El hasta no hace mas de un par de años conocido en el mundo de la canasta como «el hermano pobre de Los Angeles» Los Angeles Clippers, era un equipo que pasaba por la NBA sin pena ni gloria, con muchos años de transición a sus espaldas, y sin saber muy bien cuál era su destino y fin en la mejor liga de baloncesto del mundo. Basta con decir, que en las dos últimas décadas, los 90 y la primera del nuevo siglo, solo tuvieron dos apariciones en Playoffs (en 1997 y en 2006).
Pero todo cambia, y en casa del hermano pobre esto comenzó a fraguarse con el draft de 2009, adquiriendo en al número uno del mismo, Blake Griffin. Este, unido a la llegada de un entrenador como Vinny del Negro al banquillo, parece darle al fin a la franquicia una identidad y una idea de crear los mimbres necesarios para en un futuro ser un equipo que pelee por el anillo de la NBA. Tras un año duro de asentamiento, en 2011 dan el paso definitivo dando un vuelco total a la plantilla y fichando a jugadores de gran nivel, por encima de ellos el traspaso desde Nueva Orleans de para muchos el mejor base de la liga, Chris Paul, creando este junto a Griffin y compañía lo que se conocerá estos años como Lob City.
Las dos últimas temporadas, estos Lob City con Paul a la cabeza, consiguen volver a Playoffs, pero sin ser vistos aun como una opción real a conseguir grandes logros. Viéndolo así también sus dirigentes, dos años después deciden dar un giro definitivo, y en el verano de 2013 prescinden de Vinny del Negro en favor de uno de los mejores head coach de la liga, Doc Rivers.
La franquicia mantiene el núcleo duro del equipo (Paul, Griffin, DeAndre Jordan, el virtuoso Jamal Crawford, etc.), y prescinden de jugadores como Bledsoe o Caron Butler para obtener a otros como JJ Redick y Darren Collison, y comenzar así esta temporada 2013-2014 siendo sobre el papel un equipo a tener muy en cuenta.
Los Clippers, que en boca de Blake Griffin dejan de ser Lob City para transformarse en un equipo sólido y duro, hasta el parón del All-Star en Febrero, esta temporada regular 2013-2014 que ya se nos acaba practican un buen baloncesto, arrancando bien desde principio de temporada y manteniendo una línea muy regular dándole como resultado un balance de 44 victorias y 20 derrotas, siendo 4º en la Conferencia Oeste, y el mejor equipo de toda la liga en cuanto a puntos por partido, con una marca media de 108 puntos.
Todo esto los consiguen incluso viéndose perjudicados por lesiones de cierta importancia de jugadores claves como Chris Paul y JJ Redick, y con problemas a la hora de encontrar en su roster un alero alto que sea capaz de defender y aportar puntos en ataque con regularidad. El nivel de los secundarios como Collison y sobre todo Crawford, y en especial el poderío en su pintura con un DeAndre Jordan haciendo su mejor año en la NBA desde que llegara de 5, y sobre manera la explosión total de Blake Griffin como jugador de baloncesto, promediando más de 20 puntos y de 8 rebotes por partido, han conseguido mantener al equipo con sus opciones intactas y muy arriba en la Oeste.
Pero el gran golpe en la mesa de los Clippers se ha producido después del All-Star, hace unos días, con las incorporaciones estelares desde Orlando de Glen Davis, dándole un relevo de nivel en el banquillo a Griffin y Jordan, y sobre todo, conseguir a la pieza más deseada del mercado desde su traspaso y posterior buyout desde Philadelphia, el alero Danny Granger. Aunque ambos no han sido muy participes aun con su nuevo equipo promediando algo menos de 5 puntos en los 4 y 2 partidos que han disputado respectivamente, con la llegada de Davis y sobre todo de Granger, el equipo ha conseguido poner la guinda del proyecto y tener al fin un jugador fiable en la pintura en el banquillo; un alero de nivel que aunque ya veterano, tiene aun mucho basket en las manos y lo mejor, muchas ganas de demostrarlo, en especial a los dirigentes de los Pacers.
En lo meramente deportivo, tras el All-Star el equipo ni mucho menos ha levantado el pie, y con la recuperación y participación al 100% de Chris Paul, y el espectacular nivel de Griffin que le ha servido para ser nombrado mejor jugador del mes de Febrero en la Conferencia Oeste, acumula siete victorias consecutivas. Además, dándose el equipo como gusto personal el hecho de propinarle a su «hermano rico» Los Angeles Lakers la mayor paliza que jamás han recibido estos, venciéndoles por 48 puntos de ventaja con un marcador final de 142-94.
Sin duda, estos Clippers serán un rival que nadie querrá tener en unos Playoffs del Oeste que se presentan como una autentica guerra con tintes épicos este año. El equipo dirigido de manera magistral desde el banco por Doc Rivers, además de tener un espectacular quinteto titular de garantías y con una gran variedad táctica, tiene una gran segunda unidad formada por jugadores como Collison, Crawford, los mencionados Granger y Davis, y otros jugadores que estan aportando un gran rendimiento como Matt Barnes, Ryan Hollins, Willie Green o Jared Dudley, que les hace ser aspirantes, este año de verdad que sí, a pelear con todas las de la ley el título de campeones de la NBA.