Desde siempre, España ha sido un país que ha creado series de televisión de alta calidad, no voy a decir nombres porque cada uno tendrá sus favoritas pero estoy convencido que en algún momento todos hemos estado enganchados a alguna serie hecha por estas tierras. Sin embargo, igual que ha habido serie muy buenas, hay que decir que también se han hecho series de televisión que no han gozado del mismo éxito porque su calidad dejaba un poquito más que desear. Entre ellas, una de mis favoritas ha sido Ellas y el sexo débil. ¿La conocéis? ¿Os suena al menos el nombre? Apostaría más bien a que no. Ellas y el sexo débil era un proyecto con un argumento de fondo acerca de mujeres despechadas que podía estar bien, contaba con una sintonía pegadiza cantada por Rosario Flores y tenía al mando a una de las mujeres más queridas de este país, Ana Obregón, que no sólo era la era creadora de la idea original y el argumento sino que además era productora ejecutiva y actriz protagonista de la serie. Como véis, tenía mimbres para tener éxito, pero supongo que no hace falta decir que no fue así en absoluto. Parece ser que la historia, ambientada en una Ana Obregón que relataba como se iba a convertir en nueva Presidenta del Gobierno, no acabó de gustar al público y los datos de audiencia nunca fueron buenos. Y tanto fue así que Antena 3, la cadena que emitía la serie, decidió cancelarla tras tan sólo tres capítulos emitidos. Suena a muy poco, la verdad, ¿es realmente posible decidir que un proyecto no merece la pena después de verlo unas míseras tres semanas? Pues sinceramente, pienso que sí. A veces tres semanas son suficientes para determinar si un proyecto merece ser apoyado por su calidad o su potencial o si, por el contrario, es un proyecto que merece ser cancelado. Y, como no podía ser de otra manera, en estas míseras tres semanas de NFL que llevamos creo que ya hay un nuevo proyecto que pertenece a esta última categoría: los San Francisco 49ers deberían cancelar su proyecto para esta temporada y plantearse si realmente esta es la dirección en la que quieren ir en el futuro próximo.
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Vaya por delante que los Niners empezaron la temporada en una situación extremadamente complicada, con la marcha de un montón de jugadores que dejó al equipo con muchísimas necesidades que cubrir. El lado derecho de la línea de ataque (Anthony Davis), los linebackers interiores (Patrick Willis y Chris Borland), los linebackers exteriores (Aldon Smith), la línea defensiva (Justin Smith) y los cornerbacks (Chris Culliver y Perrish Cox) fueron posiciones que quedaron muy debilitados y, si el equipo quería al menos mantener el nivel de la temporada pasada (que ya de por sí tampoco fue excepcional), necesitaban buscar soluciones. Muy pocos problemas se intentaron arreglar externamente, se confió más en la gente que ya estaba dentro del equipo como alternativas (como Michael Wilhoite o Kenneth Acker) o en los picks de draft (Arik Armstead), pero no parecía que eso fuera a ser suficiente. Efectivamente, no lo ha sido. En lo que llevamos de temporada, el pass-rush está siendo bastante flojo, la secundaria hace aguas por todas partes y el lado derecho de la línea, especialmente Jordan Devey, está siendo un desastre. Pero es que es normal, todo esto era previsible, un equipo que ya flojea en algunas áreas no puede regenerarse de la noche a la mañana y ser más competitivo que antes. Es que es prácticamente imposible. Por eso, aunque podrían haberse hecho las cosas mejor en offseason (estoy convencido de que Jaquiski Tartt algún día será el Kam Chancellor que los Niners quieren que sea, pero igual no era el pick que más necesitaban en estos momentos), la desintegración y posterior reconstrucción del equipo no es para nada el motivo por el que creo que hay que cancelar este proyecto de los Niners. Porque es un proceso normal que todo el mundo, incluidos los aficionados del propio equipo, creo que entiende. El tema es que ya que se ha hecho limpieza de gran parte de la plantilla, involuntaria en su mayoría pero limpieza al fin y al cabo, los Niners también podrían aprovechar y reemplazar la que es indudablemente la figura más importante de cualquier equipo de NFL: el quarterback.
