«Por ahora la BCS sobrevive, una cucharacha en medio de un tifón de ‘Raid’, emanando frialdad, ignorando los viejos iconos head coach y desestimando a los aficionados. Incluso el implacable empuje del sentido común es rechazado por las mentiras y las malas decisiones que llevan a este asunto a un río de arenques rojos«. Esta es la frase con la que arranca este libro de tres autores, Dan Wetzel, Jeff Passan y Josh Peter, en el que el propio título ya muestra sus intenciones: atacar de forma despiadada el actual sistema de bowls para dilucidar quienes son los mejores en el fútbol americano universitario cada año y, en especial, las cinco bowls privilegiadas y el partido por el título nacional (BCS Championship Game).
Death To BCS: The Definitive Case Against the Bowl Championship Series, no hay ninguna duda del tema del libro, no ha piedad en atacar al sistema actual del college football. Se habla de una BCS corrupta, en bancarrota emocional, antideportiva y en el que el poder está en las manos de unos pocos que siempre son los mismos. Es un libro que da voz a la mayoría de los aficionados al football universitario que cree que el sistema de las bowls es injusto para muchos equipos (90% en contra según muchas encuentas), que cree los mejores equipos no pueden ser clasificados por un ordenador en unas clasificaciones cada semana, que cree que el partido por el título nacional no debe ser una elección sino algo que se gana en el campo.
Hay tres argumentos que soportan este beligerante ataque a las Bowl Championship Series y su institución. Se tira abajo el hecho de que el actual formato de temporada regular da el torneo más atractivo (hablado de temporada regular) dentro de los deportes americanos. La BCS siempre ha defendido que el hecho de un equipo pierda un partido casi le descarta del título nacional, por lo que la intensidad es altísima, sin embargo, ¿cómo son los partidos no-conferenciales? ¿de alto nivel? normalmente, son con rivales muy fáciles. El segundo tópico hablado son las bowls: los tres autores, pese a reconocer que son divertidas, destapan la corrupción de estos partidos en lo que algunos se llevan mucho dinero y otros muy poco. Aún así, no proponen eliminar las bowls, sino mantenerlas bajo un sistema de playoffs tal como se hace en NCAA basket.
En el tercer punto lo que proponen es un sistema de postemporada que elimine el hecho de que el año pasado hubiera cinco equipos imbatidos (Alabama, Texas, TCU, Cincinnati y Boise State) y solo dos jugaran por el título nacional. Sigue un poco la linea de la injusticia de las clasificaciones como ya pasa este año. Sería el siguiente: playoffs de 16 equipos, 11 son los campeones de conferencias, los otros 5 serían elegidos por un comité, los partidos serían jugados en casa de alguno de los equipos y el BCS Game en suelo neutral, dando unos beneficios estimados de $750 millones según algunos expertos. En cualquier caso, las encuestas demuestran un claro apoyo al sistema de Playoffs, 62,2% de los jugadores de college según ESPN, aunque denota también cierta contradicción, porque el 70,4% elige el actual sistema que Playoffs de 16 equipos sin bowls.