El 31 de diciembre pasado, los Dodgers firmaron al codiciado pitcher japonés Kenta Maeda por 8 años y $25 millones más incentivos (su contrato podría llegar a los ·100 millones). En esta misma temporada baja, tres jugadores surcoreanos firmaron contratos en MLB: los Minnesota Twins le dieron un contrato de 4 años y $11 millones al 1B Byung Ho Park, Baltimore firmó al outfielder Hyun Soo Kim, y hace unos días los Saint Louis Cardinals firmaron al relevista Seung-Hwan Oh.
Mirando atrás, en 2015 los Pirates firmaron al surcoreano Junh Ho Kang (SS/2B/3B), los Yankees un año antes a Mashiro Tanaka por 8 años y $155 millones, y en 2012 Yu Darvish pactó con los Rangers en 6 años y $60 millones. Como vemos, la oleada de jugadores asiáticos provenientes de Japón, Taiwan, Taipei y Corea del Sur es cada vez mas importante. Poniéndolo en números, en la temporada pasada hicieron el roster en el Openning Day, 9 japoneses, 3 coreanos y 1 taiwanés. Pero, ¿vale la pena la inversión en jugadores no probados en MLB? ¿Pueden trasladar sus estádisticas, números y dominio en algunos casos en el mejor béisbol del mundo?
Masanori Murakami el primero
El pitcher japonés Masanori Murakami fue el primer asiático en llegar a MLB. El 1 de setiembre de 1964 debutó con los San Francisco Giants y estuvo solo un año con el equipo de la bahía ya que por razones contractuales volvió a su país donde jugó por 15 años más. En su único año en Estados Unidos, terminó con un récord de 5-1, un ERA de 3.43 y 100 strikeouts. Pero tuvieron que pasar más de treinta años para tener otro japonés en el Gran Show, ¿por qué tanto tiempo sin un jugador de Asia en MLB? Fue debido a que la Major League Baseball y la Nippon Professional Baseball Organization mantuvieron un acuerdo mutuo para que jugadores de ambas ligas no fueran cambiados.
En 1994, Los Angeles Dodgers firmaron al surcoreano Chan Ho Park con solamente 21 años y debutó con el equipo angelino ese mismo año. Se convirtió en el segundo asiático en jugar en las Mayores. Un año después, el equipo de Chavez Ravine posaría nuevamente sus ojos en el «lejano oriente»; el elegido fue el pitcher japonés Hideo Nomo de los Kintetsu Buffaloes, pero Nomo estaba bajo contrato y tuvo que encontrar un resquicio legal en su vínculo para llevar su talento hacia América. ¿Qué hizo?, entre él y su agente forzaron su retiro prematuro, ya que había una cláusula en su contrato que contemplaba que si el jugador entraba en retiro el mismo quedaba sin efecto y se convertía en agente libre. «The Tornado» sentó un precedente para los jugadores japoneses y les abrió la puerta a los Estados Unidos y al mejor béisbol del mundo.
El «Posting System» la recompensa que reciben los equipos
El «efecto Nomo» fue decisivo para la llega de talento japonés, pero a su vez trajo aparejado una disputa y negociación entre MLB y la NPB ya que los equipos nipones querían un resarcimiento por la emigración de su talento hacia América. Es por eso que en 1998, luego de otro caso testigo (del pitcher japonés Hideki Irabu), las organizaciones madres del béisbol en Estados Unidos y Japón crearon el sistema de posteo de jugadores japoneses, es decir, cada equipo puede ofrecer a un jugador que esté bajo contrato para «subastarlo» a las organizaciones de Major League Baseball.
Entre el 1 de marzo y el 1 de noviembre es el periodo en que los equipos de la NPB seleccionan al jugador que será subastado (la elección se hace de mutuo acuerdo entre jugador y club), y se notifica al al comisionado de la liga japonesa, el cual informa a su par de MLB. Las organizaciones de Major League Baseball deben presentar entonces en sobre cerrado el monto que le asignan al jugador, y el equipo que presenta oferta más alta gana el derecho de negociar el contrato para que el pelotero siga su carrera en Estados Unidos. Es importante aclarar que hasta 2013 no había limite en el dinero a ofrecer, a partir de 2014 año se puso un tope de $20 millones a las subastas. Actualmente, el sistema se implementa también para los jugadores que militan en la Korean Baseball Organization.
Sin lugar a dudas los pitchers fueron y son los jugadores que más seducen a los equipos, los cuales se ven atraídos por el talento, calidad y números que tienen en sus ligas de origen como NPB (Japón) y KBO (Corea del Sur). En varios casos la apuesta de los clubes les trajo buenos dividendos, en muchos más fueron «busts» y la relación inversión/rendimiento fue desastrosa con los millones gastados sin rendir nunca los frutos que vislumbraron los cazatalentos y front offices.
Los que no pudieron
Trasladar el talento a grandes ligas no es fácil, grandes prospects a nivel de high school o universitario, navegan por años en las minors y se quedan en el camino, por lo tanto imagínense para los jugadores asiáticos el cambio de escenario es toda una nueva experiencia, un nuevo país, una cultura diferente un idioma que no hablan, son muchos los factores por los cuales un jugador no puede ser el mismo del que fue en Japón, Corea del Sur o Taiwan.
