En noviembre de 1920, los equipos de la MLB elegían al primer comisionado de Las Mayores en la figura del juez Landis, un magistrado al que ya conocían por su intervención en el litigio con la Liga Federal y que iba a cambiar el concepto de la gerencia del béisbol de forma definitiva.
Kenesaw Mountain Landis (1920–1944)
Personaje peculiar desde su nacimiento, recibió su nombre en honor a la batalla de Kennesaw Mountain, sitio en el que su padre, médico en el Ejército de la Unión durante la Guerra de Secesión, perdió una pierna al recibir un impacto de una bala de cañón. La particularidad de su nombre hizo que casi todo el mundo le llamara “Kennie” durante su juventud. Era el sexto de siete hermanos y nunca fue un gran estudiante, abandonando el instituto a los quince años para ejercer diferentes trabajos, incluyendo contactos con el mundo de la política e intentando hacerse un nombre dentro del Partido Republicano. La legislación de entonces permitía estudiar leyes sin haber acabado los estudios medios, así que Landis consiguió graduarse en 1891 y comenzó a ejercer la abogacía tanto por su cuenta como en otros bufetes.
En 1905 sus contactos políticos le propusieron para ocupar una vacante como Juez Federal en Chicago (Illinois), principalmente por su fuerte carácter y su rectitud a la hora de afrontar las diferencias entre los litigantes. Sin embargo como juez Landis no fue precisamente un modelo para sus colegas, ya que la mayoría de sus sentencias eran apeladas y anuladas posteriormente. Quizás el caso más famoso que tuvo entre manos fue el de Standard Oil, presidida entonces por el magnate John D. Rockefeller, al que sancionó con una exorbitante multa de más de $29 millones, la multa más alta impuesta hasta ese momento en los Estados Unidos, sanción que posteriormente (como tantas otras) fue revocada por instancias superiores.
El caso de Federal League
Landis siempre había sido un gran aficionado al béisbol, incluso en su juventud había estado a punto de probar suerte con un equipo profesional aunque al final declinó la oferta ya que su intención era la de jugar solo por el placer de divertirse haciéndolo. De hecho era bastante común verle acudir a los partidos tanto de los Cubs como de los White Sox durante la temporada de béisbol. En 1915, con las dos ligas mayores (Nacional y Americana) ya establecidas, una tercera liga, la Federal, demandó a las dos anteriores por ejercer un monopolio sobre el béisbol e interferir en las decisiones de su liga, principalmente por la utilización de la cláusula de reserva que permitía a los dueños de los equipos mantener los derechos de un jugador durante el tiempo que quisieran, pagándole además el salario que ellos estimaran conveniente.
El caso le llegó a Landis y, aunque se esperaba que se dictase sentencia en un corto espacio de tiempo, el juez fue dilatando su decisión mientras urgía a que las diferentes ligas llegaran a un acuerdo. Como él esperaba, éste acabó produciéndose tras finalizar la temporada, cuando los dueños de los equipos de la Liga Federal, en graves problemas económicos por los muchos gastos ocasionados por la demanda, acabaron uniendo sus fuerzas con las ligas ya existentes, vendiendo o fusionando sus equipos a los ya establecidos. El estadio de los entonces Chicago Whales, el actual Wrigley Field (cuyo nombre era Weeghman Park), pasó a ser el hogar de los Chicago Cubs cuando estos se unieron con los Whales, siendo el único estadio aún en uso que queda de lo que fue la Liga Federal, el último intento serio de crear una tercera liga profesional en el país.
El dueño de los Baltimore Terrapins (equipo por el que a punto estuvo de fichar Babe Ruth cuando aún jugaba en los Orioles de las Menores) fue el único que no estuvo de acuerdo con la decisión del resto de clubes de la Liga Federal y demandó a las dos ligas mayores antes la Corte Suprema, que en 1922 falló a favor de éstas eximiéndolas de las leyes antimonopolio y reafirmando la legalidad de la cláusula de reserva por la que los clubes tenían el control absoluto de un jugador durante toda su carrera. Esta cláusula siguió en vigor hasta 1975, cuando se aprobaron las nuevas normas para la agencia libre.
