Corría el año 1993, mi pasión por los deportes americanos estaba en pleno ascenso, y un día leyendo una de las revista deportivas más prestigiosas de Argentina (El Gráfico), salía una nota sobre un adolescente argentino tenía que un futuro prometedor en el football con una beca universitaria otorgada en una universidad importante. En ese preciso momento descubrí a Martín Gramática, un argentino jugador de football en Estados Unidos. Como podrán imaginarse mi sorpresa fue mayúscula y la alegría indescriptible.
Nació en Buenos Aires, el 27 de noviembre de 1975, hincha de Boca Juniors. y su ídolo máximo es Diego Maradona. El trabajo de su padre obligo a su familia a estar siempre en movimiento, hasta que les llegó el tiempo de recalar en Estados Unidos, más precisamente en estado de Florida. Gramática nunca tuvo en su mente jugar el deporte del ovoide, disfrutaba jugando picaditos de soccer con su compañeros de LaBelle High School hasta que le descubrió el coach de football del instituto y lo invitó a que hiciera una prueba como kicker. Aceptó la invitación y en ese momento cambió el rumbo de la vida de este argentino. Cuenta el jugador que en una reunión entre su entrenador y sus padres, su coach les dijo:«su hijo jugando al fútbol americano puede pagarse una educación universitaria y ser profesional». Semanas después, en su año senior de high school, debutó en el fútbol americano organizado. De sus primeros 10 intentos de field goal convirtió 8, nada mal para un chico que hacía unos meses se la pasaba jugando picaditos con sus amigos y soñaba con jugar en la primera del Club Boca Juniors.
La universidad y el nacimiento de «automática»
Gramática recibio una beca deportiva para jugar en la Universidad de Kansas State. Jugó con los Wildcats desde 1994 hasta 1998 (un año estuvo como red shirt por una lesión en su rodilla), y ahí se gano el apodo de «Automática» por su alta efectivad para patear a los postes. Además sus extravagantes celebraciones llamaban la atención, ya que cada vez que acertaba festejaba dando rienda suelta a sus emociones con gestos y saltos.
A nivel personal su mejor año estadístico en college fue 1997, terminó la temporada 19 de 20 en goles de campo, fue el líder en porcentaje de efectividad en la nación, recibió el premio de All-American (elección unánime) en su posición y el Lou Groza Award (premio al mejor pateador universitario de la temporada). En sus cinco años en Kansas State tuvo una efectividd del 94,4% en extra points y 77,77% en field goals (54 de 70), además posee el récord de puntos en una temporada de la universidad, de más field goals intentados en una temporada y en la historia de la universidad. Y también es el máximo anotador de Kansas State.
Pero la historia tenía un capítulo guardado para Gramática en su último año universitario. El 12 de Setiembre de 1998 los Wildcats enfrentaron a Northen Illinois (victoria 73-7 para K-State). Lo que quedó en el libro de los récords es el field goal de 65 yardas que convirtió el argentino el cual es a día de hoy el cuarto de mayor distancia en la historia del college football.
Gramática dijo sobre el momento histórico: «Recuerdo al entrenador pedir tiempo muerto, corrió hacia mi y me dijo que entrara al campo para intentar el field goal. Todo el equipo se emocionó y se puso como loco cuando escuchó sus ordenes, fue un hermoso sentimiento ser el que originaba tanta algarabía.»
Un argentino en la NFL
Fue seleccionado por los Tampa Bay Buccaneers en el draft 1999, tercera ronda, posición 80. Como profesional volvió al estado donde se había criado. Le tocó integrar un equipo de los Bucs comandado por Tony Dungy con una defensa descomunal integrada por Warren Sapp, Derrick Brooks, John Lynch y compañía. Pero la ofensiva bucanera era anémica por lo tanto vio mucha acción en su año de novato terminando 27 de 34 en field goals. Los Bucs se quedaron a la puerta de la Super Bowl ya que perdieron la final de la conferencia NFC en manos de los Rams.
En sus siguientes dos temporadas su equipo continuó con la misma filosofía y su éxito en la NFC clasificándose para Playoffs pero perdiendo ambos años en el Wild Card. Uno de esos años, 2001, fue elegido para la Pro Bowl.
En la temporada 2002, Gramática firmó una extensión por $14 millones, al mismo tiempo el equipo tuvo un cambio de timón y Jon Gruden se convirtió en el nuevo head coach. Ese año terminaron 12-4, salieron campeones de la NFC Sur con una defensa que permitió poco más de 12 puntos por partido, mientras que su ofensiva fue lde as peores de la NFL. Tal es así que Derrick Brooks en su discurso de inducción al Pro Football Hall of Fame le agradeció al pie derecho de Martín por haber ganado esos partidos de tan bajo marcador.
