Por Dani García
«Who Dat Say Dey Gunna Beat Dem Saints? Who Dat? Who Dat?«, esa frase con pronunciación del francés cajún convertida en cántico gritaban los ciudadanos de Nueva Orleans por el histórico French Quarter de la ciudad de Louisiana a altas horas de la madrugada, especialmente por la mítica Bourbon Street donde se agolpaban la mayoría de los seguidores. Nueva Orleans no ha dormido y se ha tomado un descanso en la enseñanza y los juzgados por la celebraciones en el día de hoy.
Aunque suene demasiado meloso y cargante, la realidad es la que es: hace cuatro años y medio la ciudad estaba cubierta en su 85% bajo el agua tras el huracán Katrina, el Superdome dañado y utilizado para refugiar a los ciudadanos y la organización de los Saints no sabía si la franquicia seguiría adelante. La NFL no abandonó la ciudad, el equipo recuperó la moral, ganó la NFC Sur en 2006 y llegó al campeonato de la Conferencia Nacional ante Chicago; y tres años después son los campeones de la NFL. «Sólo pensar el largo camino para llegar hasta aquí y el sufrimiento que hemos pasado«, comentaba el MVP Drew Brees. Un título merecido para una ciudad siempre festiva y alegre, primera Super Bowl en 43 años de historia de la franquicia.
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Así comenzaba la Super Bowl XLIV para la NFL Network, una habitual intro espectacular facturada por Rihanna y Jay-Z.
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Crédito ofensivo para Payton y Brees
La cuadragésima edición de la gran final por el reinado en la NFL no entrará como uno de los mejores partidos de la historia (tampoco de los peores), pero vivimos la habitual dosis épico-dramática que el deporte del football y el evento de la Super Bowl contiene de forma innata.
Todo el crédito para el staff técnico de los Saints y Drew Brees. En primer lugar, empezando por la cabeza de todo, el head coach Sean Payton, que hizo un segundo envite por el partido de forma valiente tras perder la mitad de las fichas en la primera decisión polémica, aquel 4&goal a pie de la end zone de Indianapolis con 10-3 abajo al final del segundo periodo y que la defensa de los Colts paró de forma brillante. No se amilanó Payton y sabiendo de la posesión incial de Indy al principio de la segunda parte ordenó chutar un onside kick que recuperó el LB Jonathan Casillas. «Nos cogió por sorpresa. Es una Super Bowl y no te esperas esa jugada«, declaró el safety de los Colts Melvin Bullit.
«Toda la semana habíamos practicado el onside kick«, comentó el entrenador principal al final del partido. «En el descanso le dije a los jugadores que teníamos que ponerlo ahí fuera«. La decisión de Payton, muy ambiciosa recordando a los tiempos acertados de Bill Belichick, cambió por completo la dinámica y el empuje psicológico del partido. En el siguiente drive Brees soltaba el brazo y terminaba con pasando en scrimmage al RB Pierre Thomas que llegaba hasta la end zone en una jugada de habilidad y fuerza que ponía a New Orleans por delante en el marcador del Sun Life Stadium de Miami. Sean Payton es, obviamente, uno de los artifices de este gran triunfo para los Saints, no sólo por ser el entrenador principal, sino por la forma de motivar al equipo, darle agresividad, un acertado y atrevido playcall y la capacidad de conectar con jugadores como Jeremy Shockey, polémico ante todo, o Garrett Hartley, un kicker de 24 años al que le dió toda al confianza.
Aquella secuencia tras el onside kick fue un reflejo de la tónica ofensiva de los Saints desde el segundo cuarto, donde totalizaron 26 jugadas de ataque frente a las 6 de los Colts. Drew Brees lanzaba pases cortos y precisos (sólo tuvo un pase incompleto en toda la segunda mitad), muchos por el centro, también jugadas de scrimmage para Pierre Thomas; eran mordiscos pequeños que estaban consumiendo a la defensa de los Colts, más preocupada en posibles big plays. La pelota desaparecía de las manos de Brees en cuestión de décimas y el potente pass rush de Indianapolis esta desesperado contrastando con las sensaciones que habían dejado los primeros quince minutos, Brees incómodo e incluso derribado por Freeney una vez. Aquella fue la última vez que el quarterback de los Saints estaría en problemas. «Para mí es suficiente ser ganador de la Super Bowl aunque es un honor ser MVP«, declaró a los medios Brees que como jugador más valioso de la final completó 32 pases (récord junto a Tom Brady), lanzó 288 yardas y 2 TD.
