Ha tardado en surgir efecto la llegada de Bruce Boudreau a Anaheim pero finalmente parece que el equipo está respondiendo de forma más que positiva al cambio de aires en el banquillo. El pasado sábado ganaron a unos Sens que llegaban al Honda Center con una sola derrota en los últimos diez partidos. Los Ducks pueden mejorar ese balance ya que en sus últimos ocho encuentros han conseguido siete victorias por tan solo una derrota, y en overtime. Habría que remontarse hasta finales de 2008 para encontrar una racha de resultados similar en Anaheim.
A pesar de todo, fue un inicio de temporada decepcionante para la única franquicia californiana ganadora de una Stanley Cup. El pasado curso Nashville los dejó fuera de la postemporada a las primeras de cambio, en una eliminatoria que se decidió en el sexto partido. Este año parecía que el equipo podía dar un salto de calidad y volver a los playoffs siendo más competitivos. La delantera explosiva formada por hombres como Corey Perry, actual ganador del Hart Trophy, Ryan Getzlaf, capitán del equipo, Bobby Ryan, candidato al Calder en 2009, o la leyenda viviente de Teemu Selanne, que amplió su contrato en octubre, incomprensiblemente no rendía ni al 50% de sus posibilidades. Además se unieron contratiempos en la defensa, con problemas de lesiones, y las malas actuaciones del goalie Jonas Hiller. Todo esto hizo rodar la cabeza de Randy Carlyle y el GM Bob Murray apostó en su momento por el head coach que acababa de romper sus relaciones con Washington. Muchos aseguraban, hasta hace poco tiempo, que Bruce Boudreau no era el hombre más indicado y que no podría sacar a los patos del bache. Todavía es muy pronto para aventurarse a decir si los meterá en playoffs, pero los números están ahí y el nivel de juego del equipo ha mejorado con creces.
Lo más sorprendente es que esta historia no es nueva para el técnico de Toronto, ya que se encontró con un escenario similar en su llegada al banquillo capitalino en 2007. Los Caps despedían por aquel entonces a Glen Halon, que sumaba el peor récord de la franquicia desde principios de los 80’s con un balance de 6-14-1. A finales de diciembre el novato Boudreau, que entrenaba en la AHL al filial, se hacía cargo de los de Washington. El equipo no solo terminó jugando los playoffs aquel año sino que además fue campeón de división. Esta temporada puede repetir la épica de, por lo menos, meter a los Ducks en la postemporada. De momento el equipo va por el buen camino y su rendimiento en lo que llevamos de año está siendo sobresaliente.