No termina de dar con la tecla adecuada Zuffa para enganchar al gran público. Unos días después del evento y con tiempo para analizarlo en profundidad, el cambio debe ser radical para el próximo evento en FOX. Prácticamente está asegurado el éxito con la pelea entre Miller y Diaz, pero deberían apuntillarlo con otro combate de renombre. Hace pocas horas han salido los datos oficiales de audiencias, con 4,7 millones de espectadores de media y con un pico de audiencia de 6,1 millones. Y como ciudades líderes en espectadores están Las Vegas, Louisville e Indianápolis. Los números han mejorado ligeramente pero el programa, en su dirección y elaboración, sigue con un nivel de calidad ínfimo. En esta segunda edición FOX eligió a Curt Menefee como director de la mesa de analistas junto con Jon Jones y Randy Couture. No vamos a entrar en demasiados detalles, pero como ejemplo os dejamos el momento en el que Menefee no sabía ni como llamar a Jones. Si Curt Menefee hubiese preparado ligeramente el programa sabría como llamar al campeón semipesado y una de las mayores estrellas del deporte.
En cuanto a los combates, esta vez de 3, decepcionaron y no consiguieron mostrar el nivel que tiene UFC en plantilla. Abrieron la noche Demian Maia y Chris Weidman, que tras la lesión de Muñoz había entrado al evento con tan solo 11 días de aviso. Una pelea aburrida, sin claro dominador que hizo bostezar a la mayoría del público. La cabezonería de Maia en querer atacar de pie, dejando de lado su mayor y única habilidad (el jiu-jitsu) comienza a ser preocupante. Si su estrategia de combate no cambie en el futuro puede que se acabe su carrera en UFC mucho antes de lo que imaginamos. Weidman tampoco hizo nada del otro mundo, pero le excusa el poco tiempo que tuvo para prepararse ante el brasileño. Finalmente el americano se llevo la victoria por decisión dividida.
El segundo enfrentamiento tuvo como protagonistas a Chael Sonnen y Michael Bisping, el combate que debería haber sido el estelar de la noche. Se dio todo el peso a estos dos hombres para que llevaran la promoción del evento a sus espaldas pero el experimento salió mal. Las ruedas de prensa fueron comedidas y no dieron ningún titular fuera de lo normal. En cuanto al combate en si, tuvimos polémica al final por la decisión de los jueces. Dieron como ganador a Sonnen, cuando a primera vista Bisping había dominado los dos primeros rounds. Podríamos dudar de la profesionalidad de los jueces, o de una mano negra que tiene puestos sus ojos en la revancha Silva-Sonnen, pero no lo haremos. Las decisiones discutibles son el pan nuestro de cada día, así que estamos acostumbrados a estos problemas. El tercer round lo perdió claramente, aunque el primero y segundo podrían ser de cualquiera de los dos. Nosotros coincidimos con los jueces, y así veremos el Silva vs Sonnen II en Brasil y seguramente en un estadio de futbol.
Y Evans parece que tendrá su oportunidad ante Jones por el cinturón semipesado. Tras dominar durante cinco rounds a Phil Davis en un aburrido combate, Rashad Evans podrá pelear contra Jon Jones y perder. No hay otra opción, Jones ganará a Evans sin problemas, por mucho que hayan entrenado juntos y se conozcan bien (o eso dicen). Se observó claramente como Davis no estaba preparado, tras regresar de una lesión, para enfrentarse a alguien de la calidad de Evans que controló los 25 minutos de pelea sin dar opciones al All-American de cambiar la dinámica del combate. Evans sigue sin gustar al público, se llevó abucheos y no va a cambiar ese sentimiento que se tiene hacia él, y menos peleando contra el hombre mas dominante en MMA durante el 2011, Jon Jones.
En resumen, mucho tienen que cambiar las cosas si Zuffa pretende enganchar al gran público cada semana y llevar las MMA a Nueva York y quitarse la espina del Madison Square Garden.