Debate más que amplio el que siempre ha generado el asunto del calendario de la NBA; que si muchos partidos, que si mucha carga física para los jugadores, que si el hecho de que haya tantos partidos resta a muchos de ellos nivel de competitividad, etc… Lo que seguro que estamos de acuerdo todos es en el salto de nivel que da la NBA en el paso de temporada regular a los Playoffs.
Los Playoffs son un auténtica guerra y para nosotros los aficionados, una auténtica pasada. Partidos apretados, gran valor a la defensa que en temporada regular hay partidos (y muchos) en los que brilla por su ausencia, cantidad de partidos decididos en jugadas en los últimos segundos o sobre la bocina (Rose, Pierce, LeBron y Horford en 4 de los últimos 6 partidos) y pabellones abarrotados de público. La mayoría con toda la afición con el mismo colorido debido a las camisetas que la franquicia elabora para los Playoffs y totalmente metidos en el partido siendo un elemento más del show que la NBA muestra al mundo.
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Pero es ley de vida; mayor esfuerzo, mayor rendimiento, más minutos, menor rotación, gran carga de partidos en el cuerpo y un largo etcétera que termina provocando la mayor desgracia para un deportista de élite, las lesiones. Siempre hay alguna lesión importante durante los Playoffs, algún equipo con aspiraciones que llega y por esa baja ve sus opciones mermadas, pero lo de estos Playoffs 2015 la verdad que está siendo una verdadera plaga:
Kevin Love
Lesionado en una acción muy polémica con el pívot de los Celtics Kelly Olynyk (Love afirma que fue intencionada) en la primera ronda entre los de Boston y los Cavs. Lo que parecía una pequeña dislocación de hombro y una baja para un par de semanas terminó siendo un gran dislocación, el paso por quirófano y una baja estipulada de entre 4 y 6 meses, dejando a Cleveland y a su mejor anotador exterior, junto a Kyrie Irving, de la temporada sin jugar más este año y mermando las opciones de LeBron y sus amigos a conseguir un anillo con el equipo de su vida.
Kyrie Irving
Precisamente Irving, el cual terminó la temporada algo renqueante, en ese mismo duro partido de primera ronda sufrió dos torceduras. Una en su rodilla izquierda y la que más dolor le provoca, una en su tobillo derecho, la que en palabras del propio base australiano “le hace estar jugando al 30-40% de sus posibilidades”, sobre todo en el juego rápido y en las transiciones defensivas (en las que cojea claramente debido al dolor de tobillo). Rose en estas semifinales de conferencia le ataca a la mínima ocasión que puede, ante la imposibilidad de defender el fantástico cambio de ritmo que tiene Derrick en penetración a canasta.
Pau Gasol
No se libran tampoco los Bulls. Pau, un tipo que solo se había quedado sin jugar 3 partidos en toda la temporada regular (y uno de ellos por descanso) sufría en el tercer partido de la serie contra Cavaliers, el cual pondría el 2-1 para Chicago, una distensión en su bíceps femoral de la pierna izquierda, la que le haría perderse el 4º y 5º partido de la serie. Dejó muy tocado el juego interior de Bulls y su ausencia provocó en gran medida dos victorias para Cleveland y ponerse así los de Ohio con 3-2 en la eliminatoria.
John Wall
La plaga sigue, y como ven se ha quedado en el Este del país casi por completo. Uno de las mejores bases de esta temporada y con un rendimiento brutal en todas las facetas del juego, John Wall, había llevado a los Wizards con él a la cabeza y secundado por Beal, Pierce y la dura pareja interior Gortat e Hilario a ser candidatos a dar mucha guerra en Playoffs, como en 2014. Tras un fantástico 4-0 contra los Raptors, en el primer partido de la serie de semifinales ante los Hawks (que ganarían los Wizards), una lesión en la muñeca izquierda de Wall le dejaba fuera parecía que para todo lo que quedaba de año. Tras perderse los tres siguientes partidos y hablar incluso de cinco pequeñas fracturas en su muñeca, Wall jugaría el 5º partido con un rendimiento más que aceptable pero claudicando los de la capital del estado con una canasta en los últimos segundos de Horford, precisamente tras un tapón de Wall a Schroeder en la jugada previa.
Chris Paul
En el fantástico séptimo partido de primera ronda que enfrentó a los Clippers contra los Spurs de Popovich, y que ganaron los angelinos con una canasta del propio Paul quedando un segundo de partido, el quizás mejor base del momento sufrió un par de pinchazos en la parte trasera de su muslo, provocando una pequeña micro rotura que le impide jugar con total comodidad. Se perdería los dos primeros partidos de la semifinales de Conferencia contra los Rockets y jugaría menos de 25 minutos en el tercer partido (en parte por el gran nivel de Austin Rivers en este encuentro) dosificando así esfuerzos y mejorando poco a poco de su lesión, la cual ha provocado que la responsabilidad mayor recayera sobre Blake Griffin, marcándose el “cyborg” hasta el momento unos Playoffs escandalosos.
Tony Allen
Con la defensa por bandera puso a «sus» Grizzlies 2-1 arriba en la serie de semifinales del oeste (en gran parte gracias al trabajo de Allen con Klay Thompson) contra los favoritos al anillo, los Golden State Warriors del MVP Stephen Curry. En el cuarto partido de la serie, el buen escolta y fantástico defensor sufriría unos problemas en el tendón de la corva de su rodilla derecha, que le haría jugar mermado la segunda parte del cuarto partido (ganarían los de la Bahía), y a no poder ser de la partida en el quinto. Este último ha sido la victoria mas clara de los de Oakland en toda la eliminatoria anotándose así el 3-2 a su favor en la serie.
Seis jugadores claves. Tres bases que, tras Curry y Westbrook, han sido los mejores esta temporada en cuanto a rendimiento y estadísticas, el jugador más peligroso del perímetro de los Cavaliers, un gran defensor de jugadores exteriores, y la pieza clave del juego interior de los Bulls. Condicionan muy mucho las opciones de sus respectivos equipos a la hora de abordar la consecución del anillo. Puede que sea casualidad y que las lesiones hayan venido sin más, pero puede que no, y que la necesidad de Silver y el comisionado de revisar un calendario con un número tan grande de partidos, de viajes largos y de poco descanso, le esté restando brillo a unos Playoffs que, como se comprueba año a año en datos de audiencia, share social y seguimiento del público, son el verdadero diamante del mayor espectáculo baloncestístico del mundo.