en un All-Star (tan sólo Dale Earnhardt y Jeff Gordon lo habían logrado antes) y llevándose el codiciado millón de dólares.
Sprint Showdown
Tras los festejos y conciertos que se llevaron a cabo durante todo el día de ayer en Charlotte, era hora para que los no clasificados al All-Star de manera directa (antiguos ganadores de tal evento o vencedores en cualquier carrera puntuable en 2011 o 2012) obtuviesen su billete y optaran al millón. Pese a que sería Dale Earnhardt Jr. quien lideraría las 40 vueltas para llevarse la victoria en esta carrera preliminar, el protagonismo en el Showdown corrió de la mano de A.J. Allmendinger quien, pese a salir en primera posición, tuvo un pinchazo antes de la bandera verde y debió abandonar su privilegiado puesto en la salida. El californiano, sin embargo, realizó una espectacular remontada y finalizaría en 2ª posición, garantizándose un puesto en la carrera posterior junto a Dale Jr.
El voto popular cayó en favor de Bobby Labonte, uno de los veteranos más queridos por los aficionados a la NASCAR, y de esa manera se completaría la parrilla para el gran evento, en el que Earnhardt, Allmendinger y Labonte partirían de las últimas tres posiciones.
All-Star Race
Llegaba la hora de la verdad, y el espectáculo que brindaron todos los participantes estuvo sin duda a la altura de las circunstancias; anoche no había amigos ni compañeros de equipo, tan sólo un premio en metálico y sólo un posible ganador. La carrera se repartió en cuatro segmentos de 20 vueltas cada uno, más un último shootout de 10 vueltas para determinar el campeón definitivo. Los ganadores de los cuatro primeros segmentos (Jimmie Johnson, Matt Kenseth, Brad Keselowski y Earnhardt Jr.) se aseguraban las primeras cuatro plazas antes de la última y obligatoria entrada a pit road, además de llevarse $70.000 garantizados.
La pelea, en la que sólo hubo dos cautions por roturas de motor de Carl Edwards y Greg Biffle, demostró que hoy en día no hacen falta más accidentes para ver más espectáculo, y es que tan sólo hace falta un buen incentivo para que cada piloto dé lo mejor de sí. En el shootout, Johnson puso enseguida tierra de por medio con respecto a Keselowski, y la emoción bajó un peldaño con su cómoda victoria; tras ellos entrarían Kenseth, Kyle Busch y Earnhardt Jr. para completar el Top 5.
Pese a no tratarse de una carrera puntuable, las 130 vueltas totales que se rodaron al finalizar la noche sirvieron como primera toma de contacto para lo que va a ser una de las carrera clásicas de la temporada, la Coca-Cola 600 que se disputará en apenas una semana.