Daisuke Matsuzaka
«Dice-K» firmó con Boston en el año 2007 por 6 temporadas y $52 millones. Los Red Sox le pagaron a los Seibu Lions la estrafalaria suma de $51 millones en el Posting System para liberarlo y poder negociar su contrato. En ocho temporadas en MLB, solo mostró sus credenciales en las primeras dos temporadas en las cuales consiguió 15 y 18 victorias respectivamente, sobrepasando los 200 IP en su año de debut. Y en solo un año mantuvo su ERA por debajo de 3. Salio campeón de la World Series en 2007, sus últimos dos años los terminó en los Mets como relevista. Boston invirtió más de $103 millones en él entre el contrato y la subasta.
Hideki Irabu
Su llegada a MLB fue con controversia. Los Padres habían pactado con su equipo en Japón (Lotte Orions) su traspaso, pero el jugador se negó a aceptar la operación alegando que el solo jugaría en los Estados Unidos con la camiseta de los Yankees. Al final ganó el deseo del jugador, los Yankees obtuvieron los derechos de Irabu de los Padres por un par de prospects y el jugador concretaría su sueño americano. Irabu firmó por 4 años y $12,8 millones para los del Bronx. Llegó con un pedigrí impresionante: campeón de victorias, de ERA y strikeouts en la Japan Pacific League y, además, poseedor del récord del lanzamiento más rápido en la historia (98 mph). Lamentablemente todo su arsenal y pergaminos quedaron en la tierra del sol naciente, porque deportivamente poco se le reconoció a Irabu en Estados Unidos, es más, fue recordado por su falta de atleticismo y los problemas con el alcohol que por sus hazañas en la lomita. George Steinbrenner, molesto por sus constantes problemas con su peso, lo bautizó «fat pussy». Fue campeón de la World Series con los Yankees en los años 1998 y 1999.
Kei Igawa
Otra vez los Yankees envueltos en un bust. Brian Cashman pagó en 2006 a los Hanshin Tigers algo más de $26 millones en el sistema de subasta para poder negociar y llevarse a New York al zurdo pitcher japonés, para luego firmarlo por 5 años y $20 millones. Llegaba con una ristra de logros similar a Irabu, campeón de ERA, victorias y strikeouts de la Japan Central League. Pero no pudo trasladar su dominio a los parques de pelota, su experiencia en Major League Baseball fue de tan solo 16 juegos entre los años 2007 y 2008, y problemas en su mecánica lo hicieron bajar a Triple A. Igawa pasó los años restantes de su contrato en las diferentes filiales de los Yankees, pero nunca volvió a lanzar en las Mayores.
Estos tres jugadores son una pequeña muestra de las malas inversiones que fueron por parte de sus equipos, pagando millonarias sumas en el posting system, firmándolos con contratos multianuales y nunca pudieron revalidar sus logros del «lejano oriente» en MLB.
Los que sí pudieron
No todos los jugadores que provienen de Asia fracasan, no hay que poner a todos en la misma bolsa. La lista de jugadores que con éxito pasaron a MLB y tuvieron o actualmente tienen carreras exitosas está encabezada sin dudas por el interminable japones Ichiro Suzuki, MVP y Novato del año en su año de debut en MLB con los Seattle Mariners, el coreano Chan Ho Park (líder histórico en victorias para lanzadores asiáticos), además de Wei-Yin Chen, Hideo Nomo o Hideki Matsui por citar algunos solamente.
Vamos a ver como escribe su historia Kenta Maeda en su inicio en el Gran Show. Puede fijarse en los recién llegados: Tanaka y Darvish empezaron de manera increíble y cumpliendo las expectativas depositadas en ellos hasta que las lesiones empezaron a frenarlos, en el caso de el jugador de los Rangers pasó por quirófano y se sometió a la poco popular entre los pitchers cirugía Tommy John.
En cuanto la oleada de jugadores de Corea del Sur, en 2015 Kang silenciosamente se ganó un puesto como utility en Pittsburgh, consolidándose con el bate en la segunda mitad de la temporada hasta que se lesionó. Los tres que firmaron este año están precedidos por sólidos números y marcada experiencia en la liga coreana. Sin dudarlo, el país en el que más se fija la MLB es Japón, es el mayor exportador de jugadores de Asia por la competitividad de sus ligas y el poderío financiero que tienen, lo que hace que el nivel de sus equipos sea muy alto.
Como conclusión y tratando de responder los interrogantes planteados, actualmente el nuevo sistema de subasta que impuso un límite a las ofertas de los equipos y sumado a los fracasos continuos que sufrieron algunos equipos con sus inversiones en jugadores asiáticos a mediados de los 2000, hace que los general managers sean mas minuciosos en el seguimiento de los peloteros, tanto de su rendimiento como de su salud deportiva.
En algunos casos, pagar tanto dinero a jugadores que nunca pisaron el césped de un estadio en Major League Baseball es demasiado arriesgado, sin embargo, los equipos buscan talento con el que puedan marcar la diferencia y no les tiembla el pulso en gastar varios millones para tratar de obtener una ventaja.
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