Los Pacers fueron uno de los equipos más destacados de la temporada anterior, llegando a convertirse en la esperanza de aquellos que deseaban que Lebron James quedase de nuevo apeado de su lucha por el anillo.
A los Pacers se les ha catalogado de insulsos, pero bien es cierto que desde que Larry Bird empezó su andadura con los Pacers como entrenador (desde eso ya ha llovido), el equipo de Indiana ha ido creciendo. Los Pacers se metieron en la categoría de contendientes la campaña pasada con una temporada regular más sólida de lo que se esperaba y con la positiva evolución de varios de sus jugadores. El equipo terminó con la sexta mejor marca de la liga gracias a un plantel repleto de estrellas emergentes, dispuestas a aprender y con una gran ética de trabajo en equipo.
Los Pacers tuvieron un verano bastante tranquilo, al margen de retener los servicios del centro All-Star Roy Hibbert, y se enfocaron en fortalecer el banquillo. Para suplir la baja de Collison, se han hecho con los servicios del ex de los Bobcats, D.J Augustine, un jugador llamado a ser el reserva de George Hill en ciertas facetas de los partidos. Danny Granger lleva años siendo el máximo anotador de la franquicia, pero no es catalogable dentro del elenco de jugadores que pueden cargarse todo un equipo a las espaldas. Pero las habilidades y el temperamento de Granger se combinan bien con su entorno, lo que le brinda un equilibrio natural a la ofensiva de los Pacers que lo covierten en un jugador clave. Pero el factor X de este equipo tiene nombre y apellidos, Paul George. Este versátil jugador aumentó todas las estadísticas respecto a su temporada de rookie y dio muestras de que puede converirse en uno de los mejores defensores de toda la liga.
Hay quien dice que estos Pacers son el vivo retrato del Larry Bird jugador. Este verano los rumores sobre la marcha de Larry al frente de la presidencia de los Pacers han sido continuos y parece que las cosas no andan muy bien por estos lares. Larry Bird fue conocido con los nombres de The Hick From French Lick (El cateto de French Lick, por el pueblo donde creció) y como La Gran Esperanza Blanca. Todo un mito en el estado de Indiana y un referente para muchos jóvenes y no tan jóvenes. Una anécdota del impacto que logró Larry en los fanáticos del básquetbol y en el propio Granger, cuenta que una persona fue condenada en Oklahoma a 30 años de cárcel, pero pidió al juez que su pena fuera de 33 años, al igual que el número 33 que ocupaba Bird en los Celtics. Si los jóvenes cachorros de los Pacers se inspiran en el mítico número 33 y trabajan las enseñanzas del joven Vogel, son un equipo “condenado” a tener éxito.