En su camino a la Super Bowl XXXVII, los Buccaneers le ganaron a San Francisco 49ers (ronda divisional) y a sus archiconocidos Philadelphia Eagles en el NFC Championship por 31-6 y 24-10 respectivamente.
Super Bowl XXXVII y la gloria
Qualcomm Stadium de San Diego. 26 de Enero de 2003. Oakland Raiders, el campeón de la AFC, contra Tampa Bay Buccaners, campeón de la NFC. La reunión de John Gruden con su ex-equipo y el enfrentamiento de dos polos opuestos: la ofensiva de alto octanaje de los «malosos» contra la mejor defensa de la liga. El resultado: una aplastante victoria del equipo del estado de la Florida por 48-21, y con un Gramática protagonista gracias a sus field goals y extra points con un total de 12 puntos.
Gramática dejo una perla en la entrevista post-partido para ESPN (lamentablemente no pude encontrar el video en la web), entrevistado minutos después del final del partido por John Sutcliffe y con la adrenalina corriendo por su venas aún dijo: » esto se lo dedicamos a todos los que no creían en nosotros la pu…»(las palabras que faltan corresponden a un insulto).
https://www.youtube.com/watch?v=KFQyZ2jWvvU
Esas malditas lesiones
Para 2003 la efectividad en los goles de campo de Gramática empezó a bajar sustancialmente, si bien jugó todos los partidos en la temporada, lesiones de cadera y aductores le impidieron estar 100% físicamente y cerró el año con un 61,5% de efectividad. Ya para el año siguiente la tendencia siguió en baja y después de 11 partidos los Bucs lo cortaron; terminó el 2004 en los Colts, quienes lo firmaron en la temporada baja siguiente para que fuera titular, pero una operación en los aductores y el abdomen obligaron a que el argentino pasara la temporada 2005 en la lista de reservas lesionados del equipo de Indianapolis.
En el 2006, «Automática» ya recuperado de la operación y sin lesiones en el horizonte, firmó como agente libre con los Patriots (su tercer equipo en cuatro años). Su puesto no estaba asegurado, debía competir en la pretemporada con el novato Stephen Gostkowski, el cual a la postre fue el titular, lo que derivó que Gramática quedase nuevamente sin equipo.
Para el que una vez fuera un pateador establecido en la NFL, con un viaje a Pro Bowl, en ese año 2006 conseguir hacer el roster de 53 se transformó en un peregrinaje incansable de diferentes equipos. Durante esa temporada volvió por 3 juegos más con los Colts y termino el 2006 jugando los últimos ocho partidos con los Dallas Cowboys.
En 2007 firmó por dos años con los New Orleans Saints, pero en ese lapso solo pudo participar en tan solo 8 juegos. El 8 de octubre de 2008 los Saints pusieron al argentino en la lista de reservas lesionados por una lesión en la ingle lo que le dio fin a su temporada y a su carrera como profesional.
En febrero de 2009, después de 9 temporadas en la NFL y con tan solo 33 años, Martín Gramática anuncio su retiro, cansado de las constantes lesiones, operaciones y recuperaciones. Como él mismo declaro: «los últimos años ya no disfruté tanto el deporte como en los primeros con Tampa, pasaba más tiempo en los gimnasios, con fisioterapeutas y kinesiólogos que en el campo de juego». Terminó con un 76,4% en su carrera en aciertos, pateó 203 field goals y convirtió 155, el más largo fue de 55 yardas.
Martín Gramática sin dudas es más reconocido en Estados Unidos que en Argentina, donde solo es conocido por los fanáticos del deporte del ovoide. Escribiendo este artículo me surgieron un par de cuestiones: Si las lesiones no hubieran cortado la carrera de Gramática y de haberse mantenido en el roster, ¿podría haber ganado la Super Bowl XLIV con los Saints?. En 2002 cuando ganó la Super Bowl, en el país hubo mínima cobertura, solo pequeñas crónicas en diarios y noticieros televisivos. Eso sí, gracias a ESPN se pudo ver en directo. El deporte del football por entonces apenas se estaba conociendo y no estaba organizado, la FAA (Football Americano Argentina) se fundó en 2004, así que imagínense si Martín se hubiese mantenido activo por un par de años más, su aporte al desarrollo y promoción del deporte en el país hubiera sido aún mas grande de lo que fue y es.