El regreso de una estrella a las canchas tras una lesión es siempre una gran noticia que se acoge con los brazos abiertos por parte del equipo en el que juega, y más si el que vuelve se llama Kobe Bryant, o eso es lo que se puede pensar sobre el papel. Aplicando esto al contexto actual de Los Angeles Lakers, la cosa es algo distinta, ya que retorno de la ‘Black Mamba’ a las canchas esta semana ha supuesto una alegría a medias para los de oro y púrpura.
Y es que esta felicidad no ha durado más allá de la presentación de los equipos el domingo ante los Toronto Raptors, ya que parece que pese a que haya vuelto Kobe las cosas no van a mejorar demasiado para los Lakers a corto plazo.
Los dos partidos que los Lakers han jugado tras el regreso de su estrella se han saldado con derrota ante los ya mencionados Raptors y ante los Phoenix Suns. La situación es bastante opuesta a la que querrían que fuese y, al menos, son conscientes de ello en California.
“Por supuesto que queremos ganar, pero nosotros y el mundo entero sabe que esto va a ser muy diferente”, Xavier Henry, tras la derrota ante los Phoenix Suns este martes.
Para saber bien por qué la alegría no es completa en el seno de los Lakers, es necesario conocer brevemente lo acontecido en LA estos últimos meses.
Los californianos llevaban esperando con ansia que su leyenda y capitán se recuperase de la lesión que se hizo en el tendón de Aquiles el pasado mes de abril. Mientras tanto, la marcha de Dwight Howard, la llegada de nuevos efectivos como Xavier Henry, Wesley Johnson Nick Young o Chris Kaman y los eternos rumores sobre el futuro de Pau Gasol protagonizaban un verano que ponían a los angelinos en un rumbo totalmente incierto.
Con esta situación, sólo tenían una cosa clara: que Bryant volviese en el mejor estado de forma posible para guiarles hacia un destino algo mejor del que vaticinaban todas las quinielas. Y eso, aunque admito que es ventajista decirlo tras las dos derrotas en el regreso de la ‘Black Mamba’, es un error claro de planificación en los Lakers.
¿Por qué? Sencillamente porque los angelinos decidieron que lo mejor para la franquicia en el curso 2013/14 era reemplazar a Howard por Kaman, fichar a algunos jóvenes jugadores exteriores y que, mientras Nash aporta lo que puede y Gasol da el máximo para que no se venga los cimientos abajo, esperar a un Kobe que no sabía en qué estado iba a volver.
¿Y en qué estado ha vuelto Bryant? ¿Suficiente para poner a los Lakers en la órbita de la NBA?
28 minutos de media y una notable mejoría anotadora del partido contra los Raptors (9 puntos) al de los Suns (20) dan a entender que Kobe necesita algo de tiempo y que con el paso de los encuentros irá encontrando su punto de forma ideal. Así, podemos decir que su estado de forma y juego es aceptable y en proyección de mejorar poco a poco.
De todas formas, la ‘Black Mamba’ necesita una estructura de jugadores mucho más sólida alrededor y no con casos tan particulares para poder hacer de los Lakers una piña que vaya escalando progresivamente puestos en una más que complicada conferencia Oeste esta temporada.
Estos casos particulares empiezan por él mismo. Con 35 años y con un contrato ‘de por vida’ con LA hasta 2016, su objetivo es ganar el sexto anillo a toda costa para igualar a Jordan. Por otro lado, Pau Gasol finaliza contrato este año y su objetivo, más allá del del equipo, es realizar una buena temporada que le valga un buen contrato el verano que viene, posiblemente en otra franquicia. Por su parte, Steve Nash, con casi 40 años, le queda un año más de contrato donde cobrará la parte más alta de su salario. Del resto de jugadores, excepto Robert Sacre y Nick Young, acaban contrato esta temporada.
¿Quién puede creer, a estas alturas del campeonato, que los Lakers pueden aspirar a algo grande cuando más de medio equipo puede quedar desmantelado en el verano de 2014?
En los pensamientos de los jugadores puede rondar la idea de realizar una temporada ‘decente’ y lo mejor posible en lo que al conjunto se refiere pero intentando destacar en el plano individual para seducir a alguna franquicia que les ‘pesque’ el año que viene.
La razón, que el proyecto actual ‘Laker’ no tiene una base firme para competir con los equipos punteros de la liga (Spurs, Blazers, Heat y Pacers) y que el regreso de Kobe no va a revertir la situación del equipo inmediatamente. Este es el motivo por el que la alegría no ha sido completa esta semana. Su gran estrella ha vuelto pero, con todas las piezas ya disponibles, el margen de cambio y de mejora de estos Lakers no es muy amplio en un principio. Y esto lo saben también bien en la costa pacífica californiana.
«Vamos a tener aportar todos un poco más. Vamos a tener que ponernos más duros. Va a tener que ser una pelea de perros por un tiempo.», Mike D’Antoni.
Lo peor de todo es que esta ‘pelea de perros’ se juega en el barro más escurridizo y complicado, es decir, en las profundidades del Oeste donde los Lakers (10-11) se encuentran ahora. Ya escribí la temporada pasada que los de oro y púrpura no se mueven bien en estos lares compitiendo con otros equipos como Golden State Warriors, Sallas Mavericks, Memphis Grizzlies, Minnesota Timberwolves o los propios Suns. Si no es fácil de por sí, más difícil es este año con la férrea competencia que ha surgido entre tantos equipos ene sta conferencia.
No se sabe si Kobe será la llave de la solución en este complicado ‘sudoku Laker’. Sólo la sucesión de los partidos dirá si la media alegría se convierte en completa dentro de unos meses, o si por el contrario el rompecazbezas es tan complicado de resolver que la decepción, por segundo año consecutivo, vuelve a reinar en una mitad de la ciudad de Los Ángeles.