El fin de semana en Daytona cumplió las expectativas y nos dejó dos magníficas carreras con dos jóvenes ganadores en Joey Logano y David Ragan; el «drafting» en parejas volvió a ser el denominador común en el Superspeedway de Florida y, por si fuera poco, volvimos a disfrutar de sendos finales para la memoria del espectador pero que poco o nada gustan a las escuderías y propietarios:
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Joey Logano, empujado por su compañero de equipo Kyle Busch, logró una impresionante remontada que culminaría con la victoria en el última vuelta. A sus 21 años, y tras varios segundos puestos, Logano logró finalmente ganar en Daytona y sumar ya la novena victoria en su carrera.
Kyle Busch entró 4º, y entre ambos hicieron lo propio Jason Leffler y Reed Sorenson, quien se llevó $100.000 extras por ser el ganador entre los cuatro líderes de la categoría (Sorenson, Elliott Sadler, Ricky Stenhouse Jr. y Justin Allgaier). Allgaier y Michael Annett fueron los últimos en cruzar la línea «limpios», y es que detrás de ellos se provocó un accidente múltiple que involucró a Sadler, Danica Patrick, Steve Wallace, Tony Stewart y Aric Almirola, entre varios otros. Ya fuese sobre la hierba o de alguna manera poco ortodoxa, Kenny Wallace, Sadler, Almirola y Patrick completaron el Top 10.
En su regreso a la NASCAR, Danica Patrick consiguió otro Top 10, y ya ha logrado tres en sus últimas cuatro carreras. Respecto a la clasificación, apenas hay movimientos significativos, y Sorenson, Sadler, Stenhouse Jr., Allgaier y Leffler siguen ocupando las primeras cinco posiciones.
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No fue la Daytona 500, pero el sábado David Ragan logró quitarse una espina que se le había clavado varios meses atrás: en las 500 millas, y tras el primer intento de Green-White-Checker, el piloto de Roush Fenway lideraba en el re-start, pero un cambio de fila antes de pasar la línea de inicio con su consiguiente penalización le privó de una potencial victoria en el mayor escenario posible. En su lugar fue Trevor Bayne el que visitó la Victory Lane, pero pese a las esperanzas puestas en el jóven de 20 años, éste no tuvo opción de repetir victoria en la Coke Zero 400.
A las 5 vueltas, Brad Keselowski midió mal la entrada a curva y golpeó a Bayne, convirtiéndole en el piloto más rápido en abandonar la carrera de julio habiendo ganado la de febrero. Esa fue la primera bandera amarilla de un total de cinco; como es habitual en Daytona, la agresividad empezó a florecer en las últimas vueltas, por lo que las dos últimas cautions nos regalaron dos Green-White-Checkers, en el primero de los cuales sucedió el temido Big One que afectó a una buena parte de los pilotos; tras el segundo intento, Ragan se marchó junto a su compañero Matt Kenseth para, sin oposición, ganar la primera carrera de su vida en Sprint Cup Series.
Joey Logano y Kasey Kahne se juntaron en las tres últimas vueltas y acabaron en 3ª y 4ª posición, seguidos de Kyle Busch, quien en las últimas cinco vueltas aprovechó los accidentes para remontar desde la 29ª posición y finalizar 5º; detrás de Busch, Jeff Gordon hizo lo propio, y finalizó en un 6º lugar que poco se podía esperar tras estar a punto de terminar su carrera antes de tiempo en la vuelta 158. Kevin Harvick, Paul Menard, Juan Pablo Montoya y A.J. Allmendinger completaron el Top 10.
25 pilotos distintos lideraron durante las 170 vueltas, pero fue finalmente David Ragan el que encaró la bandera a cuadros y se convirtió en el 8º ganador en las últimas 8 carreras en Daytona, además de lograr una victoria que, provisionalmente, le colocaría en el Chase en detrimento de Tony Stewart. Tras un temprano accidente, Carl Edwards le cede el liderato a Harvick, quien consigue un margen de 5 puntos. Kyle y Kurt Busch son 3º y 4º, respectivamente, con Jimmie Johnson, Matt Kenseth, Dale Earnhardt Jr., Jeff Gordon, Clint Bowyer y Ryan Newman completando las posiciones de Chase.