Nueve semanas de competición, casi todos los equipos han jugado ocho partidos, los que llevan nueve está a punto del bye week, y una temporada 2010 de la NFL que está siendo la más igualada de las últimas décadas. Especialmente, la National Football Conference ha visto como han tomado protagonismo los que menos se esperaba de ellos; el vaivén de mejor equipo de esta conferencia ha sido domingo tras domingo, que si los Buccaneers, que si los Giants, que si los Falcons, que si los Packers. Resultado: demasiados candidatos para Playoffs, algo inusual años atrás cuando las wild cards ya estaba asignadas virtualmente a dos semanas del final de la temporada regular.
Los mejores
NY Giants (6-2) y Falcons (6-2). Los neoyorquinos comenzaron mal, muy mal, dando pobres imágenes y con revuelo en el vestuario en torno a Coughlin; se llegó a leer en los blogs más sensacionalistas si tenía la «patata caliente». A partir de ese 1-2, cinco victorias consecutivas, Eli Manning lanza muchos touchdowns (y más intercepciones de las necesarias), su cuerpo de receptores es de sobresaliente (Hicks, Smith, Manningham), Ahmad Bradshaw es el tercer running back con más yardas de la NFL y, los mas importante, los Giants son la mejor defensa de la Liga (250,6 yardas por partido) recuperando su vieja esencia. Green Bay, Philadelphia y Minnesota son los grandes y directos obstáculos en su lucha por ser el mejor NFC en la semana 17, y el problema es que New York ha hincado la rodilla en los dos compromisos importantes de esta temporada (Colts y Titans).
Los problemas de los Falcons vienen lejos del Georgia Dome. Mientras jueguen en Atlanta, Matt Ryan es un quarterback de primera categoría, Michael Turner sin lesiones es un corredor top 10 de la NFL y, además, la figura de Roddy White agranda los pases de Ryan; White es el segundo jugador con más yardas de recepción de la Liga. Ventajas para los Falcons, las cuatro visitas que les quedan no son muy duras, inconvenientes, el calendario en casa es duro y contra rivales directos en la lucha de la conferencia, ahí es donde hay que ganarse la temporada, especialmente en confirmar ante los Saints la sorpresa que dieron en el Superdome.
Los mejorados
Unos Packers (6-3) muy dudosos en este comienzo de campaña, sin confirmar por qué eran para todos los analistas candidatos a la Super Bowl este año, que encima sufrían una lesión tras otra (la de Finley es la peor de todas), pero que parecen recuperar el camino en las dos últimas semanas. De la capacidad de reacción de Green Bay ante las bajas y los ajustes que parece que se están produciendo dependerá su destino en Playoffs, porque, a las puertas de la semana 10, no parece que los Bears tengan potencial para disputar el liderato y los Vikings volver desde tan atrás. En esa recuperación de tono también está Aaron Rodgers, otra de las promesas estadísticas de esta temporada. Pierde efectivos, pero parece que la asoaciación con Greg Jennings es una de las mejores de la NFL, aunque el anémico juego de carrera de los Packers sigue siendo un lastre. La defensa es superlativa, y con bajas, con el terrible líder en sacks de la NFL Clay Matthews al frente.
Los Eagles (5-3) son otro de esos equipos afectados por las lesiones, especialmente en la posición de quarterback lo que ha suponido un baile entre Kevin Kolb (quien empezó) y Michael Vick (quien es titular ahora). El liderazgo de Vick es indiscutible, posiblemente ante la mejor temporada de su carrera sin consigue terminarla, y las armas ofensivas, hábiles, acrobáticas y dinámicas son numerosas: DeSean Jackson, LeSean McCoy, Jeremy Maclin…El grueso del calendario restante de Philadelphia es divisional, ahí es donde se decide la temporada.
Los actuales campeones, los Saints (6-3), no son el rodillo ofensivo de 2009. Drew Brees es el segundo en yardas de pase (2587) pero está cometiendo demasiados errores (12 INT), y es que sin juego de carrera con Reggie Bush y Pierre Thomas lesionados, el pasador carga demasiado juego a sus espaldas. La defensa no es tan oportunista como la de la temporada pasada y, pese a todo esto, la calidad de la plantilla de New Orleans con los ajustes de Sean Payton tienen que hacerles estar por la lucha de la división y olvidar patinazos como los de Arizona y Cleveland.
