Los movimientos de las últimas semanas en las oficinas de Miami Heat han sido más rápidos y eficaces de lo que muchos podían esperar. Tras la marcha de su principal estrella, LeBron James, a los Cleveland Cavaliers, los de Florida no han dejado que el barco se hundiese ni que cambiase su rumbo bruscamente.
Al conseguir retener a sus principales activos, entre ellos Dwyane Wade y Chris Bosh, los Heat han amarrado (al menos sobre el papel) la continuidad y viabilidad del proyecto iniciado hace cuatro años. Además de a estos dos jugadores, Miami ha conseguido que otros importantes como Udonis Haslem, Mario Chalmers o Chris Andersen sigan comprometidos y convencidos de que sin LeBron se puede seguir optando a ganar un anillo.
Aún así, hay preguntas que son lógicas plantearse, que sobre todo se harán los aficionados de Miami: ¿será tan fácil como parece mantenerse ahí arriba? ¿Qué sigan el resto de jugadores clave de Miami asegura que los Heat estén al nivel de estas temporadas?
Uno de los mejores termómetros para medir si Miami será capaz de ello no es medir el nivel de los jugadores que están, sino medir el impacto que deja LeBron sin su presencia.
En estas últimas cuatro temporadas, Lebron sólo se ha perdido 18 partidos con Miami Heat, de los cuales el equipo de South Beach ha perdido 9 de ellos, es decir, la mitad. A favor de esta estadística cuenta que bastantes de estos encuentros son los últimos de la temporada regular, donde jugadores de la talla de LeBron suelen descansar para llegar lo más fresco posible a los Playoffs. Por tanto, aunque la mitad de los partidos sin James se hayan pedido (o ganado, según se mire), algunas de estas derrotas son de las pocas que quizás te puedes permitir en la temporada regular.
Para no empeorar esta estadística ahora que LeBron ya no va a estar, Miami necesita lo mejor de los jugadores que ya formaban este proyecto, más los nuevos que han llegado y los que puedan llegar en los próximos meses.
Una de las piezas que quizás más han influido en que los principales jugadores de los Heat se hayan quedado ha sido el presidente de la franquicia, Pat Riley. La rápida reacción de Miami probablemente tenga mucho que ver gracias a él y también quizás al entrenador, Erik Spoelstra. No sabemos la cantidad de nervios, reuniones y negociaciones que ha tenido que haber para convencer al núcleo duro del equipo para que siguiesen en Miami, pero sí podemos hacernos una idea de las sensaciones internas del equipo con las declaraciones de Riley relacionadas con la renovación de cada jugador.
- Dwyane Wade: “Estoy emocionado de tenerlo de vuelta y estoy seguro de que liderará al equipo para competir por más anillos”.
- Chris Bosh: “Ha sido una pieza fundamental para nuestro éxito en las últimas cuatro temporadas”.
- Udonis Haslem: “Ha sido un fijo en Miami en los últimos 11 años. Es un jugador de equipo que jugaría en cualquier posición con tal de ganar. Es todo un honor y un privilegio tenerle en el equipo”.
- Mario Chalmers: “Estamos contentos de que quiera seguir su carrera en Miami, es uno de nuestros jugadores principales”.
- Chris Andersen: “Ha hecho dos buenas temporadas con nosotros y sin él no habríamos ganado el anillo de 2013. Estoy feliz de que haya decidido volver”.
Todo suena muy formal y acorde al tono de un comunicado de un equipo al anunciar la renovación de un jugador. Tampoco podría ser de otra forma, como sucedería en cualquier franquicia. Aún así, lo que se puede extraer del pulso actual de los Heat es que han aguantado el tirón de la marcha de LeBron y han seguido creyendo en el compromiso y continuidad de los que ya estaban para continuar con el rumbo establecido hace cuatro años.
Con todo esto, ¿quiénes tendrán que tirar del carro e intentar que el proyecto ganador de los Heat siga adelante? Para resolver esta cuestión, Miami también se ha movido con rapidez y se ha hecho con los servicios de dos jugadores con bastante calidad: Luol Deng y Danny Granger.
Ambos abandonaron a mitad de la pasada temporada las franquicias en las que han conseguido despuntar y hacerse un hueco entre los jugadores más destacados de la NBA: Chicago Bulls e Indiana Pacers, respectivamente. Finalizaron la temporada en Cleveland Cavaliers, por un lado, y en Los Angeles Clippers, por otro, pero la llamada del finalista de la competición los cuatro últimos años y la opción de poder enrolarse en el equipo ha sido suficiente para que hayan decidido unir sus fuerzas en el sur de Florida.
También ha llegado Josh McRoberts, procedente de Charlotte Bobcats (ahora Hornets), quien no ha tenido una larga continuidad en los equipos en los que ha estado y que parece que Erik Spoelstra le usará como un revulsivo de banquillo o como alguien que pueda aportar valor cuando los titulares tengan que descansar. Por otro lado, también formarán parte del roster el rookie Shabazz Napier, elegido en el puesto 24 del Draft 2014; y James Ennis, elegido en el puesto 20 de la segunda ronda Draft de 2013, que ha estado cogiendo nivel y experiencia en las ligas de Australia y Puerto Rico en el último año.
Con todo esto, Riley, Spoelstra y sus chicos no sólo tendrán que unirse en la continuidad y compromiso para combatir la marcha de LeBron, sino que tendrán que hacer frente a una Conferencia Este renovada, en concreto la división Central, que seguramente hará que haya más movimiento de equipos pujando por el primer puesto de la clasificación, dejando atrás al monopolio Heat-Pacers de las últimas campañas.
A James lo tendrán en Cleveland con un equipo bastante competitivo sobe el papel, con el número 1 del Draft Andrew Wiggins, Kyrie Irving, Anthony Bennett, Dion Waiters y Anderson Varejao, entre otros. Por otra parte, los Chicago Bulls se han colocado el cartel de aspirantes al título con las recientes incorporaciones de Pau Gasol y Nikola Mirotic. Todo ello sumado a los ya ‘contenders’ desde hace algunas temporadas, Indiana Pacers, la situación que se le presenta a los Heat es complicada en su misiva de llegar a la cifra de cinco Finales consecutivas.
Aún así, son candidatos a conseguirlo por muy complicado que sea. Tienen los mimbres para ello y deberán demostrarlo cuando el balón se vuelva a echar al aire a partir de noviembre. Mientras esperamos estos meses para ver cómo gestionan sus elementos en la cancha, por el momento podemos decir que han tirado de compromiso y continuidad para mantener vivo el proyecto.