Nate Robinson es un jugador profesional de baloncesto que actualmente milita en los Denver Nuggets de la NBA. Su posición es la de base y destaca por ser uno de los jugadores más bajos de la liga (1’75 m). Este año es su noveno en la liga, y juega en la franquicia de Colorado desde 2013. Si por algo se conoce especialmente a Nate Robinson, es por su capacidad para el mate. Así lo atestiguan sus 3 victorias en los concursos de mates del All-Star, en 2006 (Houston), 2009 (Phoenix) y 2010 (Dallas). Para la memoria quedará su mate en 2009 por encima de Dwight Howard, vestido con motivos verdes ya que representaba la “Kryptonita” del vigente campeón Howard, quien había ganado el año anterior con un mate vestido con la capa de Superman.
Más allá de esa faceta de saltador y dunker de concurso, Nate Robinson no ha pasado de ser un excelente actor secundario, un base suplente con unos números muy buenos. Sus mejores atributos pertenecen al ámbito ofensivo, donde el 1×1, la velocidad y explosividad son sus armas más destacables. La falta de altura le limita bastante defensivamente, pero en el rebote aporta más de lo que se podría presuponer para un jugador de su altura. A pesar de tener la capacidad de definir con eficacia, abusa muchas veces del tiro exterior y no suele ser generoso, buscando su propio tiro siempre como primera opción. Sin embargo, cuando está encendido puede aportar una intensidad ofensiva digna de mencionar.
Teniendo esto en cuenta, este artículo no versará sobre la faceta baloncestística actual de Nate Robinson, sino sobre su pasado, su pasado en el college football.
Nate comienza su andadura en un high school de Seattle llamado Rainier Beach, donde pasa sus dos primeros años, y su año senior (el tercer año se muda a California y estudia en el James Logan HS, pero vuelve a Seattle para su último año). En Seattle, Robinson es lo que se conoce como un “wo-star prospect, un deportista que sobresale, en este caso, en baloncesto y en football. Formando parte de un high school con estrellas de la talla baloncestística de Jamal Crawford o Doug Christie, tener éxito en Rainier Beach es sinónimo de conseguir atención mediática a nivel estatal y también nacional. A pesar de toda esta presión, Nate Robinson no defrauda y en 2002 es nombrado jugador del equipo ideal estatal (Metro League), así como All-American tanto en basket como en football. En el parqué promedia 15 puntos por partido durante su temporada sophomore y ganan el campeonato estatal con un récord de 28-1. Como senior, aumenta su producción hasta los 25,8 puntos de media. Para más inri, en football es incluido en el equipo ideal en las posiciones de running back, defensive back y returner. A efectos de recruiting, Robinson es un APB (All-Purpose Back), de 3 estrellas. En el ámbito del baloncesto es un G (Guard) de 4 estrellas.
Recibió ofertas importantes, de North Carolina, Oregon, USC y una más seria, de Georgia, que casi llega a materializarse, pero finalmente firma con los Huskies de Washington. La beca que Washington le brinda es exclusivamente de football, aunque como después comprobará el equipo técnico de la sección de baloncesto, Nate tendrá muchas más cualidades que aportar a este college con su otra faceta.
Con el 13 a la espalda, Robinson jugó como defensive back los 13 partidos de la temporada, siendo titular en los últimos seis (incluida la Sun Bowl), además de hacer las funciones de retornador durante seis partidos también. La temporada fue bastante buena para Nate, quien realizó 34 tackles y consiguió 2 intercepciones; 103 yardas en 6 retornos fue su aportación a los equipos especiales. Su aportación más importante para el equipo transcurrió en la Apple Cup, torneo que consiste en un partido entre las universidades de Washington y Washington State y que se lleva celebrando desde 1900, alternando cada año en las sedes de los dos colleges, Seattle y Pullman respectivamente. La edición de 2002 fue la que más prórrogas tuvo en toda la historia de la Apple Cup, con 3. Washington State estaba rankeado como #3 y considerado como uno de los equipos con más posibilidades de jugar una BCS Bowl, liderados por su quarterback Jason Gesser, quien acabaría en los Tennessee Titans de la NFL la temporada siguiente. Gesser es lesionado por uno de los de deffensive tackles de los Huskies (Terry Johnson) en el último cuarto y es reemplazado por el quarterback suplente, Matt Kegel. Washington afronta los últimos 4 minutos abajo en el marcador, pero consigue forzar la primera prórroga gracias a Nate Robinson, quien intercepta al quarterback y coloca la pelota en la yarda 35. Tras un par de pases fallidos por parte de Cody Pickett, el pasador de Washington, anotan un field goal que lleva al partido a la prórroga. En la tercera prórroga, los equipos intercambian field goals errados, hasta que John Anderson, el kicker de Washington, convierte su segunda patada que deshace el empate y los Huskies ganan el partido por 29-26 en uno de los encuentros más locos que se recuerdan en dicha rivalidad.

Washington jugó la Sun Bowl contra Purdue, liderado por el actual quarterback de los Buffalo Bills, Kyle Orton. Los Boilermakers ganaron por 24 a 34 con Orton de MVP, y Nate Robinson siendo titular en su último partido como jugador de los Huskies, ya que en sus campañas siguientes en Washington se dedicaría única y exclusivamente al baloncesto. Esa intercepción de Nate Robinson es reconocida como uno de los logros más importantes de su carrera «footballística», como el mismo declaró en su momento. En baloncesto, Nate Robinson haría una temporada freshman excelente en el apartado baloncestístico, haciendo de base para los Huskies, siendo de los mejores de la conferencia ese año y los dos siguientes (First Team All-Pac-10 en 2003-04 y 2004-05) además de conducir a Washington, como sophomore, hasta el NCAA Tournament por primera vez desde 1999. En su última temporada antes de irse a la NBA, los Huskies ganan el torneo de conferencia y llegan hasta el Sweet Sixteen, empatando el récord de victorias de la universidad en una temporada.