2 de Agosto de 2014, Las Vegas. La Selección de Estados Unidos se preparaba para disputar el Mundial de España disputando un partido de preparación entre sus miembros. A falta de 9:30 para finalizar el último cuarto, Paul George, alero de Indiana Pacers y uno de los jugadores con mayor proyección de la NBA (compartía protagonismo durante aquellos días con todo un MVP de la temporada como Kevin Durant) defiende una entrada a canasta del escolta de los Houston Rockets James Harden. Al caer del salto para taponar se quedaría enganchado su pie con la base de la canasta haciendo su pierna palanca con la misma. Fractura total y limpia de tibia y peroné. El mundo del baloncesto temblaba y se temía incluso por la carrera deportiva del fantástico alero californiano de solo 23 años de edad en ese momento.
2 de Diciembre de 2015, Los Ángeles. Indiana Pacers vence de manera sólida a todo unos Clippers en el Staples Center y se postula como candidato serio a llegar lejos en esta temporada, teniendo en sus filas al mejor jugador de noviembre en la Conferencia Este, promediando por partido 33 puntos y más de 7 rebotes. Un tal Paul George. Aunque ya no con el número 24, sino con el 13 en su espalda.
El deporte de élite y en su lógica los deportistas de élite no dejan de sorprendernos. George en el mes de enero ya era capaz de hacer un mate (solo 5 meses después de la lesión) y en abril de este año se volvía a vestir de corto para disputar un partido de liga regular y además intentado ayudar a que los Pacers (cierto que con balance negativo y con una mediocre temporada en gran parte por el shock de la lesión de Paul) entraran en los pasados Playoffs, cosa que finalmente no lograron. Ahora, año y medio después de una lesión que amenazaba con retirarlo de esto o mermarlo para siempre, está entre los mejores jugadores de la NBA, en la lucha por el MVP, y poniendo de nuevo sobre el radar de todos a los Indiana Pacers.
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Unos Pacers con un verano intenso. Larry Bird tomó o tuvo que afrontar decisiones importantes, como prescindir de Hibbert o perder a David West dirección San Antonio. Y con un draft ilusionante con la elección en el número 11 de la primera ronda de Myles Turner, jugador interior de la Universidad de Texas y de solo 19 años. Además, consiguieron la contratación de jugadores como Chase Budinger, Jordan Hill o una de las perlas de la agencia libre, el prolífico escolta anotador Monta Ellis, creando en Indiana un equipo decente y que debería tener un buen papel en la liga e intentar pelear por un puesto en Playoffs. Aunque siempre parece difícil en una Conferencia Este que pinta este año como muy cara (basta con ver la clasificación a día de hoy).
Tras un comienzo dubitativo, con tres derrotas consecutivas ante Memphis, Toronto y Utah, esta última especialmente dura tras perder de 21 en casa y solo anotar 76 puntos, el equipo mejoró, y de qué manera. Balance de 12 victorias y 5 derrotas en los siguientes partidos (siendo tres de las derrotas contra Cavs y Bulls, los grandes rivales en el Este, y contra los imbatidos Warriors) y consiguiendo en 13 de estos 17 partidos más de 100 puntos a favor. Indiana se ha convertido en un equipo anotador, practicante del small ball con George jugando muchos minutos de 4, y con jugadores como Rodney Stuckey, C.J. Miles o Monta Ellis promediando dobles figuras de anotación. Y todo esto en un equipo entrenado por Frank Vogel. Ver para creer.
Paul George no es que haya vuelto al nivel de 2013 (donde fue nombrado jugador más mejorado de la NBA), o al de 2014 donde estuvo en las quinielas para el MVP hasta el All-Star y consiguió llevar a los Pacers al número 1 de Conferencia Este, sino que ha vuelto mejor. “PG13” ha pasado del 36% en triples en su mejor año al 46% de esta temporada, y de anotar de media 21 puntos por encuentro antes de la lesión a irse ahora a los 28 por partido. Además de todo esto, está logrando hitos en la NBA, como lograr su career high de anotación en la derrota contra Utah Jazz en la prórroga con 48 puntos. O el show que entre él y C.J. Miles montaron en la victoria Pacer ante los Wizards a mediados de noviembre, con 40 y 38 puntos respectivamente y un 15 de 17 en tiros de tres entre ambos.
Por tanto, es evidente que nos encontramos ante una relativa sorpresa con el nivel de los Pacers, porque aunque no se le tenía como un equipo desahuciado tipo Lakers o 76ers, tampoco se veía en ellos un contender, al menos no al nivel de Cavs o Bulls, pero sí que siempre al hablar de ellos se marcaba una excepción, Paul George. Ha mejorado el tiro, su papel de líder de la franquicia, su imagen fuera de la cancha donde en años anteriores había estado algo distraído aunque nunca nada problemático, y sobre todo su grado de madurez. Ello le ha convertido en una estrella de la liga por derecho propio, dándole a los Pacers un factor que muchos otros buenos equipos en la lucha por los Playoffs del Este (Celtics, Hawks, Hornets, Magic, Raptors) no tienen, el de contar con una superestrella de la liga capaz de decidir partidos por sí solo, el de contar con el factor Paul George.