Las sorpresas
Tampa Bay Buccaneers (5-3). El head coach Raheem Morris llegó a decir que su equipo era el mejor de la NFL: demasiada hipérbole. Los ‘Bucs’ son una sorpresa agradable sí, da gusto ver a Josh Freeman tomar buenas decisiones semana tras semana, da gusto ver lo bien que se desarrollan jugadores jóvenes como el receptor Mike Williams, pero todavía no son un equipo ganador; sus tres derrotas vienen ante rivales grandes, Steelers, Saints y Falcons.
De peor equipo de la NFL dos años consecutivos con apenas tres victorias en casi cuarenta partidos, los Rams (4-4) son ahora un serio candidato para llevarse la débil NFC Oeste. El trabajo de Steve Spagnuolo está dando sus frutos, especialmente en su área favorita, una defensa que es la séptima de la NFL en puntos recibidos; aunque la ofensiva es de las peores de la Liga, Sam Bradford está triunfando en su temporada rookie, y encuentra en las carreras de Steven Jackson su mejor aliado además de la aparición destacada cada semana de un receptor diferente ante las dolorosas bajas de Avery y Clayton. Los Seahawks (4-4) son otro de esos equipos que se ha rehecho bien a los mandos de Pete Carroll. Decisiones correctas que no se han visto recompensadas en las últimas dos semanas con dos derrotas abultadas; el equipo ha perdido un poco del gancho inicial pero debería estar en esa plaza de cabeza de la división.
Del montón
- Chicago Bears (5-3), pese a su balance positivo, los de Illinois no convencen. Culter vuelve a tener muchas intercepciones, la línea ofensiva es sin duda una de las peores de la Liga, incapaz de proteger a su quarterback y el equilibrio del ataque es nulo.
- Arizona Cardinals (4-4) con su particular baile de pasadores titulares; no tiene muy claras las cosas Whitehurst en un conjunto que tiene un pobre balance ofensivo y que se ha hundido tras la retirada de Kurt Warner.
- Detroit Lions (2-6) es uno de esos equipos que mejora, que da señales de haber hecho bien las cosas pero que les falta el punto final para demostrar que pueden ganar; la derrota en la semana 9 ante los Jets es el vivo ejemplo, como dejaron escapar el encuentro.
- Washington Redskins (4-4) en periodo de reconstrucción de Mike Shanahan, tiene mucho que mejorar. El equipo no está destacado ni ofensiva y ni defensivamente, pero ha ganado cuatro partidos. Habrá que ver como afecta la polémica por McNabb en el banquillo en los dos últimos minutos del partido en Detroit.
- Carolina Panthers (1-7) probablemente verá un relevo de head coach al final de campaña. Curiosamente el equipo es uno de los mejores contra el pase, pero no tiene ataque; a ello se suma la confirmación de la baja de Matt Moore para el resto de la temporada.
Las decepciones
- Dallas Cowboys (1-7) la mayor de ellas. Y la consecuencia, entrenador despedido. Los tejanos, que partían como candidatos para jugar la Super Bowl en su estadio, se han estrellado con todo el equipo porque, simplemente, han perdido las nociones básicas del football, no cometer errores. La temporada de los Cowboys es una desgracia hasta el punto que han perdido a su quarterback titular Tony Romo por lo que resta de campaña por una lesión.
- Otros que llevan andando sobre las brasas este medio año son los Vikings (3-5). Aunque la aliviadora victoria (y puede que psicológica) ante los Cardinals es un pequeño oasis, el infierno de Minnesota empezó en pretemporada, que si Favre volvía o no, un comienzo de año descorazonador, un fichaje fracasado como el Randy Moss y el rendimiento de Favre en cuestión por las numerosas imprecisiones (y escándalo extradeportivo). Y en todas estas, Brad Childress por en medio sin poder controlar su vestuario.
- Los otros dos equipos eran de Playoffs el año pasado, los 49ers (2-6) se esperaba que lo fueran en 2010. La plantilla estaba hecha para eso, había madurado, era lo suficientemente constante como para ganar una división débil, pero algunos errores ha debido cometer Mike Singletary en la dirección de un equipo que comenzó 0-5 la temporada regular. El primero de ellos puede llamarse Alex Smith, un jugador que, tras varios años en la NFL, parece que se le acaban las oportunidades para poder brillar. Pese a todo el cataclismo, el viento favorable