Hemos dejado 2010 atrás y hacemos un resumen de las historias más impactantes en cada una de las grandes ligas deportivas norteamericanas.
La redención de Michael Vick: tras casi dos años en la cárcel por organizar peleas ilegales de perros, Vick volvió en 2009 al football profesional con Philadelphia Eagles. Participó en algunas jugadas, principalmente en formación wildcat. 2010 era el año de Kevin Kolb tras la marcha de McNabb, pero en la semana 2 Vick tomó los mandos por una lesión de Kolb. A partir de ahí, el quarterback electrificó la Liga no solo mostrando su mejor football desde la época de los Falcons sino aún mejor. La semana 10 en Washington fue el cénit con una actuación de seis touchdowns, más de 300 yardas de pase y 80 de carrera. Ahora mismo es serio candidato a MVP de la temporada regular 2010 de la NFL.
Los Saints ganan la Super Bowl. La ciudad donde nunca acaba la fiesta, Nueva Orleans, incluso cuatro años después del huracán Katrina que dejó el apocalipsis, tiene una Super Bowl. No fue otro campeonato para otra ciudad de Estados Unidos. Una temporada inolvidable que tuvo su gran explosión en la Super Bowl XLIV en Miami, levantando 10 puntos a los Colts de Peyton Manning.
Mala despedida de Brett Favre. Demasiado tensó la cuerda el pasador de 41 años hasta el punto que se ha roto saltando por los aires todo. Otro drama en verano sobre si iba a volver a jugar o no, la re-re-vuelta, caos mediático de por medio, y todo ha acabado perjudicando a su rendimiento este año, el peor de su carrera, y el de su equipo, los Vikings, que han hecho una lamentable campaña. Por si fuera poco, en octubre saltaba el escándalo de unos supuestos mensajes inapropiados (sexuales) con fotos incluidas a una empleada de los Jets en su época en Nueva York. La investigación de la NFL ha acabado con una simple multa y, mientras tanto, Favre ya caía lesionado en el campo, rompía su récord de partidos consecutivos como titular y ni siquiera acababa la temporada (y su carrera) pisando el césped.
Randy Moss no tiene casa. Caída libre de la carrera del receptor profesional 13 años en la NFL. En octubre, los Patriots le metían en un paquete directo a su antigua casa, Mineápolis, tras pedir la renovación de su contrato. A New England no le salía rentable, y en los Vikings duró cuatro semanas, no podía nadie tragarle en el vestuario. Moss ha revivido sus peores fantasmas, aquellos antiguos que provocaba por su actitud, y ha acabado en los Titans donde ni siquiera le pasan la pelota.
Llegada y caída de McNabb a Washington DC. En semana santa, los Redskins anunciaban el fichaje de Donovan McNabb, acabándose así la larga etapa del quarterback en Filadelfia. Era todo ilusión en la capital de la nación, nuevo entrenador, Mike Shanahan, nuevo y consagrado quarterback, y todo «ha acabado como el rosario de la aurora»: Mcnabb sentado en el banquillo en la semana 15 de malas formas, relegado al puesto 3 de quarterback y, posiblemente, fuera del equipo para la próxima temporada.
Otro divorcio en DC. Mike Shanahan ha sido el centro de otra polémica, esta vez con Albert Haynesworth. El defensive tackle dejó claro en la pretemporada que él pasaba de jugar en una defensa 3-4 de nose tackle. Empezó el forcejeo, las declaraciones, el jugador negándose a entrenar y el final de la película fue cuando Haynesworth fue suspendido por los Redskins sin sueldo y sin jugar los últimos cuatro encuentros.
La suspensión de Ben Roethlisberger. El quarterback de los Steelers fue acusado de violación en Georgia en una noche de borrachera allá por marzo. Expuesto a la crítica de la opinión pública y a posibles problemas legales, todo ha acabado en un duro bombardeo sensacionalista que el pasador ha callado con una buena temporada sobre el campo y con evaluaciones psicológicas obligatorias, pese a empezar los cuatro primeros encuentros sancionados.
La controversia con los golpes casco contra casco. Ya la temporada pasada hubo flashes mediáticos de abordar el tema de las conmociones cerebrales, pero esta la polémica fue mayor tras una serie de helmet-to-helmet hits a mediados de octubre. Parte de esa reacción punitiva de la NFL se la ha llevado como foco principal el jugador de los Steelers James Harrison, sancionado hasta cuatro veces esta campaña, y los jugadores han reaccionado en contra surgiendo el clásico debate de si el fútbol americano es un deporte demasiado violento.
La nueva regla del tiempo extra. La victoria de los Saints en el campeonato de la NFC 27-24, en la prórroga, ante los Vikings, siendo la primera posesión, y negando a Brett Favre volver a la Super Bowl, creó un amplio debate. Hasta el punto que en las primeras reuniones de propietarios en 2010 se cambió la regla de la muerte súbita en el tiempo extra. Entrando ya en práctica con el comienzo de los Playoffs esta semana, si un equipo marca field goal en la prórroga no se acaba el choque, el otro conjunto tiene oportunidad de empatar el partido. Solo se cierra el encuentro si hay un touchdown.
Los Cowboys se quedan sin su Super Bowl. No era un secreto que el multimillonario dueño de los Cowboys Jerry Jones quería que su equipo se convirtiera el primero en jugar la Super Bowl en casa, edición número 45 que será en febrero en el millonario estadio de Arlington. Todo se fue por la alcantarilla con un comienzo de 1-7, Wade Phillips despedido y Tony Romo lesionado casi toda la temporada.