“Tenemos gente en este vestuario con una moral altísima, sobre todo en los finales de partido. Tenemos confianza en que quien tenga el balón va a hacer la jugada correcta”.
Sólo hacen falta escuchar unas palabras, en este caso las de David West tras el segundo encuentro de la temporada ante los Pelicans, para identificar la mentalidad de un equipo que tiene ideas muy claras. Este conjunto, los Indiana Pacers, han hecho de la calidad, de una mentalidad común y sobre todo de la cohesión de todas sus piezas su principal valor para ser el mejor equipo de la NBA en estos momentos con un récord de 8-0, el mejor arranque de la franquicia en toda su historia.
Este dato no es para nada fruto del azar ni de una buena racha casual de alguno de sus jugadores. Se debe a una estructura muy bien amueblada, con una idea fija y muy clara en la cúspide reforzada en su base por un enorme trabajo de un ‘staff’ técnico y un grupo de jugadores correctamente ensamblado.
¿Y cuál es esa idea? Desarrollar un juego muy sólido y consistente, basado en la confianza del equipo para poder optar a la mayor de todas las proezas: destronar a los Miami Heat en el Este y, si lo consiguen, intentar ganar un anillo de la NBA, aunque eso son palabras mayores y muy lejanas aún.
La batalla contra los de Florida a lo largo del año no será para nada fácil, pero tienen en la temporada pasada un buen espejo donde mirarse. Entre los meses de febrero y junio de 2013, mientras el récord de los Heat fue de 42-2 contra el resto de equipos NBA, contra los Pacers fue de 5-5, incluyendo un forzamiento a jugar todo un séptimo partido de final de Conferencia. No digo que este año vayan a conseguir ganarles, pero pueden hacerlo.
Con todo esto, que no es poco, podemos decir que por lo visto hasta el momento, la mentalidad ganadora y paciente de Indiana está permitiendo que den cada paso en la dirección correcta, construyendo de un modo firme la base que necesitarán más adelante en los Playoffs.
Pero yendo a la más pura actualidad, ¿por qué han empezado tan bien los Pacers? ¿A qué se debe que aún sean el único equipo invicto de la liga? Ciertos números muy sencillos nos ayudarán a comprenderlo.
En estas ocho victorias en tantos partidos, los Pacers tienen un balance de +101 puntos respecto a sus rivales en las segundas partes (+70 en los terceros cuartos), han dejado a sus oponentes en un 39,2% de acierto en el tiro y en una media de 84,5 puntos por encuentro. Por contra, ellos han anotado el 45,8% de los lanzamientos que intentan y ha endosado a sus contrincantes 94,9 puntos de media. Las cifras hablan solas…
“Estamos orgullosos de nuestra defensa, es divertido. Nos gusta jugar en defensa y eso nos lleva a buenas posesiones ofensivas”.
…y Roy Hibbert confirma la química que hay en el juego del equipo.
Sin estos datos y sin entender que las piezas de los Pacers están bien acopladas, el 8-0 actual no tendría sentido. Aunque esto no es todo, ya que para comprender completamente el mejor arranque en la historia de Indiana hay que saber cómo juegan y, sobre todo, quién es imprescindible en el núcleo duro del equipo para que las cosas estén saliendo del modo que lo están haciendo.
Indudablemente estamos hablando de Paul George, un jugador alto y muy físico que mezcla su envergadura y rapidez en los movimientos para sacar ventaja a sus rivales y ponerse en situaciones muy favorables para generar juego y puntos para su equipo. 24,9 puntos por encuentro, el que más anota de los Pacers de largo, y 7,8 rebotes por encuentro reflejan lo que acabamos de decir de un jugador de tan sólo, ojo, 23 años.
Tampoco podemos pasar por alto a David West, que juega un rol esencial en la productividad de Indiana tanto ofensiva como defensivamente. Es un perfecto alivio para George cuando este no está jugando o cuando tiene que delegar responsabilidades en un compañero, pero sobre todo es un puñal para los rivales desde la media distancia si se encuentra con un mínimo espacio para armar el brazo y lanzar. En defensa está realizando una buena labor también, promediando 1,4 robos y 1,5 tapones por partido.
“No estamos haciendo nada más allá de ser nosotros mismos y estamos confiando en nuestra preparación. Tenemos un grupo de chicos que trabajan duro”, declaraba West tras la ajustada victoria por 91-96 ante los Nets, mostrándose muy seguro del trabajo de su equipo.
Aún así, dos o tres jugadores principales no serían capaces de todo esto, ni en 8 partidos ni en 82. Un proyecto tan firme como este necesita de unos componentes de un segundo bloque que aporten y sumen su granito de arena, e Indiana los tiene. Dos de los más destacados son Luis Scola y Lance Stephenson. El argentino está promediando un 55,8% de acierto en el tiro y el estadounidense por su parte un 47,9% (como Paul George) y es líder absoluto de asistencias de los Pacers con un total de 46 hasta el momento.
Las claves de la compenetración de los primeros espadas junto con los de la segunda línea cobran aún más sentido cuando, al ver un partido suyo, ves que no le pierden la cara a los encuentros, que muestran un nivel constante, una gran tranquilidad sea cual sea la situación del encuentro y que te golpean duro en cuanto bajas los brazos un momento.
“Esto ha sido un buen comienzo, pero es aún más alentador cómo estamos jugando”, Frank Vogel, un entrenador entregado al juego y compromiso de sus jugadores, tras la victoria que consiguieron ante los Chicago Bulls.
¿El futuro más próximo de Indiana? Precisamente le quedan ocho partidos más en el mes de noviembre ante los siguientes equipos: Bucks, @Bulls, @Knicks, @Celtics, Sixers, Timberwolves, @Bobcats y Wizards. ¿Podrán llegar al 16-0? Es complicado, puesto que alguno de estos conjuntos te puede generar muchos problemas y hacer que tengas una mala noche pero, aunque no salgan invictos del mes en el que nos encontramos, los Pacers sí pueden obtener una marca temible para el resto de aspirantes al título.
Que todo esto esté sucediendo en una pequeña ciudad al noreste de Estados Unidos ya hemos visto que no es casualidad, quizás porque este equipo y este estado son distintos al resto como dice la mítica frase de “in 49 states it’s just basketball, but this is Indiana”.