Como si de una historia sin fin se tratase o como si la combustión de su trío de ases fuese eterna. Lo han vuelto a hacer. Pasarán los años, pasarán decenas de jugadores por el equipo, pero siempre recordaremos a tres en concreto que hicieron del trabajo, la seguridad y el éxito sus máximas para triunfar en el baloncesto. No podemos estar hablando de otros que de los San Antonio Spurs, que de la mano de Ginobili, Parker y Duncan han vuelto a alcanzar las Finales de la NBA. Serán las cuartas que jueguen en diez años y las quintas en catorce.
Spurs significa muchas cosas, muchos conceptos y muchos valores que se han ido asentando durante la última década y media. La mejor definición posible de ese significado la ofreció Peter Holt, CEO y chairman del equipo, al término del cuarto encuentro frente a los Grizzlies: “La estabilidad y habilidad de los jugadores, entrenadores, front office y back office es lo que nos permite jugar a este nivel año tras año y estar donde estamos ahora”. Yo me quedo con la palabra ‘estabilidad’, que creo que refleja perfectamente lo que son los Spurs.
Todo se empezó a construir desde que llegó el primero de los pilares de este equipo en 1998, Tim Duncan, y desde que ganaron al año siguiente el primer anillo contra los New York Knicks en el año del lockout. Continuó con las llegadas de Parker y Ginobili en 2001 y 2002 respectivamente. No tardaron mucho en conectar los tres, ya que en 2003 ganaron el primer campeonato juntos contra New Jersey, el que era segundo para la franquicia. Pasando por 2005 contra los Pistons y 2007 contra los Cavs, los Spurs se plantan de nuevo en las Finales en 2013. Yo no suelo entrar mucho en el juego de las supersticiones, pero solo dejo caer que estamos en año impar.
Creo que llegados a este punto se puede hablar de los Spurs como una verdadera dinastía. Las ha habido grandes y sumamente importantes en la historia de la NBA. Desde los Lakers de Abdul-Jabbar-Magic Johnson y Kobe-Shaq, hasta los Celtics de Bird o los Bulls de Jordan. Se quedaron cerca los Jazz de Stockton y Malone, en gran parte por la culpa de los mencionados Bulls. San Antonio se ha convertido (si no lo era ya) en otra más, por el hecho de haber conseguido mantener a su núcleo duro de jugadores durante tanto tiempo y por ser uno de los candidatos al anillo año sí y año también, aunque no lo ganen todos los años.
Con las derrotas y los años sin títulos cualquier otro equipo se hubiese desmoronado, hubiese dado el ciclo por cerrado y alguna de sus estrellas hubiese emigrado a otro equipo en busca de “nuevos retos”, como les gusta decir a los deportistas cuando cambian de equipo. En San Antonio no. Parker, Duncan y Ginobili han hecho de los Spurs su equipo, su sitio, su reto permanente. Es una idea fija, un modo concreto de entender el baloncesto y que seis años después regresen a las Finales es único, memorable y todo un éxito bien construido desde la base.
Juegan de memoria y mantienen un nivel físico y de concentración como el del primer día, algo complicado de ver en el deporte de alta competición por la gran competitividad de los equipos en el plano deportivo y empresarial. ¿Quién no hubiese estado tentado de fichar a Duncan, Parker o Ginobili para su proyecto deportivo, ofreciéndole un buen contrato y un buen equipo alrededor suyo? Creo que todos nos lo hubiésemos planteado.
Este año han vuelto a hacer un temporadón, con un récord de 58-24 luchando hasta el final contra el otro equipo más fuerte del Oeste en la regular season, los Thunder. Desde que llegó Duncan en la 97-98 no han bajado de las 50 victorias (excepto en el 99 por el lockout, 37-13). El de las Islas Vírgenes está en 17.8 puntos y 9.2 rebotes por partido en los Playoffs a sus 37 años de edad y Manu Ginobili ha promediado 11.5 puntos y 5.4 asistencias, con 35 años.
Aún así, el que se está saliendo de verdad es Tony Parker. A sus 31 primaveras está viviendo una segunda juventud (si es que en algún momento dejó de vivir la primera) haciendo 23 puntos y 7.2 asistencias por encuentro. En 2013. En Playoffs. Mirando sus números contra los Grizzlies en la Final de Conferencia uno puede hacer dos cosas: asustarse o recostarse y disfrutar: 20 puntos y 9 asistencias en el Game 1, 15/18 en el Game 2, 26/5 en el Game 3 y 37/6 en el Game 4. Casi nada.
Estos tres viejos rockeros no han dicho su última palabra, ni han tocado su última canción sobre el escenario aún. Miami o Indiana no solo se enfrentarán a un buen equipo, sino a la historia, calidad y ‘estabilidad’ de un conjunto con las cosas muy claras. Tan claras las tienen, que únicamente piensan pasear un nuevo campeonato por las calles de San Antonio a finales del mes de Junio.