Es miércoles y Axel dejó ayer la carne fuera del congelador para servirla bien pasadita, vuelta y vuelta a los Eagles que están bien fritos.
Por Axel Andrés
Era verano del año 1992 y yo, a mi tierna edad de 7 años, me iba a ver un partido de baloncesto. La verdad es que no era muy consciente de lo que estaba haciendo, simplemente sabía que era un partido de los Juegos Olímpicos y que jugaban los Estados Unidos contra ni me acuerdo quien. Ni tan siquiera sabía quienes eran Charles Barkley, Scottie Pippen o Magic Johnson, y como mucho había un tal Jordan que me sonaba algo, pero eso no impidió que me lo hicieran pasar de puta madre. Luego, bastante más tarde, me enteré de que esa selección de Estados Unidos era una selección de los mejores jugadores de la NBA, y que fue bautizada como el ‘Dream Team’, en referencia a que juntar tantas estrellas en un mismo conjunto era algo que sólo se podía soñar. ¿Y por qué estoy contando todo esto? Pues porque este verano hay gente que ha intentado hacernos creer que iba a ocurrir algo parecido en la NFL.
Los Eagles reventaron la agencia libre adquiriendo a todas las estrellas que había libres: primero fue el trade de Kevin Kolb por Rodgers-Cromartie, luego vino Vince Young, luego Nnamdi Asomugha, luego Cullen Jenkins y finalmente llegó Ronnie Brown. Eso sin contar a Jason Babin, que pese a que hasta ahora había destacado más como un tío que desgracia sus brazos a base de tatuajes que como jugador de football, también venía con la etiqueta de estrella después de una buena campaña anterior con los Titans. Pero no es tan fácil. Si hay algo que destaque del football por encima del resto de cosas es que es un juego de equipo. Tanto los 53 tíos que tienes en plantilla como los vete a saber cuantos que tienes en el staff técnico contribuyen al éxito o al fracaso de un equipo, y no por fichar a tres o cuatro jugadores buenos en posiciones aisladas vas a ganar los partidos con la punta del nabo. Por lo tanto, aunque tomes dos o tres buenas decisiones fichando a buenos jugadores, si la cagas en todo lo otro el balance final será negativo. Por eso los Eagles, pese a hacer dos o tres buenos fichajes, juegan de pena, han ganado sólo uno de los cuatro partidos que llevan jugados y ahora mismo van últimos de su división, porque la han cagado en todo lo otro.
Sí que es cierto que hicieron varios movimientos buenos durante la offseason, pero también los hicieron de muy malos, y eso es lo que acaba contando. Empezando por el draft, que no fue el mejor de la historia precisamente, y en especial no fue nada buena la decisión de arriesgar en primera ronda con un bombero canadiense de 27 años que juega en una posición que ya tenían cubierta, jugador que además ya ha perdido el puesto de titular porque no está a la altura. Pero bueno, un error en el draft puede hasta llegar a ser comprensible. Lo que no es tan comprensible y resulta en el problema realmente grave de los Eagles es que, pese a añadir a cientocincuenta jugadores a su roster, no han sabido formar un buen equipo. O mejor dicho, han juntado un grupo de jugadores altamente descompensado, con diez estrellas y muchísimos patanes y eso en football te garantiza estar mucho más cerca de perder que de ganar. Porque por muy bien que juegue Michael Vick, no puede compensar que cuando se lesione y tenga que salir del campo salga un tal Kafka y, entre él y el playcalling absurdo de Andy Reid, le tiren un partido que él había dejado ganando (y sí, ya sé que estoy siendo ventajista porque Vince Young está lesionado, pero la realidad es esta). Porque por muy bien que juegue LeSean McCoy, nunca podrá compensar la previsibilidad de su equipo en terceros downs cortos (en especial en la red zone) porque les falta un corredor con un mínimo de potencia. Porque por muy bien que juegue DeSean Jackson, su juego nunca podrá compensar que los Eagles cortaran a David Akers en la offseason y lo dejaran todo en manos de un rookie elegido en cuarta ronda, que obviamente falla field goals en momentos clave que luego cuestan partidos. Porque por muy bien que esté jugando Jason Babin (que está líder de la NFL en sacks con 7), y ahí viene la mayor vía de agua de Philadelphia, es imposible que él solo cubra todos los huecos que tiene la unidad defensiva.
Y es que si hay algo que destaca negativamente en los Eagles de este año ha sido la defensa, en todos los aspectos. Alguno podría pensar que tener tres buenos cornerbacks en una conferencia donde si quieres estar en la Superbowl deberás ganar a Saints o Packers en algún momento es una buena idea, o que con la misma finalidad adquieras un par de buenos pass-rushers, pero eso no sirve absolutamente de nada si olvidas el resto de posiciones. Y más teniendo en cuenta que precisamente los safeties, el middle linebacker y los defensive tackles son los jugadores más importantes en la Cover 2 que juegan los Eagles. ¿Y qué es lo que tenemos en Philadelphia? Pues unos defensive tackles que son incapaces de parar la carrera (sinó que le pregunten a Frank Gore), un middle linebacker que está más verde que el día de St. Patrick y cuyos skills de cobertura han quedado en evidencia (sinó que le pregunten a Brandon Jacobs) y unos safeties que ni son capaces de defender el pase profundo ni pueden placar al receptor cuando coge el balón (sinó que le pregunten a Victor Cruz).
Aún así, las cosas les podrían estar yendo mucho mejor a los Eagles. Nadie está hablando de que Jeremy Maclin haga drops o fumbles en los momentos críticos de los partidos, o de que Ronnie Brown aproveche las pocas oportunidades que tiene protagonizando la jugada más desconcertante que haya visto yo en un campo de football, o de que el fabuloso cuerpo de cornerbacks de los Eagles lleve las mismas intercepciones en toda la temporada que Vince Wilfork. Sólo con que uno de estos temas se arreglará, su récord de victorias probablemente mejoraría. Pero no se trata de eso. Aquí se trata de que a principio de temporada nos vendieron la moto asegurándonos de que 2 + 2 serían 4, y eso en football nunca es cierto. A principio de temporada nos vendieron un equipo de ensueño y en sólo cuatro jornadas hemos visto que este súperequipo es sólo un sueño lejano.
Porque yo vi jugar al ‘Dream Team’. Y también he visto jugar a los Eagles. Y os puedo asegurar que no es lo mismo. De hecho ni tan siquiera se parecen en nada.
¿Qué hace un fan de los Eagles?
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