¿Alguno recuerda aquella película, que se estrenó hace poco más de diez años, donde un grupo de actores del montón, tales como Rowan Atkinson o Whoopi Goldberg, se enzarzaban en una carrera de casi mil kilómetros para conseguir un saco con dos millones de dólares? El argumento de este film, llamado «Ratas a la carrera», se puede aplicar perfectamente al equipo de los Florida Panthers. Un grupo de «actores secundarios» que está «corriendo», y de lo lindo, por hacerse con su premio, los playoffs, que no ven desde que dicha película estaba en proceso de producción
Este año parece que las cosas están yendo de forma muy distinta a lo ocurrido la última década en Miami. Una plantilla renovada prácticamente al cien por cien en todas sus líneas, por la que nadie daba un duro, está haciendo soñar de nuevo a los «Rats» con unas nuevas finales de Stanley Cup. En 17 años de historia, esta franquicia solo han visto en tres ocasiones los playoffs, pero eso sí, en la primera de ellas (95-96), jugaron las finales. Sin duda alguna el trabajo de Kevin Dineen está dando sus frutos. El nuevo head coach está demostrando a todos de su valía. Además los hombres que puso a su disposición para esta temporada Dale Tallon, el general manager, están funcionando a la perfección. Un total de doce caras nuevas via «trade» y otras catorce vía agente libre son las que ha sabido motivar, armonizar y preparar el técnico novato nacido en Quebec. La defensa quizá sea lo mejor del equipo con hombres como Dmitry Kulikov o Jason Garrison. Por ejemplo, Brian Campbell, que pasó con más pena que gloria por Sharks y Hawks, está justificando ser el segundo defensa de la liga con mayor salary cap con 30 asistencias. La delantera la sustenta sobretodo la primera línea del equipo, formada por Kris Versteeg, Tomas Fleichmann y Stephen Weiss. Sólo el último estaba en el equipo el pasado el año, todos ellos llevan ya más de 100 puntos en total. Algunos periodistas norteamericanos ya la denominan como la «No-name Line». También es cierto que el qué los Panthers estén en esta situación de privilegio es, aparte de su buen hacer, culpa de la mala temporada que han tenido los Capitals, con síntomas de recuperación, y la que están teniendo los Lightning, hundidos en la última plaza de la Conferencia Este.
Si todo va según el guión tendremos de nuevo a Florida en playoffs, y quién sabe si volveremos a ver el hielo plagado de ratas de plástico como ya ocurriera en 1996. De hecho, ya este año se están viendo algunas en los partidos que juegan los de Miami tanto dentro como fuera de casa. Esto no tiene nada que ver con la película que he mencionado antes. Data de aquel año triunfal de mediados de los 90’s donde Mellanby Scott, antes del segundo partido de la temporada mató una rata en el vestuario. Lo curioso es que el delantero de los Panthers le marcó dos goles a los Flames en ese mismo encuentro y con ese mismo stick. El portero del equipo, Jon Vandiesbrouck, denominó ese doblete como «Rat-trick». A partir de ahí, cada gol que marcaban los Panthers era celebrado por los aficionados lanzando ratas de plástico al hielo. Al siguiente año la NHL creó una norma para prohibir esto, aunque este curso el BankAtlantic Center huele a ratonera.