No nos engañemos, hoy en día en la NFL no vas a ningún lado sin quarterback. Tengas el estilo, la confección de plantilla o las condiciones especiales que quieras, si tu quarterback no funciona vas a perder. Y viceversa, si tu quarterback funciona va a disimular muchas de las carencias de tu equipo. Obviamente no hace falta que sea una superestrella, simplemente con ser un jugador que no la cague explícitamente muchas veces suele ser suficiente. Pero ya van muchas veces que Kaepernick la caga explícitamente y, como gota que colma el vaso, su actuación del pasado domingo contra los Cardinals en la que perdió el partido él solo debería ser suficiente como para acabarnos de convencer a todos. Hay que cancelar este proyecto. Kaepernick ha demostrado repetidamente que no tiene la suficiente precisión como para ser quarterback de la NFL, que su toma de decisiones es muy mejorable, que sus recursos en la red zone son limitados, que su manejo del reloj y su capacidad de quemar tiempos muertos es algo digno de estudio y que, globalmente, no ha podido hacer correctamente la transición de quarterback a pasador. Lo han intentado pero no funciona, y como no funciona lo mejor que podrían hacer los Niners creo que es poner fin a esta etapa. Y sinceramente, en su situación actual, están muy legitimados para hacerlo. Kaepernick, en el fondo, no deja de ser un quarterback que Harbaugh creó prácticamente de la nada y que, posteriormente, convirtió en el pasador tirando a desastroso que es ahora. Sí, por supuesto que Kaepernick sigue perteneciendo a los Niners más allá de si Harbaugh se ha ido o se ha quedado, pero lo que está claro es que este nuevo proyecto en San Francisco, que empieza desde muy abajo, no tiene porqué aguantar a un lastre tanto económico como deportivo en la posición más importante de todo el equipo. No va a ser fácil traspasarlo, su contrato mastodóntico hecho en su momento bajo el amparo del mantra antológico llamado «es lo que hay que pagar» dificulta mucho que alguien lo quiera, pero sí es un jugador que puede ser cortado en breve. Porque esa es la otra, cuando los Niners renovaron a Kaepernick ya lo hicieron asegurándose una vía de escape fácil para poderle cortar si las cosas se ponían feas. O sea, confiamos en ti pero en el fondo no confiamos en ti. Supongo que la opción de renovarle por menos dinero o directamente no renovarle debía ser demasiado descabellada como para contemplarla. En fin, el caso es que a finales de este año es relativamente barato cortar a Kaepernick y, para que el nuevo proyecto sea realmente nuevo creo que es lo que deberían hacer. Porque, en tan sólo tres semanas de temporada, parece claro que este proyecto de Tomsula con Kaepernick a los mandos debería ser cancelado cuanto antes.
Y mira que pintaba relativamente bien al principio. El primer partido ante los Vikings estuvo bastante bien y dió una idea bastante buena de lo que puede llegar a ser este equipo cuando se trabaje, un equipo duro en defensa y con un Carlos Hyde estelar. Algunos, como los que idearon la grandiosa estadística esta que sale abajo, hasta realmente empezaron a creer que el equipo lo iba a petar mazo desde ya mismo, pero los dos siguientes partidos han devuelto a la realidad a los que pensaban que lo de la primera jornada iba a ser lo habitual. Con las palizas ante Steelers y ante Cardinals ha quedado demostrado por un lado que a este equipo le falta un montón de cocción en muchísimos aspectos, especialmente en la defensa, y que Tomsula tiene muchísimo trabajo por delante (trabajo que por cierto ya veremos si está capacitado para hacer porque las sensaciones iniciales tampoco son del todo buenas). Y por el otro lado ha quedado demostrado que, lamentablemente, cuando el protagonista del ataque es Kaepernick y no Hyde es porque el equipo ya va muy por debajo en el marcador o porque el quarterback lo está haciendo rematadamente mal. O ambas. Y en ningún caso eso beneficia al equipo ni en el presente ni en el desarrollo del proyecto para el futuro.
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— Nick Kostos (@TheKostos) septiembre 27, 2015
Pero aunque crea que los Niners deberían prescindir de Kaepernick para poder empezar bien su nuevo proyecto, todos sabemos que eso no va a ser así y que va a seguir siendo el quarterback titular. Por supuesto, no todos los partidos van a ser el desastre de la semana pasada con lo que una mejoría en su juego es bastante previsible, y mucho más teniendo en cuenta el partido que le viene. Y es que ste próximo domingo Kaepernick se enfrentará al hombre que le elevó a los altares de la posición de quarterback. ¿Jim Harbaugh? No, en absoluto. El gran artífice de que Kaepernick haya sido considerado como un buen quarterback y contra quien se enfrentará este domingo es Dom Capers, el coordinador defensivo de los Packers, un coordinador que probablemente sigue pensando en los 400 millones de yardas de carrera que Kaepernick le endosó en el partido de Wild Card de 2013. Y es que los momentos de máxima brillantez de Kaepernick en esta liga han sido contra los Packers, así que no seria descartable que en la próxima jornada volviera a tener un gran partido. Pero precisamente por ello hay que tener en cuenta dos cosas. La primera es que aunque Kaepernick se salga será un partido excepcional contra un rival que históricamente se le ha dado bien y, por lo tanto, no creo que se pueda coger este encuentro como referencia de su rendimmiento global; la segunda es que si lo hace bien muy probablemente no será tanto pasando con el balón sino más bien corriendo con él, como ya ha hecho en otras ocasiones. Y de hecho este último punto es extrapolable a cualquier partido. Teniendo en cuenta que las virtudes de Kaepernick están en el juego terrestre y no en el aéreo, igual lo suyo sería que de momento los Niners redujeran daños haciendo que su quarterback corriera mucho y pasara lo mínimo. Y luego, cuando llegue el momento oportuno (tentativamente a final de temporada), reemplazarle con otro quarterback que sí sepa pasar el balón, porque eso será al fin y al cabo lo que les permita ser un equipo realmente competitivo y con aspiraciones importantes. Y es que, a día de hoy y teniendo en cuenta sus habilidades en el juego aéreo, la idea de que Kaepernick lleve a los Niners a lo más alto parece algo tan surrealista como la idea de que Ana Obregón sea Presidenta del Gobierno. Y si «Ellas y el sexo débil» no tuvo éxito me resulta muy complicado pensar que los Niners puedan tenerlo.