El próximo 15 de septiembre la NHL puede vivir un nuevo cierre patronal. Las conversaciones entre la NHL y la NHLPA no están llegando a buen puerto y todo parece presagiar que se puede cancelar la temporada, como ya ocurrió en 2005.
Gary Bettman, comisionado de la NHL, y los jugadores, representados por la NHLPA, se han reunido varias veces durante los últimos meses pero sin llegar a un acuerdo concreto. Ambas partes saben que necesitan ajustarse económicamente pero ninguna de ellas está dispuesta a ceder más de lo que le exigen sus intereses.
Uno de los puntos clave de la negociación es que los equipos quieren una reducción de la participación de los jugadores en los ingresos del 57% al 46%. La NHLPA no está dispuesta a permitir una reducción tan drástica y según Donald Fehr, representante de la Asociación, hay un abismo entre lo que quieren ambas partes.
Pero el problema se agrava también en otros puntos no menos importantes, que las franquicias quieren cambiar, como son limitar los contratos a cinco años, que se pase de 7 a 10 años para que un jugador sea agente libre sin restricciones, abolir el arbitraje salarial o la eliminación de mínimo tope salarial.
Si las dos partes no llegan a un acuerdo para el próximo 15 de septiembre habrá un lockout. La propuesta realizada por la NHL en resumen es abusiva para la NHLPA y mucho se tiene que negociar para no quedarnos sin hockey.