Landis toma el control de la MLB
En aquella época, las apuestas dominaban el mundo del béisbol y muchos aficionados ya le habían dado la espalda al deporte porque habían empezado a surgir dudas sobre la limpieza de algunos resultados. Este asunto llegó a su cenit en 1919 con el escándalo de los Medias Negras y las sospechas de amaño del resultado de las Series Mundiales. Este hecho hizo que los dueños de los equipos buscaran a una persona que pudiera manejar las ligas con mano de hierro y Landis fue el elegido para ello. Tras una negociación en la que el juez exigió tener el control absoluto sobre las decisiones finales a tomar, Landis fue elegido comisionado del béisbol a finales de 1920.
Desde octubre de ese año, Landis, como el resto de los aficionados, estaba siguiendo el esperpéntico juicio a ocho jugadores de los White Sox por el amaño antes comentado. Las pruebas contras ellos desaparecieron un día de forma misteriosa y el veredicto final, leído en agosto de 1921, exoneraba a los jugadores de cualquier actividad ilícita. Landis demostró entonces que su nuevo cargo de comisionado le facultaba para hacer y deshacer dentro del mundo de la MLB y tomó la decisión de suspender a perpetuidad a los ocho jugadores envueltos en el asunto. Eddie Cicotte, Happy Felsch, Chick Gandil, “Shoeless” Joe Jackson, Fred McMullin, Swede Risberg, Buck Weaver y Lefty Williams fueron sancionados con la expulsión de por vida de las Ligas Mayores por haber aceptado dinero de los apostadores durante las Series Mundiales de 1919. Ninguno de ellos volvió jamás a pisar un campo de béisbol profesional.
Landis comenzaba así a demostrar que iba a manejar la MLB con puño de hierro y que, sobre todo, iba a combatir la lacra en que se habían convertido los apostadores que tanto daño estaban haciendo al deporte. Y bien pronto lo iban a sufrir en sus carnes otros jugadores acusados de amañar resultados, como Joe Geddeon de los St Louis Browns, Eugene Paulette de los Philadelphia Phillies… y hasta dieciocho jugadores fueron puestos por Landis en la lista de los no elegibles por algún equipo. Incluso algunas de las grandes estrellas del momento sufrieron la ira del nuevo comisionado al ir contra las leyes vigentes, como le ocurrió a los jugadores de los New York Yankees Babe Ruth, Bob Meusel y Wild Bill Piercy que disputaron varios partidos de exhibición a finales de 1921 a pesar de haber recibido la advertencia de no hacerlo. La respuesta de Landis fue inmediata, suspendiendo a los tres jugadores por 40 días e impidiéndoles iniciar la temporada con su equipo. Ni siquiera una estrella como “Il Bambino” fue capaz de evitar la fiereza del comisionado a la hora de tomar decisiones. ¡Así se las gastaba el nuevo regidor de la MLB!
Pero no sólo los jugadores sufrían las iras del nuevo comisionado a la hora de recibir sanciones y suspensiones, sino que incluso los dueños de los equipos vieron como Landis no tenía ninguna piedad con ellos a la hora de ejercer su poder. El más perjudicado fue Ban Johnson, por entonces presidente de la Liga Americana y que desde el inicio chocó frontalmente con el comisionado y su forma de hacer las cosas, básicamente porque ambos tenían un carácter muy similar. En 1922 Johnson solicitó la anulación de las Series Mundiales tras la sanción a dos jugadores de los New York Giants por un intento de soborno a jugadores de los Philadelphia Phillies y criticó públicamente a Landis por su gestión en este caso. Éste exigió el cese de Johnson y consiguió la promesa de los dueños de la Liga de cesarle si reincidía en sus protestas. Tras unos años de calma, en 1926 Johnson sancionó a Ty Cobb y a Tris Speaker (por entonces manager-jugador de los Cleveland Indians) por un supuesto caso de amaño de partidos ocurrido en 1919. Landis les exoneró y les levantó la sanción a pesar de que parece ser que había evidencias claras del hecho, lo que provocó que fuera duramente criticado por Johnson. Esa fue la gota que colmó el vaso y Landis exigió y consiguió de los dueños de la Liga Americana el cese de Johnson con la amenaza de su dimisión si no lo hacían. Se ponía así de manifiesto que el poder del comisionado estaba por encima hasta de los mismísimos presidentes de las ligas que le habían elegido.
