En Junio de 2011 se consolidaba un sueño y un proyecto que había llevado años de esfuerzo para materializarse. Mark Cuban y Dirk Nowitzki conseguían el anillo devolviéndole a los Miami Heat el golpe que les habían asestado cinco años atrás: ganar las Finales en la cancha rival. De ese modo, se abría un nuevo horizonte en la NBA que situaba a los Mavericks como una potencia temible a tener en cuenta para las próximas temporadas.
Dos años después, el panorama ha cambiado radicalmente. Con un roster totalmente distinto y una campaña que está resultando complicada para los tejanos, los Mavericks luchan y reman contracorriente para no quedarse fuera de los Playoffs por primera vez en 13 años.
El título de 2011 fue conseguido con un quinteto muy sólido, que a través de una gran estabilidad centrada en el indiscutible liderazgo del alemán Dirk Nowitzki, hicieron que Dallas se pudiese alzar como campeones por primera vez en su historia. Jason Terry, JJ Barea, Jason Kidd, Tyson Chandler, Shawn Marion y Dirk Nowitzki no dieron opción a sus rivales en los Playoffs. Pese a que el equipo más fuerte en la temporada regular fue San Antonio Spurs (61-21), los Mavericks (57-25, terceros del Oeste) supieron aprovechar su momento en la postemporada para acabar levantando el Larry O’Brien Trophy.
Mark Cuban por fin sonreía más que protestaba, Jason Kidd con 38 años encontraba su premio después de tanto sacrificio tras haber perdido dos finales con los Nets, Tyson Chandler consiguió dominar el juego interior contra todos sus contrincantes, Shawn Marion ofreció un enorme nivel, JJ Barea demostró atesorar una calidad increíble en los momentos más difíciles, Jason Terry se convirtió en el mejor sexto hombre posible y Dirk Nowitzki firmaba una temporada de ensueño tras promediar 23 puntos, 7 rebotes y 2,6 asistencias por partido.
Mala gestión y éxodo de estrellas
Desde aquel entonces, Dallas no ha vuelto a ser el equipo que asombró y agradó tanto por su modo y estilo de juego. La razón principal ha sido la marcha escalonada de sus mejores jugadores, los cuales dieron una calidad y personalidad al equipo indiscutibles.
Los primeros en abandonar los Mavericks fueron JJ Barea y Tyson Chandler, un enorme base y un determinante pívot respectivamente. Sus ausencias lastraron mucho el rendimiento del equipo, el cual no pudo ser sustituido por los recambios traídos. Brendan Haywood y Delonte West no estuvieron a la altura y apenas firmaron 5,2 y 5,0 puntos por encuentro respectivamente. Aquello quedaba muy lejos de lo visto tan sólo unos meses atrás y, en consecuencia, las opciones de repetir anillo disminuyeron considerablemente. También llegó Vince Carter, que aportó buenas cosas pero no fue el mismo que habíamos visto en sus mejores años de Toronto o New Jersey.
Era también la temporada del lockout, una auténtica locura de partidos en una temporada más corta pero más tensa de lo habitual. Aún así, no debía servir como excusa porque era igual para todos los equipos. Dallas acabó en 7ª posición (36-30) con récord idéntico al del 8º clasificado, los Houston Rockets. Al llegar a la primera ronda, se llevaron un jarro enorme de agua fría al ver que los futuros finalistas, los Oklahoma City Thunder, les “barrían” de los Playoffs con un contundente 4-0.
Era increíble cómo había cambiado la situación de Dallas en apenas un año. Pasar de ser campeones a ser eliminados en primera ronda sin conseguir una sola victoria fue muy duro para la franquicia. En los ajustes del equipo previos a la temporada, habían dejado marchar mucha calidad para luego obtener poca recompensa de los fichajes. El negocio y gestión del equipo no le había salido bien a Cuban. De este modo, el controvertido propietario afrontaba un nuevo verano muy intenso para volver a intentar construir una plantilla ganadora.
Pese a querer hacer bien las cosas, estas le iban a seguir saliendo mal a Cuban y los Mavericks. La marcha de estrellas continuó con Kidd fichando por New York y Terry por Boston. A la vez, el pretendido Deron Williams firmaba su renovación con los Nets y los Lakers y los Nuggets (rivales de Conferencia) se reforzaban con el mega-trade a cuatro bandas que acabó con Nash y Howard en los Lakers e Iguodala, entre otros, en los Nuggets. Dallas se había movido mal y tarde. No había conseguido renovar a dos de sus jugadores más importantes, los que deseaban contratar no llegaban y el resto de la NBA se movía con inteligencia para reforzarse de cara a la temporada. Los Mavericks parecían abocados a una mala temporada viendo los traspasos e intercambios del resto de conjuntos.
Por suerte, esto sucedió al principio de la offseason, con lo que Cuban tuvo tiempo para pensar, planificar y reaccionar. Los nuevos nombres que al final acabaron recalando en Dallas fueron los de Chris Kaman, Darren Collison y O.J. Mayo, jugadores con calidad pero que a la postre no han llevado a los Mavericks al nivel de poder competir por un nuevo anillo.
Nuevo palo al empezar la temporada
Once días antes de comenzar el curso 2012/13, Dirk Nowitzki se operaba de su rodilla derecha para solventar unas molestias que ya arrastraba desde la campaña pasada. Esto le hizo perderse los 27 primeros partidos de la temporada, sin poder reincorporarse al equipo hasta finales de diciembre.
La campaña hasta el momento ha sido titubeante para el conjunto de Texas. Hasta la llegada del alemán no han ganado más consistencia, pero aún así no han demostrado ser un equipo capaz de lograr grandes cosas e incluso pueden llegar al punto de no clasificarse para los Playoffs. Se nota que a Dirk le ha costado coger el ritmo de partidos y está promediando menos puntos que los que acostumbra anotar (16,5, cuando su media está en 22,6).
Desde el vestuario intentan que el ambiente sea lo mejor posible para no quedarse fuera de la lucha por el campeonato. Así pues, Nowitzki, Carter, Jones y Mayo han acordado no afeitarse hasta no llegar al 50% de victorias. En el momento de escribir este artículo, los Mavericks están 34-36 y décimos del Oeste. El estar en un récord positivo es determinante y prácticamente necesario en la Conferencia Oeste para clasificarte a los Playoffs.
Dallas encara ahora el mes más importante de los últimos dos años. La marcha de las piezas clave del proyecto y una mala gestión a la hora de reemplazar las ausencias ha propiciado esta incómoda situación para un equipo que no se quiere ver de vacaciones antes de tiempo. La competencia en la zona baja del Oeste es altísima y parece complicado que los Mavs, campeones de 2011, se clasifiquen para la postemporada esta campaña. Aún así, todavía quedan encuentros y algunos incluso contra rivales directos por la octava plaza, por lo que aún pueden dar la vuelta a la situación. Veremos si en las próximas semanas Dirk y sus escuderos son capaces de tirar del carro y de mantener al equipo entre la élite de la liga.