Anteriormente, dejábamos la 1ª parte de este artículo con el despido de Kurt del equipo Penske Racing a finales de 2011. Ese despido llegó unos días más tarde de que se conociese la noticia de que Kurt estaba visitando a un psicólogo deportivo para poder tratar esos ataques de ira cada vez más frecuentes. Kurt en esos momentos estaba cayendo por un pozo que no parecía tener fondo. Ningún equipo competitivo lo iba a fichar a esas alturas cuando las plantillas de pilotos para la temporada siguiente ya están definidas. Y menos aun con la aureola de «cáncer para los sponsors» que en ese momento tenía a su alrededor. ¿Quien estaría tan loco como para fichar a alguien así? La respuesta no se hizo esperar, James Finch enseguida llamó a Kurt para ofrecerle el puesto de piloto en el nº 51 de Phoenix Racing. Conviene aclarar que Finch no es un propietario de equipo pequeño al uso. El tiene un negocio de construcción que es su trabajo durante la semana, el equipo de carreras es solo una diversión, un hobby para dar rienda suelta a su pasión por el automovilismo. Quería tener un PILOTO con letras mayúsculas en su coche, quería una maldita victoria. Eso era más importante que tener un sponsor que le ayudase a pagar su pasatiempo.
La temporada 2012 comenzó con Kurt más batallador que nunca tratando de compensar las carencias de su coche. Las averías y los viajes contra el muro se sucedían carrera tras carrera. Uno no sabía de quien sería la paciencia que primero se agotase, si la de Kurt o la de Finch. Y en Darlington, volvieron los problemas fuera de pista. Una salida de pit un poco acelerada que molestó a los mecánicos de Ryan Newman desencadenó una tángana a final de carrera en la que Kurt solamente trató de defenderse. Pero como dice el dicho «cría fama y echate a dormir». NASCAR decidió poner a Kurt en probation hasta final de temporada, eso quería decir que si ocurría otra salida de tono a ojos de NASCAR, Kurt sería sancionado de manera severa. Y esa sanción no tardó en llegar. Tras unas declaraciones estilo Kurt tras una carrera de Nationwide, NASCAR decidió sancionarlo con una carrera de suspensión. ¡Boum! Más leña al fuego.
En ese fin de semana de sanción, James Finch reunió a su equipo y les hizo votar para decidir si Kurt era un problema y tenía que despedirlo o si por el contrario tenía que seguir confiando en él. La decisión del equipo fue clara: Kurt es nuestro hombre, vamos con él al fin del mundo.
Ya no se podía caer más bajo. La única posibilidad era mirar hacia arriba. Y unas carreras más tarde, en Sonoma, Kurt hizo lo que mejor sabe, pilotar como un demonio No ganó la carrera, solo pudo ser 3º por culpa de problemas con el eje trasero tras un toque (ir al limite no es fácil). Pero ese día el nombre de Kurt Busch volvió a estar en boca de todo el mundo, pero esta vez para bien.
Pero lo mejor estaba aun por llegar. En la carrera de Nationwide de Daytona, Kurt le dio a Phoenix su primera victoria desde 2009. ¡Y que victoria! Recuperándose de un accidente en las primeras vueltas con un coche aun más dañado de lo que incluso se puede ver aquí:
Poco a poco, la percepción hacia Kurt Busch estaba empezando a cambiar. Comenzaba a sonar su nombre de nuevo para volantes importantes dentro del garaje. Y fue Forniture Row Racing quien se atrevió a dar el paso y le ofreció a Kurt un material más acorde con su talento para la temporada 2013. Kurt no estaba dispuesto a desperdiciar esta oportunidad y durante 2013 vimos al Kurt más centrado y serio de los últimos años. El equipo se clasificó para la Chase (primer equipo de un solo coche que conseguía clasificarse en toda la historia de este formato) y terminó la temporada en 10º lugar, el mejor puesto en la historia del equipo con diferencia.
Durante ese 2013, otro dueño de equipo enamorado de las carreras no dejó de quitar ojo a Kurt. Gene Haas, copropietario junto a Tony Stewart de Stewart-Haas Racing quería a Kurt en su equipo al precio que hiciese falta.
-Tenemos que ficharlo Tony, ¡el es demasiado bueno para seguir pilotando basura!
-Ya lo se Gene, pero tendríamos que encontrar un nuevo sponsor, montar de cero un equipo y acabamos de fichar Harvick, Danica todavía no está al 100%, yo necesito un nuevo jefe de equipo. ¿No es demasiado todo esto para un mismo año?
-Tony, aquí hay madera de campeón, si el dinero es un problema, ¡yo mismo lo patrocinaré!.
-Está bien, tu ganas, demos el salto, hagamos ese maldito 4º equipo, ¡y que sea lo que dios quiera!
Y así llegamos a un 2014 donde Kurt ya está compitiendo de nuevo en las ligas mayores. Vuelve a ser un contendiente por la victoria cada fin de semana. ¿Es eso suficiente? Por lo visto no. Además de pelear por el campeonato de NASCAR, Kurt quiere este año realizar el asalto al monte Everest del automovilismo americano. Ganar las 500 Millas de Indianápolis y la Coca-Cola 600 de NASCAR. Para ello, Kurt va a tener que realizar la machada de disputar dos carreras de 1.100 millas en un solo día. Hasta ahora solo Robby Gordon, Tony Stewart y John Andretti lo han intentado y de ellos, solamente Tony ha conseguido acabar las dos carreras. Una misión al alcance de muy pocos, casi diríamos que es una tarea solamente para dioses.
Pero como diría el increíble Hulk: ¡Dioses a mi!