Después de una temporada 2010 en la que nunca dio muestras de luchar por el campeonato, Tony Stewart ha hecho historia en este 2011 logrando el campeonato de Sprint Cup más apretado en más de sesenta años de NASCAR. Stewart es el noveno piloto que ha conseguido proclamarse tri-campeón, y se une a una lista compuesta por leyendas como Richard Petty, Dale Earnhardt, Lee Petty, David Pearson, Cale Yarborough, Darrell Waltrip y los héroes modernos Jeff Gordon y Jimmie Johnson. A diferencia de todos los anteriores, Stewart puede presumir de ser el único piloto ganador de las Series bajo las tres últimas denominaciones (Winston, Nestel y Sprint Cup), además de haber hecho lo propio antes y durante el formato del Chase, ahora ya por partida doble. El piloto nacido en Columbus, Indiana, es probablemente el más versátil ganador del automovilismo moderno y es que, por si sus logros en la NASCAR no eran suficientes, su palmarés también incluye victorias en IndyCars, USAC (donde en 1995 consiguió la llamada «Triple Crown», es decir, lograr los campeonatos de Silver Crown, Sprint Car y Midget Car en una sóla temporada) e incluso go-karts. En este aspecto, su versatilidad se ha comparado innumerables veces a la de A.J. Foyt, otra leyenda del automovilismo que durante casi 40 años compitió en la mayor variedad de disciplinas posible, casi siempre luciendo su clásico número 14 que, curiosamente, Tony Stewart utiliza desde el año 2009, cuando formó y empezó a correr en su propio equipo.
Desde hace trece años, «Smoke» mantiene la racha de ganar al menos una carrera por temporada y, pese a que 2011 no será ninguna excepción, dicha victoria se acabaría demorando más de la cuenta, tras un inicio de campaña que llegó a poner en duda no tan sólo sus aspiraciones al título, sino la misma participación en el Chase. Durante las primeras 26 carreras del año, la irregularidad y los errores fueron la tónica habitual en un equipo que, si bien logró finalizar todas las carreras a excepción de una (Sonoma, donde fue descaradamente accidentado por Brian Vickers), nunca consiguió enlazar más de dos carreras positivas consecutivas, además de que la suerte no le acompañara en momentos determinados como el de Kansas, donde estuvo a punto de ganar y tuvo que ceder el liderato en los instantes finales para no quedarse sin gasolina. Pese a que nunca estuvo más abajo que 12º en la clasificación, el hecho de no ganar ninguna carrera durante la temporada le colocó en una posición peligrosa respecto a los perseguidores que luchaban por «colarse» en el Chase. Sin embargo, con su segundo puesto en New Hampshire, 19ª cita del campeonato, se aseguró un Top 10 del que no se volvería a bajar hasta el final.
Cuando los «playoffs» de Sprint Cup empezaron, las apuestas por el campeonato se olvidaron de Stewart, quien había estado siempre por debajo de los principales candidatos, liderados por Kevin Harvick, Kyle Busch y, obviamente, el favorito Jimmie Johnson; Stewart, sin embargo, se encargó de mostrar sus credenciales en la pista con dos victorias consecutivas que le pusieron, por primera vez, al frente de la clasificación. Pese a ello, la irregularidad en la NASCAR se paga más que lo que se celebran las victorias, y «Smoke» dio buena prueba de ello con dos malos resultados en Dover y, de nuevo, Kansas, donde no mejoró la 15ª posición; Stewart tocó fondo en esa carrera, y desde entonces no se quedaría fuera de ningún Top 10 hasta el final de la temporada. Otras dos victorias consecutivas, en Martinsville y Texas, aseguraron una intensa batalla por el título junto a Carl Edwards, el último escollo que encontró «Smoke» en su camino hacia el tercer campeonato de su trayectoria, y el primero como piloto de su propio equipo.
El último ganador antes de la «Era Jimmie Johnson» fue también el encargado de poner fin a ella, y sólo el tiempo dirá donde está el límite del ya vigente campeón para 2012.