Las Finales de la NBA recientemente finalizadas nos dejaron una de las mejores, más intensas e igualadas series de los últimos años, en donde cualquier equipo realmente podía haber ganado el anillo. Tan igualadas fueron, que a 39 segundos del final del séptimo partido todavía no se sabía que equipo iba a ganar. La balanza se decantó para el lado de Miami Heat al final de la serie por tres detalles, tres momentos que hicieron a San Antonio estar muy cerca de conseguir el quinto título de la franquicia, que finalmente no llegaron a conseguir.
El primer de todos fue el soberbio triple de Ray Allen en el sexto encuentro que dejó a los Spurs a 5.2 segundos del título. San Antonio ganaba de 5 a falta de medio minuto para la conclusión del encuentro, muchos aficionados empezaron a abandonar el AmericanAirlines Arena previendo lo que podía pasar e incluso estaba preparada la ya famosa “cinta amarilla” que iba a rodear toda la cancha en la supuesta celebración de los Spurs. Un fallo en la línea de tres puntos de LeBron, un importantísimo rebote de Chris Bosh y el fusil de Ray Allen cambiaron el rumbo del partido y de la Final en su conjunto.
El segundo de todos fue ya en el séptimo partido y si ninguno nos olvidamos de ese momento, suponemos que Tim Duncan será el que menos lo haya hecho. A 50 segundos del final del encuentro y con los Spurs 2 abajo en el marcador, Duncan falló una bandeja sobre Shane Battier aparentemente fácil que hubiese empatado el partido. San Antonio no volvió a anotar y las imágenes de ‘21’ de los Spurs lamentándose en el banquillo hacían ver la importancia y el cambio de situación de partido que hubiese supuesto meter esa canasta.
Aún así, no estaba todo perdido para los de Texas y 30 segundos después y estando 4 abajo en el marcador, los Spurs tenían una última oportunidad de llegar a los últimos momentos con algo de vida y esperanza. Manu Ginobili entró a canasta, se quedó sin espacio y dobló el balón a Duncan. Lo que no sabía el argentino es que LeBron estaba al acecho y el posterior MVP de las Finales robó ese balón que acabó frustrando cualquier opción de victoria de San Antonio.
Tres fallos, tres momentos puntuales que te hacen estar tan cerca y tan lejos a la vez de conseguir un anillo de la NBA. Esto, por supuesto, no desmerece la enorme serie que hicieron los Spurs, poniendo contra las cuerdas en muchos momentos a Miami y desplegando un buen baloncesto en equipo como venían haciendo durante todo el año. Lo único que hace ver esto es que las Finales 2013 fueron muy igualadas entre dos equipos potentísimos que lo dieron todo y que los tres momentos más críticos de ellas, en donde se decidió toda una temporada, decantaron al campeón, que revalidó el título conseguido el año anterior.