Los Brewers no quieren esperar más, han visto la puerta de la victoria abierta y han apostado por fichar a Yelich y Cain, estrellas contrastadas, que les ayudarán a cumplir su objetivo: volver a jugar en Octubre.
Uno de los puntos fuertes de las ligas norteamericanas es su igualdad y las fases cíclicas que, salvo excepciones como los actuales Patriots, sufren los equipos. Todos los conjuntos pasan por fases de reconstrucción y por períodos en los que son aspirantes. Es en esta última fase cuando deben apostar por el futuro y buscar las dos o tres piezas que les harán ser aspirantes a todo. Una vez tengan un equipo ganador armado, solo queda esperar a que la dichosa suerte aparezca y se firme un año ganador.
Cuando la puerta del título se abre, todos los equipos saben que volverá a cerrarse y, en la MLB, es muy importante aprovechar las oportunidades de ganar porque, menos los Yankees, pocos equipos saben que volverán a tener una oportunidad pronto. No importa lo jóvenes que sean los jugadores, lo divertido que sea verles jugar o lo superiores que sean a los demás equipos. Simplemente, un día, la oportunidad de ganar desaparecerá. Puede ser porque la gerencia no quiere o no puede pagar el coste de mantener a sus estrellas, como pasó con los Pirates, puede ser que un equipo triunfador se quede sin tiempo para mantener a todo el equipo junto, como pasó con los Royals o, por contra, puede ser por culpa de una horda desafortunada de lesiones, como les ha pasado estos años a los Mets.
Sea cual sea la razón, nada está garantizado en el béisbol, razón de más para que un equipo se suba al tren del triunfo cuando pare en su estación, incluso si no es considerado favorito o ni siquiera favorito para ganar su división. Después de una temporada en la que sorprendieron a toda la MLB posicionándose como aspirantes cuando se esperaba que siguiera su reconstrucción, los Brewers ven la puerta abierta y han decidido que ha llegado el momento de coger el tren y apuntarse a la fiesta de la postemporada y alargar su estancia tanto como sea posible.
Dos fichajes de renombre
El jueves 25 por la mañana, el conjunto de Milwaukee decidió ponerse manos a la obra fichando a dos jugadores contrastados y de calidad. El primero en aterrizar en los Brewers fue Christian Yelich, traspasado desde unos Marlins en ruinas a cambio de cuatro prospectos. Seguidamente, llegaría uno de los mejores agentes libres de este invierno, Lorenzo Cain, tras firmar un contrato de cinco años y $80 millones. Con ambas contrataciones, los Brewers no solo añadieron dos piezas que podrían ser claves en su equipo, sino que también anunciaron su candidatura a la división, aunque esto quiera decir que tendrán que pasar por delante de dos gigantes como los Cubs y los Cardinals, los supuestos favoritos para ganar la NL Central.
Christian Yelich era el último All-Star que quedaba en los Marlins tras las partidas de Giancarlo Stanton, camino al Bronx, y Marcell Osuna, que se mudó a St. Louis. Yelich firmó un contrato con el equipo de Florida en 2015 que le mantendrá ligado ahora a los Brewers, al menos, durante cinco años más, algo que le convierte en una pieza importante de presente y futuro gracias a sus 26 años y sus grandes números (.369 OBP, 120 OPS+ y 3.5 WAR o superior en sus cuatro temporadas en las Mayores). Todo esto por el «módico» precio de $58.25 millones más $15 millones que deberán pagar para ejecutar una opción de equipo en el año 2022.
Con Yelich, además, no ganan solo grandes números a un precio bastante menor de lo que costaría si procediera de la agencia libre, ganan un jugador zurdo que sabe poner la pelota en juego, que no batea demasiado al aire y que, además, sabe correr por las bases. Defensivamente, los Brewers reciben un efectivo que no solo es un sólido defensor, sino que a veces incluso se posiciona entre los mejores outfielders de la liga, habiendo ganado un Gold Glove en 2014 por su labor defensiva en el lado izquierdo del outfield. Siempre ha sido mejor bateador fuera del Marlins Park, un estadio negro para los zurdos, y su aterrizaje en Miller Park, que, por contra, es un paraíso para los zurdos, podría hacerle explotar aún más sus estadísticas.
