La ciudad de Nueva York pasa por ser la urbe con mayor población de todos los Estados Unidos, capital financiera del país y sin duda alguna la ciudad más conocida del mundo. Sin embargo y a pesar de que New York City la forman cinco grandes distritos -Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island- en lo que respecta al ámbito deportivo Brooklyn y Staten Island han pasado siempre desapercibidas.
Manhattan pasa por ser la meca del deporte neoyorquino, el distrito en dónde a todo empresario le gustaría plantar su franquicia. Sin embargo, el hecho de que sea una isla hace que no haya espacio para todos, de ahí que tan sólo sean dos los grandes deportes americanos representados en la gran manzana. Estos son el baloncesto, con los Knicks, y el hockey sobre hielo, con los Rangers.
Su vecino del norte, el Bronx, es la cuna del rap y del hip-hop y sin duda alguna la zona «conflictiva» más famosa del mundo. Además tiene el grandísimo privilegio de acoger al equipo más laureado del país, los Yankees, conjunto por excelencia y máximo representante de la ciudad.
En cuanto a Queens, éste es el distrito más grande y uno de los más diverso étnicamente de los Estados Unidos. Sobre su territorio se encuentran los dos principales aeropuertos de la ciudad, el JFK y La Guardia, además del Citi Field, hogar de los New York Mets y de Flushing Meadows, sede del US Open de tenis.
Por lo que respecta a los deportivamente olvidados, uno ha dejado ya de formar parte de ese desagradable club. Y no, no es Staten Island que mal que le pese a sus habitantes seguirá formando parte del ostracismo deportivo muchos años más, sino Brooklyn, el conocido por mucho como nuevo Manhattan. Y es que al distrito que, muy lejos todavía, rivaliza ya con la Gran Manzana por los flashes de los turistas, se le debe sumar un nuevo vecino: los Brooklyn Nets.
La franquicia comandada por el multimillonario ruso Mikhail Prokhorov deja atrás Nueva Jersey, su casa desde 1977, para cruzar el río Hudson a través del puente de Manhattan y desembarcar de este modo en Brooklyn.
La franquicia, que con el pistoletazo de salida de la temporada estrenará nuevo pabellón, el Barclays Center, llega al distrito neoyorquino con la esperanza de hacerse un hueco dentro del panorama deportivo de la ciudad. Para ello contará con su jugador franquicia, Deron Williams, quién decidió aceptar la oferta de renovación que le une a Brooklyn y a los Nets durante cinco temporadas a razón de 98 millones de dólares. También Brook López decidió este verano continuar apostando por el proyecto de Prokhorov y del rapero Jay Z, aceptando de este modo la oferta de 60 millones y 4 años que se le hizo llegar.
A ellos dos se les une Joe Johnson. El antiguo #2 de los Atlanta Hawks y jugador franquicia de los mismos pasa desde esta temporada a formar parte del plantel que dirige Avery Johnson. Lo hace una vez la cúpula directiva de la franquicia de Georgia aceptase el cambio de cromos propuesto por los nuevos vecinos de Nueva York. La propuesta enviaba a la ciudad de la Coca-Cola a Anthony Morrow, Jordan Farmar, Jordan Williams, DeShawn Stevenson y Johan Petro a cambio del jugón de Arkansas, quién es ya miembro de honor del big three de Brooklyn.
La temporada para los Nets pasa por ser clave, ya no tanto en lo deportivo -no se les espera en la lucha por lo máximo- sino más bien en lo social. Y es que Nueva York no espera ni se adapta a nadie, es el nuevo quién debe hacerlo.