Luces y sombras de Landis
Quizás uno de los puntos más negativos con los que ha pasado Landis a la historia sea el hecho de que desde el inicio se mostró como un firme defensor de la segregación racial en el béisbol, impidiendo que los equipos ficharan a jugadores de color. En 1943 detuvo la contratación de Josh Gibson, estrella de la Ligas Negras, por parte de los Pittsburgh Pirates alegando que los jugadores de color ya tenían su propia competición y que ahí es donde debían seguir. También prohibió que los equipos y los jugadores estrellas de Las Mayores disputaran partidos de exhibición contra los equipos de las Ligas Negras durante la temporada. Incluso se atrevió a meterse a opinar y dilucidar sobre asuntos legales de estas ligas a pesar de que estaba fuera de su competencia. Alguno de sus detractores hasta le acusó de haber pertenecido al Ku Klux Klan, algo que jamás ha podido comprobarse.
Es cierto que en aquella época el racismo estaba muy extendido en la sociedad norteamericana y que no sólo Landis compartía esa opinión sino que la mayoría de los dueños de los equipos tampoco estaban por la labor de derribar esa barrera. El propio comisionado se defendió de estas críticas diciendo que él nunca promovió ninguna ley que impidiera la contratación de un jugador negro por parte de los equipos de Las Mayores. La realidad es que apenas un año después del fallecimiento de Landis, Jackie Robinson firmaba por los Montreal Royals (filial de los Brooklyn Dodgers) y apenas dos años después ya era jugador del equipo neoyorquino, poniendo así fin a la segregación racial dentro del mundo del béisbol. ¿Casualidad? Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Una de las acciones más positivas de Landis fue su actuación en el tema de las Ligas Menores. El comisionado también quería que se dieran más oportunidades a los nuevos jugadores para que pudieran llegar a engrosar las plantillas de los equipos principales. Para eso impulsó la reforma del sistema de Ligas Menores que hasta ese momento operaban de forma independiente a la MLB. Landis obligó a que estos equipos se afiliaran a uno de los equipos grandes y que éstos, a su vez, tuvieran la obligación de realizar todas las transacciones a través de estos equipos. De esta forma consiguió que todos los jugadores jóvenes tuvieran opción de llegar a jugar en los equipos grandes sin que las franquicias pudieran mantenerles en los equipos inferiores de forma casi oculta.
No fue la única novedad que se puso en marcha durante su mandato. De su mente nació la idea de celebrar el primer Partido de las Estrellas en 1933, encuentro que se sigue disputando a mitad de la temporada y que es, sin duda, uno de los mayores espectáculos del mundo beisbolístico a nivel mundial. También durante la II Guerra Mundial, Landis, siguiendo el consejo personal del Presidente Roosevelt, mantuvo abierta la competición para disfrute de unos aficionados que vieron en el pasatiempo nacional una distracción de los graves momentos en los que estaba sumido el país.
Los últimos días del comisionado
En octubre de 1944, Landis sufrió un ataque al corazón que le impidió acudir a las Series Mundiales de ese año y que agravó su ya maltrecha salud debido a sus problemas respiratorios crónicos. A pesar de recuperarse momentáneamente y de haber sido ampliado su mandato por otros siete años (más de forma testimonial que efectiva), Kenesaw Mountain Landis fallecía el 25 de noviembre a los 78 años de edad en su domicilio y rodeado de su familia. Solo un mes después era incluido en el Salón de la Fama y su nombre se ha unido desde entonces al premio al Jugador Más Valioso de las Grandes Ligas.
Aunque sus críticos no han dudado en calificarlo como un hombre despiadado, la realidad es que el mundo del béisbol cambió de forma radical desde que él se hizo con el cargo. Kenesaw Mountain Landis puso orden no solo en la relación con los jugadores sino también en la actuación de los dueños de los equipos que eran los que más violaban las propias reglas de las Grandes Ligas. A pesar de que fue cuestionado y criticado por muchos no se puede negar que Landis, con sus luces y sombras, fue sin duda un gran comisionado, el primero que rigió la MLB.
(Para un relato más profundo de la era Landis en la MLB, recomendamos el capítulo de ‘Endorfinas’, el podcast de Arturo Marcano).