La otra clave: la defensa de los Saints
New Orleans vino de un déficit de 10-0 tras el primer periodo pero también todo el reconocimiento a la defensa oro y negro, que dejó a Peyton Manning y la ofensiva Colts en 17 puntos, 7 en la segunda parte y 0 en el último cuarto. Y todo el crédito para el coordinador defensivo Gregg Williams, que ha demostrado durante estos Playoffs un gameplan defensivo medido al milímetro. Williams cambió de una 3-4 en el primer cuarto a una 4-3 en el segundo, lo que marcó el devenir del choque, para mezclar ambas formaciones el resto del encuentro. «No puedes dejar que Peyton tenga la misma imagen de una defensa«, comentaba el defensive coordinator en la rueda de prensa.
La retaguardia de los Saints dejó que los Colts corrieran, incluso siendo un equipo débil en esa faceta. Williams advirtió a su defensa durante la semana que no entraran en pánico si Indianapolis se iba de las 100 yardas terrestres. El MLB Jonathan Vilma daba la sensación de estar en todas partes y, mientras, Manning lanzaba menos y a los azulones les costaba entrar en ritmo ofensivo. Así, llegó la jugada que sentenció el choque: con los Colts buscando empatar el partido, el drive ya llegaba por la yarda 30 de New Orleans, Manning buscó a Reggie Wayne y Tracy Porter se adelantaba para interceptar el balón y no encontrar oposición hasta la end zone. Era el 17-31 final. «Vimos esa jugada una y otra vez durante la semana. Los entrenadores hicieron un gran trabajo preparándonos para esa ruta«, declaró Porter tras el triunfo. «Simplemente la bola llegó a mis manos«.
Peyton Manning perdía en su segunda aparición en una Super Bowl, y las voces que le nombraban como el mejor jugador de la historia si ganaba este Vince Lombardi tendrán que esperar a otra edición.
El camino de los Saints hasta el título
Sin duda es la mejor temporada en la historia de la franquicia de Louisiana, ya no solo por la Super Bowl ganada, sino por los números registrados durante toda la temporada. Los Saints acumularon trece victorias consecutivas en campaña regular alzándose con un registro de 13-0 por primera vez en su historia. El equipo era una máquina ofensiva, especialmente en las seis primeras jornadas no encontró oposición promediando una media de cuarenta puntos por partido. La primera prueba de fuego era la incómoda defensa de New York Giants, pero no hubo color: Brees y Cía endosaron 48 puntos a los de Coughlin, y allí comenzarían los descalabros defensivos de los neoyorquinos.
El equipo estaba dispuesto a asaltar el fortín de la temporada perfecta de los Patriots’07 y el récord de puntos de los de Boston. Drew Brees se postulaba como serio candidato a MVP con registros de pase desorbitantes y un porcentaje de completados alto, acabando la temporada con el 70%, récord de la franquicia al igual que el rating de 109.6. El juego de carrera, eminentemente debil años atrás, estaba entre los cinco primeros de la NFL en un backfield con Pierre Thomas y Mike Bell. Y, la defensa, pese a no ser de las mejores en yardas encajadas, era tremendamente agresiva y tenía una gran capacidad para crear turnovers.
Tras el partido de los Giants en el Superdome, los Saints ganaron cuatro partidos consecutivos apurados, durmiéndose en muchos casos y tirando del explosivo ataque en los momentos clave para solucionar las siestas. Llegó el duelo clave del año, Monday Night en el Superdome frente a los Patriots, despachados con facilidad. Volvió a las andadas New Orleans en los dos partidos siguientes ganando por una diferencia de tres puntos y apelando al factor suerte, especialmente frente a los Redskins. Pero tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió, y unos necesitados y mejorados Dallas Cowobys acabarón con la imbatibilidad de los de Louisiana ante la decepción de su estrella Drew Brees. El panorama antes de la postemporada, con el No.1 seed de la NFC conseguido, no era tan bueno tras otras dos derrotas finales ante los débiles Buccaneers en el tiempo extra y Carolina Panthers con Brees en el banquillo.
Pero lo pasado, pasado estaba. La semana de descanso con la Wild Card sirvió para que el equipo recuperará efectivos en defensa como Porter y Greer, y en el duelo del Playoff Divisional ante los Cardinals, los de Arizona salieron escaldados ante el griterío del Superdome. Llegó la final de la NFC, primera en la historia en Nueva Orleans, y un partido igualado se decidió por la agresividad de la defensa Saints y un efectivo kicker que chutó el field goald de la victoria en la prórroga. El capítulo final llegó ayer en Miami. Porque New Orleans siempre ha marchado este año como decía Louis Armstrong : «Oh, when the saints go marching in«.
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