El nivel de especialización al que puede llegar Estados Unidos es impactante. Impactante para nuestros ojos foráneos, para ellos, el paradigma de sistema de economía de mercado, forma parte de la propia organización empresarial, de la industria del dinero.
Necesaria introducción para la historia que viene ahora, y es que la mayoría de las franquicias de la NFL tienen programas especiales de conducción para que sus jugadores llamen en caso de que hayan tomado algunas copas de más y puedan evitar arrestos por DUI (Driving Under Influence). Un dato que debería haber conocido Braylon Edwards antes de ser detenido la semana pasada, con el consecuente escándalo que se ha montado en la Gran Manzana. Los Jets tienen ese servicio de chófers, por llamarlo de alguna manera, junto a dos tercios de los clubes de la NFL, la Asociación de Jugadores tiene otro, incluso la NFL pero no para jugadores (solo para empleados de la Liga).
«Lo queríamos hacer para todos los jugadores«, comentó el portavoz de la NFLPA, George Atallah, por 2009 cuando la Unión aprobó este programa. El servicio no tiene ninguna tasa adicional para el jugador, solo el coste del viaje. PlayerProtect, el nombre de esta asistencia, promueve un servicio de 24 horas al día de seguridad para atletas profesionales a la hora de conducirlos hasta su destino, así como seguridad personal, en los cincuenta estados.
Estos servicios suponen un paso más en la dedicación de la franquicia al jugador, siendo conscientes de que los atletas de hoy en día están de fiesta en muchas ocasiones y no son conscientes de que no pueden conducir sus coches. Sin embargo, ello deja en una posición de inferiodidad al club, sometido a los caprichos del jugador de hoy en día en vez de emplear la disciplina como vara.