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Lorenzo Cain es distinto, pues es un jugador consagrado y reconocido por toda la liga. Seleccionado precisamente por los Brewers en el draft de 2004, Cain cambió Milwaukee por Kansas City como parte del traspaso de Zack Greinke en 2010. Durante sus primeros años sufrió para hacerse un hueco hasta que, en 2014, explotó y se convirtió en una estrella de la liga. Junto con grandes jugadores como Eric Hosmer, Alex Gordon y Mike Moustakas, formó parte de la columna vertebral de los Royals campeones de las World Series de 2015 y campeones de la Liga Americana en 2014 y 2015.
Cain empezó su carrera siendo un voraz bateador que fallaba más que acertaba. Durante su proceso de madurez, se convirtió en un bateador paciente con un ojo increíble para detectar bolas. Durante los últimos cuatro años sus cifras al bate han sido .300/.352/.437 y registró en 2017, 112 OBP+ y 26 robos de bases. A estos grandes datos ofensivos hay que sumarle que es uno de los mejores jardineros centrales de toda la liga, promediando +17 Defensive Runs Saved durante toda su carrera. Es cierto que llega ya con 31 años, que serán 32 en abril, por lo que la sombra de la edad planea sobre la estrella que empezará a perder velocidad con los años. Sin embargo, Mike Petriello, experto de Statcast para MLB.com, advierte que Cain es tan bueno que, incluso con la pérdida de velocidad asociada a la edad, sigue siendo un defensor superior a la media. Todo esto hace que Cain sea, relativamente, una ganga por $16 millones por temporada, incluso si el contrato termina con el jugador cumpliendo 36 años, un riesgo que ha echado para atrás a muchos equipos, pero no a los Brewers.
Lo que queda por hacer
Pese a las dos grandes incorporaciones, y aunque el precio a pagar por Yelich ha sido cuatro de sus mejores promesas, aún quedan un par de movimientos que hacer para que los Brewers se postulen como claros candidatos al trofeo del comisionado. En el tiempo que queda hasta los Brewers visiten a los San Diego Padres en el Petco Park el 29 de marzo, el Opening Day, deben resolver un par de problemas más. El primero, el de su outfield. Con las llegadas de Yelich y Cain, Santana o Ryan Braun deben dejar su posición para dejar sitio a las nuevas estrellas. Según varias informaciones, Santana podría ser el elegido para salir vía traspaso del equipo del estado de Wisconsin, hecho que podría solucionar otro problema, el de sus lanzadores.
Los Brewers necesitan añadir algo de profundidad a su rotación, pues Nelson sale de una lesión muy seria de hombro y sus escuderos, Jhoulys Chacin y Yovani Gallardo, no inspiran demasiada confianza. Los rumores indican que el equipo se ha unido a la puja por el ace japonés Yu Darvish, pero, si el equipo no quiere gastar demasiado dinero, traspasar a Santana por un buen lanzador sería una opción muy atractiva y factible, sobre todo teniendo en cuenta que las cifras de su oufielder (30 HR y 126 OBP+) hacen babear a muchos equipos necesitados de bateadores.
Con estos aspectos que resolver, los Brewers deben intentar armar el mejor equipo posible y aprovechar que los Pirates y los Reds no parece que vayan a competir demasiado este año, quedando los Cubs, que no se han movido demasiado este invierno pese a sus necesidades en la rotación, y los Cardinals, que han adquirido a Marcell Ozuna. Solo uno ganará la división y mientras los Diamondbacks y los Rockies sigan fuertes, ningún puesto de Wild Card está 100% asegurado. Nadie sabe si conseguirán pisar el terreno de la postemporada por primera vez desde 2011, si conseguirán acercarse al titulo de liga, que no ganan desde 1982, o si llegarán al horizonte de las World Series. Lo que sí es seguro es que han visto la puerta abierta y, para orgullo de sus aficionados, han encarado la temporada de frente y han decidido subirse al tren de las oportunidades.